Israel Galván acompañando a Estrella Morente y Alfredo Lago
Israel Galván acompañando a Estrella Morente y Alfredo Lago - Jachua Cruces/JCH

Israel Galván abre la Bienal de Danza de Lyon

Las Palmas de Gran Canaria Actualizado: Guardar
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Israel Galván, una de las estrellas del flamenco, abre esta semana la 17 Bienal de Danza de Lyon (Francia). Galván, habitual en el Teatro Cuyás de Las Palmas de Gran Canaria, presenta el espectáculo ‘Fla.co.men’, estrenado hace dos años en Barcelona. Junto al bailaor y coreógrafo sevillano, actúan otros nombres propios conocidos del público canario, como Akram Khan o la Compañía Maurice Bejart.

La Bienal de Lyon supone el mayor acontecimiento escénico de Europa. Reúne a más de 750 artistas de 20 países, que actúan en diferentes puntos de esta ciudad al Sur de Francia.

La Bienal celebra la creatividad en todos sus estados, con jóvenes talentos o estrellas consagradas de la danza con un entusiasmo y un espíritu festivo que se propaga a través de la ciudad como un reguero de pólvora.

El programa, dirigido por Dominique Hervieu, puja alto, con 37 espectáculos, dos performances, 23 creaciones y varios estrenos. 'La Misa para el tiempo presente' de Maurice Béjart versión Hervé Robbe; el Ballet de la Opera de Lyon; Cecilia Bengolea y François Chaignaud, Daniel Linehan, Jean-Claude Gallotta y Olivia Ruiz, un gran Battle of Styles, y, sobre todo, Israel Galvan.

Expectación levantan el dúo Roy Assaf/Yuval Pick con música de Kraftwerk, Christian Rizzo que reúne la música disco y la danza contemporánea. Olivier Dubois y su búsqueda de la felicidad, Fabrizio Favale (8 bailarines y un DJ en directo) o Alain Platel, con danza, teatro y circo. Y habrá que estar atentos a Jonah Bokaer, con música de Pharrell Williams (Happy).

Pero es Israel Galván el que, una vez más, marca la frontera entre el arte y la creatividad con la magia sobre el escenario. Israel Galván, el dadaísmo flamenco o, quizá habría que decir, flamenco dadaísta… Ecléctico e imprevisible, Galván sorprende y revuelve siempre. Remueve dentro y fuera. Pero siempre desde los adentros. ¿Desde dónde si no?

Irónico en la jarana y auténtico en la fiesta. ¡Anda jaleo, jaleo!… Sobrio pero con faralaes. Porque no es pose, la suya, sino alocución. Muy ‘cumplido’ con la tradición, pero siempre rondándole a ese humor del Sur, lleno de sátira y puya. La guasa en la piel y el arte en el tacón.

Siempre coqueto. Así es Israel Galván. Enriquece el flamenco al tiempo que se alimenta de otros estilos. Sincrético y hasta verdadero contemporizador de todo cuanto se le ponga por delante. Galván parece entregado a la improvisación, a la catarsis, pero hay todo un metódico trabajo detrás de cada gesto. Juega, eso sí, con cada paso y con todo lo que haya en escena. Quien piense que acude a ver otro espectáculo más de flamenco, se equivoca.

Impensable en el caso de Israel Galván, pero mucho menos con el solo de 'Fla.co.men'. La pieza es como él, collage y no fusión. El cuerpo es un instrumento más y baila lo que le toca, o no. Se expresa. Se entrega. Se mueve en un acorde más. En otra palmada más. Una cuerda más en la guitarra.

Israel Galván es como un traje al flamenco y viceversa, claro. Memoria viva del arte al que representa, su baile está en continua evolución y amén. Sigue su instinto como mismo la música le sigue a él. ¿O es al revés? Forma parte del misterio de su genio y su perfil, literalmente éste último, del que usa y abusa. Pero nunca es demasiado. Durante casi un mes, Lyon baila a todo ritmo: 'flashmobs', clases de baile en las plazas y espectáculos al aire libre, destacando entre ellos el gran desfile, en el que participarán 5.000 personas.

Este verano, el Gobierno galo reconoció a la ciudad de Lyon como el mejor destino turístico para fines de semana de Europa, tras ser elegida por el jurado de los World Travel Awards. Lyon atrae a 5,5 millones de visitantes cada año, dos millones más que hace una década. La tasa de ocupación alojativa es el 65% en los primeros seis meses de 2016, lo que apunta a resultados fruto de una política voluntarista por parte de la ciudad y de los profesionales, con el apoyo del Estado.

Después de la inscripción del casco antiguo de Lyon en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco en 1988, la atención dada a la calidad del recibimiento y a la oferta hotelera, así como el trabajo de promoción, explican el éxito de la urbe en el turismo.

El galardón llega cuando Francia, primer destino mundial del turismo, experimenta este año un descenso notable de la frecuentación de visitantes extranjeros a causa de factores como la amenaza terrorista, el clima desfavorable y la ocurrencia de huelgas durante varios meses en el primer semestre del año. Frente a ello, las autoridades se proponen priorizar la atención al sector, uno de los principales motores de la economía nacional. El final del verano tiene cita en Lyon.

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