Un trece por ciento de los concejales que resultaron elegidos por C’s en las últimas elecciones ya no pertenecen al partido
Un trece por ciento de los concejales que resultaron elegidos por C’s en las últimas elecciones ya no pertenecen al partido - VALERIO MERINO
Política

La sangría de Ciudadanos

De los 124 concejales que obtuvo el partido naranja en la región en las últimas elecciones, 16 ya han sido expulsados o se han ido

TOLEDO Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Pedro Soriano firmó su sentencia de muerte (política) en Ciudadanos (C’s) en el pleno de investidura en el que tomó posesión como concejal en Albacete. Soriano votó en blanco cuando tenía que abstenerse, como hicieron los otros ediles de C’s, para facilitar que Javier Cuenca, del PP, fuera elegido alcalde.

Su voto no cambió el Gobierno, «lo que pasa es que aquello fue una excusa para expulsarme del partido», asegura. Aclara que realmente no le echaron, que solo le abrieron expediente y que se fue él: «Como me seguían pasando las cuotas, lo que hice fue pedir al banco que no me cobrara ningún recibo más de Ciudadanos».

A quienes sí expulsó de inmediato el partido naranja fue a Gonzalo García y Ángel Valenzuela, los dos concejales que salieron elegidos en Carranque (Toledo).

Aquí la lista más votada fue la del PP, y C’s pidió a sus dos ediles que se abstuvieran. Sin embargo, estos decidieron aliarse con el PSOE y hacer alcalde a Javier Martín Manglano, el único concejal de un partido independiente.

Estos tres casos fueron los primeros, pero no han sido los únicos en los dos años de legislatura. En Castilla-La Mancha, Ciudadanos obtuvo 56.695 votos en las últimas elecciones municipales, que se tradujeron en 124 concejales: 72 en la provincia de Toledo, 20 en Guadalajara, 14 en Ciudad Real, 10 en Albacete y 8 en Cuenca.

Pues bien, de esos 124, 16 ediles ya han abandonado o han sido expulsados del partido (un trece por ciento del total). Además de Soriano en Albacete y de los dos de Carranque, la lista de 16 se completa con cuatro concejales en El Casar (Guadalajara), uno en Ciudad Real y otros seis en la provincia de Toledo: dos en Talavera de la Reina, tres en Seseña, uno en Ontígola, otro en Numancia de la Sagra y uno más en Recas.

Preguntada por ABC, la portavoz de Ciudadanos en Castilla-La Mancha, Orlena de Miguel, dice: «Desde que existe la democracia, ha habido casos de este tipo, y a nosotros nos ha saltado alguno también. Somos un partido joven, nos hicimos grandes muy rápido y se nos colaron personas cuya finalidad no era el proyecto de Ciudadanos. Estadísticamente, no son tantos, lo que pasa es que duelen».

Cada caso, un mundo

En cada municipio, las razones de la rotura entre los concejales y el partido varían. El último caso ha sido el de Talavera de la Reina, donde los dos ediles de C’s, Jonatan Bermejo y Montaña Palacios, han sido expulsados después de entrar en el Gobierno del PP. De Miguel califica de «traición a la propia labor de los concejales como oposición» la decisión de Bermejo y Palacios, ya que «lo primero que hicieron estos dos ediles (al entrar en el Gobierno) fue derogar lo que se había acordado dos años antes» en el acuerdo de investidura entre PP y C’s.

Parecido es el caso de Numancia de la Sagra, donde María del Mar Ramos fue expulsada por entrar en el Gobierno del PSOE, aunque el PP había sido la lista más votada. Ramos, que ya no forma parte de la alianza con los socialistas, alegó entonces que en otros pueblos de la provincia Ciudadanos sí que formaba parte del Gobierno.

Ahí están los ejemplos de Nambroca y Almonacid, en la provincia de Toledo. En ambos municipios el PP fue el partido más votado, pero en el primero gobierna el PSOE y en el segundo, IU-Ganemos con C’s de socio.

La portavoz regional de Ciudadanos explica que hace dos años el partido estableció un Comité de Pactos «en el que cada caso se estudiaba en particular». «Como regla general, se negociaban ciertas condiciones con el partido más votado y, si este las admitía, seguíamos para adelante. Si no, pasábamos al segundo. En casos muy puntuales, podíamos admitir entrar en el Gobierno», añade.

En Ciudad Real, el portavoz de Ciudadanos, Pedro Fernández, pidió la dimisión de su compañero Francisco Javier Fernández-Bravo por «vago» pero, como este no le dio el gusto de complacerle, Pedro Fernández fue quien se marchó del partido.

