Agua

El Gobierno admite que va a ampliar las desaladoras por la sequía

La Junta aplaude la decisión porque «no se puede depender todos de un recurso que se está agotando», en referencia al trasvase Tajo-Segura

Imagen del estado del embalse de Buendía de hace unas semanas ASOCIACIÓN MUNICIPIOS RIBEREÑOS

J. A. P.

Las desaladoras como solución de urgencia ante la sequía. La ministra de Agricultura, Medio Ambiente, Pesca y Alimentación, Isabel García Tejerina, admitió este miércoles que el Gobierno «trabaja en modificaciones» para triplicar la capacidad de la desaladora de Torrevieja (Alicante).

El anuncio llega después de que España esté viviendo su peor sequía desde hace más de veinte años. La reserva hidráulica del país se encuentra en el 37 por ciento de su capacidad total, una baremo medio al que ya les gustaría llegar a muchos embalses. Sin ir más lejos, los de Entrepeñas y Buendía , en la cabecera del Tajo, están por debajo del diez por ciento de su capacidad.

«No se puede depender todos de un recurso que se está agotando sin buscar una solución que satisfaga a todos», dijo el portavoz de la Junta de Castilla-La Mancha, Ignacio Hernando , en referencia al trasvase Tajo-Segura cuando fue preguntado por el anuncio de Tejerina.

Hernando añadió que esta solución de «urgencia nacional» da la razón al Ejecutivo castellano-manchego que dirige el socialista Emiliano García-Page, que repetidamente viene pidiendo utilizar agua de las desaladoras como alternativa al trasvase. Incluso García-Page ha dicho que impulsará una iniciativa legislativa para que el Congreso de los Diputados «termine obligando» al Levante a que «antes de que puedan utilizarse las aguas superficiales de los ríos se tenga la obligación de utilizar el agua desalada del mar».

De momento, lo que Tejerina aseguró es que el Gobierno va a triplicar la capacidad de la desaladora de Torrevieja desde los 40 hectómetros cúbicos actuales hasta los 120. Además, dijo que los Presupuestos Generales del Estado del próximo año contemplan una inversión de más de 13 millones de euros para la desalación y, «si fuera necesario», también hay preparadas «baterías de pozos de sequías».

La ministra admitió que «la situación de los embalses es más preocupante» cada día debido a la falta de lluvias en las cuencas del Júcar y del Segura, en la cabecera del Tajo o en el Duero. De hecho, desde el Gobierno afirman que el suministro de agua para abastecimiento está garantizado solo hasta final de año. En caso de persistir la sequía, como así apuntan las previsiones de los metereólogos, el Gobierno señala la posibilidad de restringir otros usos del agua que no sean los de abastecimiento, que es prioritario.

Por ello Tejerina hizo un llamamiento a «todos» para hacer un «uso más eficiente, más riguroso y solidario en materia de agua». «Ahora, en sequía, todos debemos estar especialmente comprometidos», finalizó.

En el Ejecutivo de Castilla-La Mancha cargan todas las tintas contra el trasvase Tajo-Segura, del que han hecho una de sus banderas políticas. «No es cuestión de buscar cupables ni de que unos u otros sean los verdugos», dijo conciliador el portavoz Hernando. En todo caso, añadió, si las estimaciones se cumplen, «en menos de dos años se acaba el agua embalsada en los pantanos de cabecera del Tajo, y se acaba para los castellano-manchegos, para el Levante y para el conjunto de España».

Ribereños contra regantes

Por otro lado, el Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura ( Scrats ) anunció hace unos días que a mediados de enero se concentraran en Madrid para pedir agua. Entre otras medidas, reclamarán la «intocabilidad del acueducto Tajo-Segura», explicó Lucas Jiménez, presidente de este sindicato. Es decir, precisamente lo contrario a lo que pide el Ejecutivo de Castilla-La Mancha, que tiene como fin acabar con el trasvase.

Este miércoles, la Asociación de Municipios Ribereños contestó con «bastante sorna» a los regantes del Levante. Francisco Pérez Torrecilla, su presidente, dijo que la manifestación de los levantinos podría hacerse en los embalses de Entrepeñas y Buendía, donde hay «espacio de sobra». Tanto es así que la falta de agua ha provocado que la superficie de los embalses sea ahora un «desierto transitable».

« Hay caminos que, aunque deberían estar 30 metros bajo el agua, son ahora perfectamente visibles y practicables . Incluso pueden hacer turismo cultural visitando las ruinas del Real Sitio de la Isabela, que emergieron hace ya tiempo a causa del saqueo de agua a través del trasvase», añadió el representante de la Asociación de Municipios Ribereños.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación