Antonio Galán Gómez-Chacón

Si algunos viejos socialistas levantaran la cabeza…

Carta abierta al presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, del director de Gestión y Servicios Generales de los hospitales del Escorial y del Guadarrama entre 1984 y 1997

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Prácticamente desparecido el Hospital Provincial de Toledo que, a tenor de opiniones generalizadas, era un modelo en funcionamiento y en eficacia, muchos miles de pacientes, entre los que me incluyo, nos vemos obligados a soportar el desorden, el hacinamiento, la perfecta anarquía y las listas de espera que reinan en el centro de especialidades médicas y en el hospital «Virgen de la Salud» de Toledo, comparables, realmente, a centros de cualquier país africano o sudamericano en declive.

Para muestra, estos pequeñísimos botones:

1. La sala de espera de urgencias es un auténtico basurero insoportable (botes de bebidas, papeles, plásticos y mierda), hasta tal extremo que cualquier somera inspección iniciaría expediente sancionador. Hay que verlo para creerlo…

2. Una vez situado el paciente en el inmenso y estrecho pasillo de urgencias, junto a la multitud que espera sentada en el suelo, en las sillas o en pie, salen de las consultas uno/a o varios/as empleados/as que, sin complejos, nombran a los pacientes recién llegados y les preguntan allí mismo, en presencia de todo el mundo, cuál es su dolencia o el motivo para estar allí.

¿No es esto un atentado contra la intimidad del paciente?... ¿Acaso no conocen la Ley de Protección de Datos?

Pasado un tiempo, que puede convertirse en horas y horas, pasan al infeliz a la consulta donde un/a doctor/a detrás de un ordenador invita al paciente a sentarse en una camilla de dudosa higiene, que realiza la función de sillas de visita. La higiene dudosa incluye a la propia consulta y a muchos uniformes de empleados/as. Con una rapidez inusitada, diagnostica el mal e indica al paciente que pida cita en un mostrador.

El resultado final de nuestra visita es el siguiente:

3. Para la realización de una ecografía hay que esperar catorce meses.

4. Para acceder a la consulta del traumatólogo que ha de diagnosticar de manera cierta una lesión en el dedo de una mano, hay que aguantar siete meses.

5. Una vez realizado el diagnóstico y como la solución es quirúrgica, pasaremos a engrosar la lista de espera de cirugía, que se prolongará, presumiblemente, más de un año, lo que arroja un total de espera de unos dos años.

Y todo esto hay que soportarlo estoicamente y sin anestesia. Y eso que solo hemos visto la centésima parte.

Lo malo de todo esto es que, si bien esta situación comenzó con Cospedal, la esperanza, la ilusión y, en mucha gente, la certeza de que esa situación iba a ser revertida y que la pesadilla concluiría, esta vez sí que sí, con la llegada al gobierno del Partido Socialista no solo no se ha cumplido. Al contrario, en el borde de lo que parecía imposible, y una vez más, el panorama sanitario ha empeorado hasta el extremo de catalogar, en mi modesta opinión y en la de otros, como casi aceptable la actuación del anterior Gobierno del Partido Popular.

Lo peor es que mi familia y yo colaboramos a todo este desbarajuste con nuestro voto.

Lo pésimo es que un observador con ojo medio avezado habría detectado la concatenación de hechos y situaciones que apuntaban directamente y con claridad meridiana hacia el tipo de políticas que practica el Partido Socialista, y que para mí y para mucha más gente establecían casi, casi, la misma dirección que la del Partido Popular, con peor estilo.

A mi juicio, lo sensato habría sido volver a potenciar el Hospital Provincial de Toledo aunque se hunda el mundo. Y una vez concluido (si hay algún año en el que se concluya) el nuevo hospital, o parte de él, en el Polígono, inaugurar un Hospital General Universitario para todos. Pero mucho nos tememos y, ya imaginamos, las excusas: que si Tizón, que si la Cospedal, que si no hay dinero, que si esto, que si lo otro, que si lo de más allá.... y mientras tanto, que se jodan los pacientes, que piden mucho y pagan poco, que hay otras cosas más importantes, como nuestros coches oficiales, nuestras cosas, nuestros ordenadores y nuestros sueldos que bien que los sudamos.

Si le ocurriera a usted cualquier incidencia sanitaria (que no deseo bajo ningún concepto), no vaya a urgencias del hospital «Virgen de la Salud», porque lo pasaría muy mal, se lo aseguro.

Finalmente, sugiero que más le valdría estar a lo suyo y trabajar, trabajar y trabajar. Aunque no le guste, estoy seguro de que hará un esfuerzo por la sanidad y por la educación.

Por lo que parece, el señor diputado de Podemos que sustenta su Presidencia ya no ve como territorio hostil el entorno de la misma, y desde entonces, a por uvas...

Pasado un tiempo, volveremos con otro asunto igualmente vital para la ciudadanía: educación, ratios, etc., y volveremos con sanidad y el ¿centro de salud? de Cobisa.

¡Qué vergüenza y qué pena! Si algunos viejos socialistas levantaran la cabeza… Veremos...

P.D. He leído que, en cierta ocasión un máximo dirigente de su partido, afirmó que las promesas electorales se hacían para no cumplirlas. En aquella época usted era muy joven, pero yo vuelvo a sugerir que tomó buena nota y ha seguido esta máxima hasta casi rozar la perfección.

Antonio Galán Gómez-Chacón, director de Gestión y Servicios Generales de los hospitales del Escorial y del Guadarrama entre 1984 y 1997.

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