Pedro Agustín del Castillo y Vergara, en 1731, veía así San Borondón
Pedro Agustín del Castillo y Vergara, en 1731, veía así San Borondón - ABC

El permiso de 1542 para conquistar la inexistente isla de San Borondón

Por si acaso, Alonso Luis Fernández de Lugo, tercer Adelantado de Canarias, pidió tomar posesión de este territorio.

Gabriel de Socarrás recibió incluso hasta autorización para habitarla con esclavos subsaharianos

Las Palmas de Gran Canaria Actualizado: Guardar
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Alonso Fernández de Lugo, hijo de Pedro Fernández de Lugo y nieto del conquistador Alonso Fernández de Lugo, logró que Carlos V le diese autorización en 1542 para conquistar el Canarias una isla que no existía: San Borondón. Pretendió cumplir el objetivo imposible de una pareja de marineros de Gran Canaria, que 16 años antes, lo intentó sin resultado.

El interés por esa mítica San Borondón sería porque otros aventureros buscaban su control. Fernando de Troya y Fernando Álvarez, marineros de Gran Canaria, se aventuraron en su búsqueda en 1526. Después de la petición de Alonso Fernández de Lugo, en 1556, el navegante portugués Roque Nuñes con un cura de La Palma, Martín de Araña, dijeron haberla visto; pero que no desembarcaron.

En 1560 Hernando de Villalobos, Gaspar Pérez de Acosta y el fraile Lorenzo Pinedo también los intentaron. Todos fracasaron. La existencia de la isla es una leyenda.

De las cosas e intereses de Alonso Fernández de Lugo, el cronista Fernández de Oviedo dijo, literalmente: "Aunque no hay que loarle, ni cosa que pueda dar gusto al lector, pasará la historia por sus cosas con brevedad, y aun yo quisiera poder disimular y que mis renglones fueran más a su propósito, o no escribir letra si con buena conciencia me pudiera excusar de hablar en sus sucesos; porque ni él ni otro no tuvieran que conjeturar ni ponderar de lo que aquí diré, como hombre libre y que no tengo fin sino decir verdad".

Por su parte, el que fuese conquistador y regidor de La Palma, Gabriel de Socarrás, también creía en su existencia. Y pidió, con resultado positivo, una capitulación para conquistar la isla de San Borondón. El caso es que esa era, a juicio de Emelina Martín Acosta, de la Universidad de Valladolid, difeente porque era "caracter mixto de descubrimiento", es decir, conquista y poblamiento. "Para su descubrimiento, conquista y poblamiento había de llevar dos navíos con bastimentos, gentes y armas".

"Después de localizarla se debía someter a sus pobladores para que acatasen al emperador y la religión católica", recuerda Martín Acosta, que agrega: "Y a partir de entonces se emprendería la verdadera colonización, es decir, llevar familias, cincuenta vecinos con sus mujeres, para se se dedicaran a labrar la tierra con trigo y cebada, vides y caña de azucar, así como a la cría de ganados".

Si se consquistaba San Borondón Gabriel de Socarrás sería nombrado Gobernador y Capitán General con un salario muy importante y con facultad para repartir solares, tierra "y agua entre los vecinos, así como para repartir encomiendas". Podría pasar a San Borondón 50 esclavos subsaharianos, "la tercera parte mujeres, sin pagar ningún derecho", indica el texto de autorización a De Socarrás.

Emelina Martín detalla que en todos los documentos que en el siglo XV se refieren a las islas Canarias, siempre se deja abierta la posibilidad de la conquista de una nueva isla. De hecho, en una carta de Juan II de Portugal a los Reyes Católicos sobre las pesquerías de Guinea de 1490, se refiere a "todas las otras islas de Canairas" en previsión de ser cierta la presencia de San Borondón en el Archipiélago.

Abreu Galindo menciona dos expediciones que fueron a conquistarla. Seguro que hubo más, indica Martín Acosta. No querer afrontar un cierto fracaso podría explicar por qué no se conocen otras capitulaciones como las de 1526 desde Gran Canaria y en 1570 desde la isla de La Palma además de la de 1542 de Alonso Fernández de Lugo.

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