Agua

¿Por qué Castilla-La Mancha se opone al trasvase?

Mientras que los embalses de Entrepeñas y Buendía, en la cabecera del Tajo, están al 19,1 por ciento de su capacidad, la cuenca del Segura tiene un 24,56 por ciento de agua

El embalse de Entrepeñas en Sacedón, provincia de Guadalajara, en una imagen del pasado agosto DE SAN BERNARDO
Juan Antonio Pérez

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Con casi toda seguridad, la Comisión de Explotación del Trasvase Tajo-Segura autorizará este martes una cesión de agua al Levante y Murcia. Algo que claman desde esta última zona de España y a lo que se opone Castilla-La Mancha.

Sin embargo, la ley firmada en 2013 establece que los trasvases desde Entrepeñas y Buendía, en la cabecera del Tajo, se podrán hacer cuando estos embalses acumulen más de 400 hectómetros cúbicos . Y ahora suman 472,21, según la información consultada por ABC y actualizada a las 13.00 horas de este martes. Con lo cual, el trasvase será un hecho.

El asunto es, ¿por qué Castilla-La Mancha se opone al trasvase? Se trata de una simple cuestión de porcentajes. Veamos. En España, los embalses están al 62,38 por ciento de media y el nivel es casi calcado en la cuenca del Tajo, con un 62,74 por ciento. Mientras, el Segura solo almacena un 24,56 por ciento. Hasta aquí parece evidente que una cesión de agua del Tajo al Segura es pura solidaridad.

Sin embargo, el problema no es tan sencillo. Hay que tener en cuenta que no se trasvasa agua desde toda la cuenca del Tajo, sino solo desde los embalses de cabecera. Estos son los de Entrepeñas y Buendía, que hasta que llegaron las lluvias estaban por debajo del diez por ciento de su capacidad y ahora se encuentran en el 19,1 por ciento.

En concreto, Buendía almacena 262,79 hectómetros cúbicos sobre una capacidad total de 1.639; mientras que Entrepeñas está en 209,42 sobre 835, según el último dato, igualmente actualizado a las 13.00 horas de este martes.

O dicho de otra manera: el trasvase se va a hacer desde unos embalses que acumulan menos agua que la cuenca del Segura. De unos embalses que están al 19,1 por ciento ( 472,21 hectómetros cúbicos sobre un total de 2.474 ) hacia una cuenca con el 24,56 por ciento de agua.

En 2013, con mandato de María Dolores de Cospedal en Castilla-La Mancha, se llegó a un acuerdo con el Gobierno de Rajoy que establecía el mínimo trasvasable en 400 hectómetros cúbicos. Antes de esa fecha, esa cantidad se reducía a 240.

Ahora, con Emiliano García-Page en el Gobierno regional, se pide elevar el mínimo trasvasable a los 510 hectómetros cúbicos, lo que apenas sería el 20,6 por ciento de lo que pueden almacenar Entrepeñas y Buendía. Hace una semana, la consejera de Fomento, Agustina García Élez, habló en una entrevista con ABC de un mínimo de 900, el 36,4 por ciento. Y mientras, la Asociación de Municipios Ribereños ha pedido que la cantidad mínima sea de 990 hectómetros, el 40 por ciento de la capacidad de ambos embalses.

Efectos «desastrosos»

Hace un mes, un grupo de investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) presentó un estudio de las consecuencias que el trasvase Tajo-Segura había tenido en la zona de los embalses de Entrepeñas y Buendía, donde hay pueblos de las provincias de Cuenca y Guadalajara.

Los expertos no dudaron en calificar de «desastrosos» los efectos que el trasvase, en sus casi 40 años de vida, ha tenido en la zona. Algunos datos: estos municipios ribereños tienen hoy un 21 por ciento menos de población que cuando se inició la cesión de agua, mientras que en otras zonas rurales de Cuenca y Guadalajara la caída solo ha sido del nueve por ciento. Además, la renta de los ribereños es un 20 por ciento menor a la de otros territorios de la provincia.

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