En Recas (Toledo), PP y Ciudadanos firmaron un acuerdo de investidura para permitir el Gobierno de los primeros, pero este se rompió a principios de 2016 cuando Rosario Pascual, una de los dos ediles de C’s, decidió apoyar por su cuenta los presupuestos elaborados por el PP.

En Ontígola (Toledo), José Antonio Fernández de la Torre fue expulsado del partido por secundar una moción de censura contra la alcaldesa socialista, María Engracia Sánchez. Sin embargo, el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 3 de Toledo anuló la moción al estar respaldada por «un caso de transfuguismo». Fernández de la Torre había sido expulsado de C’s un día antes de votarse la moción, precisamente por este motivo. De estar en el paro, pasó a ser segundo teniente de alcalde, «asignándole unas retribuciones brutas mensuales de 2.300 euros por su dedicación exclusiva». La socialista Engracia Sánchez volvió a ser alcaldesa cinco meses después de ser desalojada del sillón presidencial.

En Seseña, el Comité de Pactos de Ciudadanos decidió que los tres concejales (Fernando Ortega, Silvia Moreno y Araya Ortega -hija del primero-) debían abstenerse para facilitar la investidura de la lista más votada, que lideraba Carlos Velázquez, del PP. Sin embargo, los tres ediles de C’s votaron a favor y entraron en el Gobierno. El partido los expulsó. Antonio López, entonces coordinador de Ciudadanos en Castilla-La Mancha, dijo de Fernando Ortega: «Nos ha hecho una jugada al partido, es un impostor y se ha aprovechado de todo esto para gobernar con otro partido político».

En El Casar (Guadalajara), Ciudadanos obtuvo cuatro concejales ( Yolanda Ramírez, Juan Gordillo, Carlos Ignacio Hernández y María Asunción López), y ninguno está ya en el partido. C’s se abstuvo en la investidura y permitió que José Luis González, del PP, fuese el alcalde al liderar la lista más votada. Ahora Ramírez y Gordillo son parte del Gobierno municipal.

Ramírez también es diputada provincial y anunció su marcha de Ciudadanos en enero de este año por desavenencias con la dirección. La portavoz Orlena de Miguel pronuncia unas palabras muy duras para referirse a su excompañera de partido, a la que directamente acusa de haber sido «comprada por el PP». Se refiere a que, gracias a una modificación del reglamento de la Diputación, Ramírez mantiene un sueldo de 49.000 euros brutos anuales.

De Miguel recuerda que todos los concejales que se presentaron por Ciudadanos a las elecciones municipales «firmaron un documento en el que nos comprometíamos a que, si por cualquier razón dejábamos el partido, dejaríamos nuestro acta». Como prácticamente ninguno de los 16 concejales lo ha hecho y ahora son no adscritos, la portavoz cree que «en estas personas está comprobado que su interés es económico».

Pedro Soriano defiende una visión totalmente diferente. El concejal de Albacete dice: «Ciudadanos es el único partido de España en el que se echa a la gente simplemente por discrepar». De su primera experiencia política tiene una sensación «agridulce». «Dentro del Ayuntamiento de Albacete no hay ideología, todo se pacta y se reparte. Hay reparto de poder y de puestos de trabajo. Los partidos son agencias de colocación», dispara del tirón.

Convención en Valladolid

Hace un mes, el 5 y el 6 de mayo, Soriano participó en Valladolid en la primera convención de concejales no adscritos de toda España. Se reunieron unos 60 rebotados desde Ciudadanos. El organizador fue Javier López, no adscrito en Amés (La Coruña), que además lleva una lista de todos los concejales y diputados salidos de C’s. López tiene contabilizados 152 casos del total de 1.527 que resultaron elegidos en las últimas elecciones municipales. Sin embargo, asegura que hay más y se basa en que hace unas semanas C’s publicó un tuit «en el que decían que tenían 1.316 concejales. Si a 1.527 le restas 1.316 la cifra es de 211», calcula.

López explica que el objetivo de crear este grupo nacional de no adscritos es «convertirse en un colectivo de apoyo a todos los concejales, no solo salidos de Ciudadanos sino de cualquier partido, para que vean que no están solos. La ley no es benévola con el no adscrito. Todo lo contrario: nos consideran tránsfugas, bichos raros, cuando somos cargos públicos y estamos defendiendo los derechos de los vecinos de cada uno de nuestros ayuntamientos».

Ver los comentarios