El Archivo de la Marina de Viso del Marqués abre sus puertas

A unos 300 kilómetros de la zona de costa más cercana -en este caso la andaluza-, se encuentra el municipio ciudadrealeño de Viso del Marqués (2.447 habitantes). Este dato puede que lo tengan en cuenta muchos vecinos de la localidad para planificar sus próximas vacaciones de verano o tan solo para darse un chapuzón en las playas más próximas. Pero, lo que quizás mucha gente desconozca es que esta localidad al sur de Ciudad Real alberga el Archivo General de la Marina «Álvaro de Bazán», que guarda la memoria de la Armada española desde el siglo XVIII hasta la Guerra Civil en 14 kilómetros de legajos dentro del Palacio de los Marqueses de Santa Cruz.

Y se preguntarán: ¿Qué demonios hace este archivo en un punto tan alejado del mar? La respuesta la conoce el brigada Pedro Cardeñosa Nieto, jefe de Administración del Archivo General de la Marina «Álvaro de Bazán», quien cuenta a ABC que fue el militar e historiador alicantino Julio Guillén Tato (1897-1972) el que, con ayuda de Ana María Vigón y Juan del Campo, «decidió que era un lugar con un clima propicio».

Además, explica que está en una «situación equidistante de los sitios donde se almacenaba la documentación y en 1948-1949 se empezó a restaurar y traer documentación de las distintas cabeceras marítimas de la armada».

Toda una joya que ha estado cerrada al público desde finales del 2016 por la falta de personal técnico para atender a los investigadores, algo que está «en vías de solución», según señala el responsable del arhivo. Sin embargo, aunque el brigada Pedro Cardeñosa asegura que el centro ha continuado funcionando «en todo momento» y han seguido recibiendo peticiones de los estudiosos en la materia, el Archivo General de la Marina volverá a abrir sus puertas el próximo viernes, 9 de junio, con motivo del Día Internacional de los Archivos. En horario de 9.00 a 13.00 horas, todo aquel que lo desee podrá contemplar una parte de los documentos de gran relevancia para la historia marítima de España, como patentes de corso, reales órdenes, cuadernos de bitácora, cartas náuticas y expedientes.

Y es que la importancia de este archivo, según destaca su responsable, es «mucho más amplia de lo que la gente conoce, ya que hay documentación de cosas que a la gente le podría sorprender». Relata también que «en tiempos de Felipe II cambió el concepto de marina y, en lugar de servir solo para guardar las costas, empezó a haber navegaciones con carácter más de investigación».

El brigada Pedro Cardeñosa explica que en el fondo documental del centro hay una sección de expediciones marinas, con documentos sobre antropología, psicología, medicina, arquitectura o cultura de otros países. «Sería como el internet del siglo XVIII porque en esos momentos no había modo de llegar a otras culturas sino no era a través del mar, y quienes llegaban y hacían esos documentales eran los marinos españoles. Todo eso se guarda aquí», subraya.

Pero si hay una documentación que llama la atención del Archivo General de la Marina, es la referente al caso Odyssey, el litigio que España mantuvo con esta compañía «cazatesoros» en los tribunales estadounidenses por el tesoro de la fragata española Nuestra Señora de las Mercedes, hundida en la batalla del cabo de Santa María, en la costa portuguesa del Algarve. Ojalá esta documentación sirva para que los hechos no se repitan.