YouTubeSchwarzenegger toma Belchite

Las ruinas del pueblo zaragozano azotado por la Guerra Civil, escenario del anuncio publicitario de un videojuego

Zaragoza Actualizado: Guardar
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Arnold Schwarzenegger entre las ruinas de Belchite (Zaragoza) y al mando de un equipo militar de élite. Es la cinematográfica combinación que acaba de hacer mundialmente famoso a este pequeño pueblo aragonés, gracias al anuncio de video lanzado por los dueños del videojuego Mobile Strike para su nueva versión «Heavy Artillery» (Artillería pesada).

La firma se lanzó a buscar las mejores localizaciones para rodar el spot de este videojuego bélico, y acabó decantándose por Belchite. Hasta allí desplazó a todo el equipo de rodaje, con Arnold Schwarzenegger al frente.

El rodaje se planificó con hermético secretismo, pero la casualidad hizo que acabara destapándose el mismo día que se realizó: los jugadores del equipo de fútbol de la localidad se enteraron, acudieron a las ruinas de Belchite (el conocido como Pueblo Viejo) y lograron que el conocido actor y exgobernador de California se bajara del todoterreno en el que iba y se hiciera fotos con ellos.

Las domésticas instantáneas empezaron a correr como la pólvora por las redes sociales.

Tras aquel rodaje, el montaje en estudio y la planificación comercial, ahora ha visto la luz el spot del videojuego. En él aparece Schwarzenegger en su versión cinéfila más clásica y popular, caminando entre las calles del Pueblo Viejo de Belchite.

El video funde imágenes reales de la grabación con efectos diseñados por ordenador. El escenario central del rodaje, el que más aparece en el spot, es lo que queda de una de las iglesias que tenía Belchite.

Belchite y la Guerra Civil

El Pueblo Viejo, como se le conoce, se vio especialmente castigado por los combates de la Guerra Civil, al encontrarse en plena línea de frente durante largo tiempo. Al terminar la contienda, el deterioro de sus edificios era patente. Pudo haberse rehabilitado, pero el régimen franquista optó por sustituirlo por otro de nueva construcción, el Belchite nuevo, que está solo a unos metros del histórico municipio.

Al final, los que quedaron en el Belchite Viejo fueron dejándolo. Los últimos se marcharon en la primera mitad de los años 60 y, en ese momento, sus calles y plazas quedaron definitivamente convertidas en un pueblo fantasma, pero también en museo vivo de las consecuencias de las guerras.

Cada año atrae a miles de visitantes y, en las últimas décadas, ha servido también de escenario para proyectos cinematográficos y publicitarios.

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