Los hijos del exalcalde de La Gineta niegan haber pegado al interrogado por el asesinato de su padre

Marcial Hidalgo apareció muerto de dos disparos en su finca 'El Peñón' el 23 de abril de 2012

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Los hijos del exalcalde de la localidad albaceteña de La Gineta, Marcial Hidalgo, que apareció muerto de dos disparos en su finca 'El Peñón' el 23 de abril de 2012, Alonso y Sebastián, y el único interrogado por este presunto homicidio, el arrendatario de la finca, Orencio M. R., se han sentado en el banquillo de los acusados del Juzgado de Lo Penal nº 1 de Albacete acusados de haber cometido un delito de lesiones, por el que la Fiscalía pide para cada uno 20 meses de prisión.

Los hermanos han negado haberle pegado y han denunciado «provocación» por parte de Orencio y éste ha asegurado que recibió «golpes por todos los sitios», incluso con una barra de hierro.

En la vista oral ha declarado en primer lugar el que fuera aparcero del regidor de La Gineta, Orencio, subrayando que el día de los hechos, 31 de julio de 2012, estaba cerca de la tienda que regentan los hijos del exalcalde cuando se encontró con la madre y esposa de Marcial Hidalgo y le dijo «que quedaba una pistola» para él.

Tras esas palabras, que según ha declarado al representante del Ministerio Público, no le dieron «ningún sentimiento», ha relatado que aparecieron los dos hijos, le «cogieron por detrás» y le «empezaron a pegar». Ha afirmado que recibió golpes «por todos los sitios, varios y fuertes, con el puño en la cabeza» y que él no respondió, sólo se «agachó y aguantó» porque, ha asegurado, «no podía defenderse en ningún momento».

Ha negado, a preguntas del abogado defensor de los hermanos Hidalgo, que previamente había dado un empujón a la madre y que les profirió frases como: «Me habéis arruinado la vida; me habéis imputado y no os voy a dar dinero». Ha dicho que se refugió, «arrastrándose» en un taller de chapa cercano al lugar de los hechos y ya dentro se puso «en pie y siguieron golpeando». «Patadas en la pierna, puñetazos en la espalda y al final, con una barra de hierro, en la cabeza», y que después cayó al suelo desmayado y tuvo que ir la UVI móvil.

Sin embargo, el dueño del taller, que también ha declarado, ha testificado que se cayó porque tropezó con una plataforma elevadora y que no vio que se golpearan en el interior del local, y sí que Orencio corría y uno de los hermanos, el progenitor, iba detrás de él, agarrándolo.

La madre gritó: «Está aquí»

Sebastián Hidalgo ha sido el siguiente en declarar y ha relatado que estando en su negocio, con su madre limpiando la puerta, entró la mujer para decirles, «chillando», que «el imputado por el asesinato de su padre estaba aquí». Ha asegurado que «cinco minutos después, salió la madre y la empujó Orencio», por lo que el hijo «salió corriendo tras él». Ha contado que se metió en el taller y corrió «detrás de él hasta que se cayó al suelo».

En su declaración, ha testificado que sufrió una fractura en la mano «por una patada» que le propinó el otro acusado, y ha negado que cogieran una barra de hierro para pegarle.

Por su parte, el progenitor de los hermanos Hidalgo, Alonso, ha mantenido la versión de su hermano añadiendo que fue una provocación de Orencio. «Nos acabábamos de enterar que estaba imputado por el homicidio del padre y se personó en la puerta del negocio» cuando, ha asegurado, nunca antes había estado allí. Ha manifestado que no agredió al procesado porque le dijo que le «iba a decir quién era el asesino» de su padre y por eso no le agredió.

La expareja de Orencio que en ese momento acompañaba al acusado, ha manifestado que ella se quedó en el coche, porque estaba mal aparcado, y cuando Orencio fue al maletero a coger algo, vio por el espejo del retrovisor llegar primero a la madre «que se acercó a decirle una cosa» y después a los dos hermanos que «empezaron a golpearlo de una manera brutal».

Al salir del vehículo para ver qué ocurría y pedir ayuda, ha relatado que la madre le dijo que se quedara ahí porque para ella «quedaba una pistola, que no se metiera porque ellos querían hacer justicia». Ha defendido que Orencio no pegó a ninguno y que ella misma pidió a la gente que estaba por allí que llamaran a la policía «porque iban a matarlo». Ha afirmado que no vio que le pegaran con una barra de hierro.

La médico del servicio de Urgencias del Hospital General Universitario de Albacete, que ha declarado como perito, ha informado de que Orencio sufrió contusión en la pierna izquierda y contusión craneal por erosión, que no precisó puntos de sutura, como ha afirmado en el juicio Orencio, -«que le dieron tres puntos»- y que el golpe en la cabeza pudo haber sido «con cualquier cosa».

Dilaciones indebidas

El abogado de los hermanos ha pedido la libre absolución o si resultan condenados que se aplique la circunstancia atenuante de dilaciones indebidas por haber transcurrido «cinco años» desde que sucedieron los hechos, en los dos hermanos; y en uno de ellos, Sebastián, la atenuante de reparación del daño por haber depositado inicialmente la cantidad de 1.120 euros que se le reclamaban en el procedimiento.

La defensa del otro acusado también ha pedido la libre absolución, y como su compañero, que si resulta condenado a su cliente se le aplique la atenuante de dilaciones indebidas. La Fiscalía ha solicitado 20 meses de prisión para cada uno de los acusados. El juicio ha quedado visto para sentencia.

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