El primer ministro alemán pudo ser envenenado en las islas. Un ex agente del Mossad apunta que estaba implicado en tráfico de armas. La familia pide que se llegue hasta el final
Es uno de los asuntos más oscuros y desconocidos sobre los intereses alemanes en Gran Canaria: La muerte del primer ministro de Shleswig-Holstein, Uwe Barschel. La trama tiene ingredientes como el supuesto espionaje político desde su partido, CDU, al socialdemócrata PSD, el Mossad, la
Stasi y el tráfico de armas. Hasta un agente secreto alemán que luchaba contra el separatista canario Antonio Cubillo. Uwe Barschel, era el delfín de Helmut Kohl.
Así lo contaba ABC en 1987.
El dirigente de la CDU estuvo en Gran Canaria descansando. Pero sus intereses irían más allá de los vacacionales. Conocía a la perfección la presencia de capital alemán en sectores estratégicos de las islas. Y la importancia de Canarias para triangular armamento con Sudáfrica e Irán.
La empresa con la que operaba todavía sigue abierta.
Uwe Barschel salió de la isla rumbo a Alemania para defenderse de su partido. Antes hizo escala en Ginebra, donde murió por envenenamiento. Eso es lo que han teorizado investigadores especializados consultados por ABC al cumplirse tres décadas de la muerte del líder democristiano alemán.
Su cuerpo se encontró en agua tibia en una bañera de un hotel de la capital suiza. El caso se mantiene clasificado como secreto por las autoridades alemanas y la familia denuncia el bloqueo de avances en la investigación por parte de la Justicia desde hace más de 30 años.
El sucesor de Khol
Según el sumario 05Js33247/87, oficialmente, se induce a pensar que el fallecimiento fue por un suicidio; pero nada concreto. Un ex agente de Mossad, el servicio secreto de Israel, apunta que fue su organización. Barschel vino a Gran Canaria para preparar su defensa porque en Alemania se le había acusado de espiar a sus contrincantes del PSD. Una denuncia de su jefe de gabinete, que pudo ser sobornado.
En Gran Canaria, antes de marcharse a Ginebra, ciudad en la que iba a mantener un encuentro con un informante sobre diversos asuntos de corrupción de CDU, estuvo con empresarios en Monte León, la lujosa zona turística de Maspalomas donde reside, entre otros, el compositor alemán Justus Franzt, que le conocía.
Tras la muerte de Barschel, uno de los detectives implicados en el caso, Stefan Rüdell, se suicidó semanas después con una pistola que había robado a un policía. El viceministro alemán del Interior de Schleswig-Holstein, Hans Joachim Knack, el hombre que podría aclarar la cuestión del espionaje del CDU al PSD, murió en su despacho de un infarto a los 65 años de edad.
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