Entrevista a José García Molina«Nosotros debemos ir tirando del PSOE»

José García Molina, líder de Podemos en Castilla-La Mancha, define al presidente regional, Emiliano García-Page, como una persona que «lleva muchas veces a la ambigüedad, como ha pasado con la concertada»

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Esta semana, Podemos fue el protagonista político en Castilla-La Mancha. Su líder, el portavoz en las Cortes y también secretario general, José García Molina, amenazó con aliarse con el PP y tumbar unos Presupuestos que ya están en la recta final para su aprobación. Al final, solo fue un amago y la pareja PSOE-Podemos sigue con su noviazgo.

—¿Cuál fue el «mensaje adecuado» que les hizo llegar el presidente regional, Emiliano García-Page, para que ustedes votaran en contra de la enmienda total que presentó el PP?

—Él dijo que quería para España algo parecido a lo que hay en Castilla-La Mancha. Nosotros tenemos que ir tirando del PSOE, sobre todo en algunas cuestiones que tienen que ver con políticas sociales o investigación y desarrollo.

A pesar de eso, al final todo el mundo tiene que ceder y llegamos a acuerdos.

—¿No es contradictorio amagar con echar para atrás unos Presupuestos que eran los que Podemos, junto con el PSOE, ha preparado?

—Hay que diferenciar dos escenarios. Por un lado está la contabilidad de los Presupuestos. Sin embargo, también he dicho muchas veces que los Presupuestos son el hecho político por excelencia, el que tiene que marcar la base de hacia dónde vamos.

—¿También se ha pensado que ese órdago venía influenciado desde Madrid (Pablo Iglesias)?

—Pues no. Tengo muy buena relación con Pablo, con Íñigo (Errejón)… porque además pertenezco al Consejo Estatal, pero la política de Castilla-La Mancha la decidimos aquí.

—García-Page dijo que no eran los Presupuestos que el PSOE querría. ¿Cómo serían si los hubiese hecho solo Podemos?

—Los Presupuestos son limitados y no hay margen para hacer cambios súper radicales, pero creemos que hay gastos que son secundarios. Por ejemplo, publicidad institucional, gastos de representación, gastos propios de las Cortes... Estoy totalmente en contra de que se pague por ir a los plenos y a las comisiones, que son 150 euros por diputado. Cuando empiezas a quitar un millón de aquí, tres de allá, acabas teniendo una bolsa que puedes dedicar, por ejemplo, a la investigación. Por ejemplo, solo con 300.000 euros más podríamos contratar a 15 ó 20 investigadores jóvenes en la universidad.

—¿Qué enmiendas parciales va a presentar Podemos?

—Van a ser en el campo de la educación, de la investigación, de la cultura… lo que le he dicho: vamos a intentar que la partida de investigación suba para hacer una apuesta por los jóvenes de la región. El problema ahora es que ya solo podemos mover dinero entre secciones: quitarlo de un lado para añadirlo en otro.

—Entre lo ya acordado con el PSOE está la retirada de 500.000 euros que se destinaban a los servicios religiosos en los hospitales. ¿Entiende que haya católicos que se sientan ofendidos?

—Por supuesto. Igual que entiendo que los no católicos se sientan ofendidos porque se pague medio millón a una confesión y nada a las otras. Yo le dije el viernes al arzobispo de Toledo que esto no es una cuestión de fe, pero no me parece bien que en una sociedad plural haya unos acuerdos que priman a una confesión. Y luego hay otra cosa: 500.000 euros en unos Presupuestos de más de 8.000 millones de euros es poco, pero con ese dinero se pagan más de 1.000 rentas del Ingreso Mínimo de Solidaridad. El debate tendría que ser: qué es lo público y cómo se utiliza.

—Educación concertada. Mientras ustedes aseguran que este año se congela el presupuesto y en los próximos años el compromiso es ir reduciéndolo, el PSOE parece escurrir el bulto. ¿Cuánto se dedica actualmente a la educación concertada y cuánto se va a reducir en los próximos años?

—Si uno lee el acuerdo firmado, no hay ninguna duda. Las interpretaciones que haga el PSOE son suyas. Yo pongo siempre como ejemplo a Alemania o Finlandia porque tienen una educación pública muy buena y una educación privada muy buena, y luego la gente decide. La idea es potenciar la pública y reducir progresivamente la concertada. Si vamos apostando por la pública, la concertada puede jugar el papel que debería haber jugado siempre: el de subsidiariedad, es decir, que esté allí donde la pública no llega. Es curioso pero a nadie se le ocurre poner una escuela concertada en un pueblito rural. ¿Qué cuanto se dedica a la concertada? Ahora mismo no lo tengo en la cabeza.

—El Plan de Emergencia Ciudadana, ¿cuánto supone y a quiénes va a llegar?

—Hay un momento de emergencia en el que muchísima gente no solo ha perdido el empleo, sino cualquier tipo de cobertura y tenemos unas ayudas que son las más bajas de España: 372 euros. Nuestra idea eran dos planes de choque: incrementar las ayudas de emergencia ciudadana y el plan de empleo. Se trata de llegar a más gente y de que los procedimientos se aceleren. Ahora hay gente que pide una ayuda y le llega nueve meses después. Las ayudas tienen que llegar a los dos o tres meses. En cuanto a la cuantía, nuestra idea es que a final de la legislatura se equipare al Salario Mínimo Interprofesional. El presupuesto para este año es de 630 millones de euros.

—El PP les acusa de hacer una oposición dócil y a usted de ser Molina II (José Molina fue diputado regional de IU y acabo pasándose al PSOE)...

—Yo estoy en política circunstancialmente. Mi idea es volver a mi trabajo en la universidad. En cuanto a la oposición dócil, creo que el PP está políticamente muy perdido y se nota en el tipo de iniciativas que proponen, que todo el rato son al contrataque. Sinceramente, este tipo de política me suena a patio de colegio.

—¿Cómo definiría a García-Page?

—Es una persona pragmática y tiene un arte, o no, según se mire, de decir: «Lo cierto y verdad es esto y lo otro». Eso le lleva muchas veces a la ambigüedad, como lo que ha pasado con la concertada. A mí me gustaría que fuera más claro.

—¿Cómo ve a las consejerías?

—Pedimos la dimisión de la consejera de Educación, Reyes Estévez, y la mantenemos. Esta Consejería ha dado continuidad a las políticas más criticadas de Cospedal: el distrito único, no haberse posicionado frente a la Lomce… Ha habido un inmovilismo que no responde a una voluntad de cambio. Con el resto, hay algunas a las que queremos exigir más, especialmente a la de Bienestar Social.

—Ustedes entraron en el parlamento, pero Ciudadanos, también con muchos votos, se quedó fuera. ¿Cambiar la ley electoral es una de sus prioridades?

—Por supuesto. Nos parece injusto que fuerzas con 90.000 votos no estén en las Cortes. Nuestra idea es circunscripción única para que la fórmula sea: una persona, un voto. También tenemos claro que no hay un modelo perfecto.

—Desde que se creó Podemos, ¿han notado el cambio desde la teoría a la práctica de la gestión?

—No nacimos en la teoría, nacimos en las plazas. Es verdad que las calles y las instituciones tienen códigos distintos. Nuestro reto es no perder las calles, pero saber que estamos en las instituciones.

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