La Fundación Princesa de Girona resiste al separatismo

Creada hace siete años en la residencia de Don Felipe y Doña Letizia, la Fundación Princesa de Girona ha alcanzado su etapa de madurez en un momento crítico en Cataluña, en el que las autoridades se afanan en retirar símbolos monárquicos y vínculos con el resto de España. Sin embargo, esta fundación dedicada a dar oportunidades a los jóvenes ha conseguido resistir los embates separatistas, y los próximos días 1 y 2 de julio volverá a vivir su gran momento del año cuando los Reyes se desplacen al Auditorio de Gerona para entregar los premios bautizados con uno de los títulos de la Heredera de la Corona.

Lo único que han intentado hasta ahora los independentistas y republicanos (ERC y CUP) fue cambiar el nombre de la fundación.

Pretendían que se llamara Carles Rahola, que era un ministro republicano asesinado en la Guerra Civil, pero el Ayuntamiento de Gerona no tiene ninguna competencia en la fundación. Los únicos que podrían cambiarle el nombre serían los 60 miembros de su patronato, y obviamente lo han mantenido.

Y es que esta iniciativa surgió en 2009 por iniciativa de la sociedad civil gerundense, al margen de las instituciones políticas. Los presidentes de las cuatro entidades fundadoras (la Cámara de Comercio de Gerona, Caixa Gerona, la fundación Gala-Salvador Dalí y la Caixa) acudieron el 10 de marzo de 2009 a la residencia de los entonces Príncipes, en La Zarzuela, y anunciaron el nacimiento de la fundación. Después se sumaron los patronos, que aportan los dos millones del presupuesto anual de la institución.

Pero no sólo ERC y la CUP han reconocido la «buena» labor que realiza la fundación en beneficio de los jóvenes y de la ciudad de Gerona, sino que también Artur Mas y Carles Puigdemont han respaldado la iniciativa con su presencia, junto a los Reyes, en la entrega de los premios, durante los años en los que el primero era presidente de la Generalitat y el segundo alcalde de Gerona. Es más, Puigdemont es actualmente vicepresidente de honor de la fundación, cuya presidenta de honor es la Princesa Leonor.

Aunque Puigdemont todavía no ha confirmado su asistencia el próximo 1 de julio a la entrega de los premios, la directora general de la fundación, Mónica Margarit, da por hecho que acudirá. Preguntada sobre si el nuevo clima político está afectando a la fundación, Margarit asegura que «nosotros no hemos notado absolutamente nada». «Nosotros lo que hacemos es trabajar por los jóvenes», añade. Su objetivo es que los jóvenes vivan «un antes y un después» tras pasar por la Fundación Princesa de Girona y ahora se muestra encantada ante el próximo traslado a una nueva sede más cerca del centro de la ciudad, porque la actual estaba muy alejada.

Ayudar a buscar trabajo

La fundación trabaja en tres frentes: primero, reconoce con sus premios a los jóvenes que han demostrado una actitud innovadora; segundo, forman a profesores para que sean capaces de enseñar a sus alumnos a ser emprendedores y tercero, apadrinan el talento, es decir acompañan a los jóvenes en su búsqueda de empleo.

Según Margarit, «el 80 por ciento de los trabajos se encuentran por contactos», y hay jóvenes que no los tienen. Es el caso de aquellos estudiantes que son los primeros de su familia en alcanzar la educación superior. A ellos se les pone un padrino o mentor que les ayude a «salir del túnel». A veces, relata, hay que darles consejos tan sencillos como enseñarles a «hablar de usted» con sus interlocutores.

Lejos de adoctrinar sobre las ventajas de la Monarquía, la fundación está entregada a su labor social en beneficio de los jóvenes y, aunque todos los proyectos empiezan a desarrollarse en Gerona, «están diseñados para ser replicados en otras Comunidades Autónomas». Curiosamente, explica la directora general de la fundación, algunos jóvenes que se acercan a esta institución no saben quién es la Princesa de Girona. Creen que es un personaje histórico, pero no lo vinculan con la Heredera de la Corona.Desde su origen, Don Felipe y Doña Letizia se han volcado con esta fundación, participan en sus comisiones delegadas y en los patronatos, lo que supone, como mínimo, cuatro reuniones al año. Cuando eran Príncipes se sumergían en las maratonianas jornadas en el Auditorio de Gerona y, desde que son Reyes, reservan un día para compartirlo con los jóvenes.