El robo en una casa de Pedrola destapa una red de fraude y explotación a inmigrantes

Un robo ocurrido en una vivienda de Pedrola (Zaragoza) el pasado 26 de septiembre ha acabado destapando una red de fraude y explotación a inmigrantes. La cabecilla sería una mujer y un familiar suyo, un portugués de 31 años, que regentan estalbecimientos hosteleros en esa localidad y en otros dos municipis próximos, Alcalá de Ebro y Alagón.

Según ha informado la Guardia Civil, se ha comprobado que ambos gestionaban varias viviendas en la zona, que alquilaban sin contrato a inmigrantes a los que, a su vez, tenían trabajando en sus establecimientos hosteleros.

Las mismas fuentes han indicado que les extorsionaban para que abandonaran las viviendas cuando así lo decidían. Además, han comprobado que los contratos laborales de esos inmigrantes también presentaban irregularidades, y que se han detectado casos en los que los trabajadores eran obligados a trabajar muchas más horas de las que tenían estipuladas en sus contratos.

En algún caso se detectaron jornadas laborales de casi el doble de las reglamentarias, hechos que ahora está investigando la Inspección de Trabajo.

Todo esto se ha destapado a raíz del robo que sufrió en su domicilio una de las inquilinas de esa pareja. Interpuso una denuncia después de que un hombre se adentrara en la casa a la fuerza, aprovechando que acababa de salir un amigo de la inquilina. Golpeó la puerta y, tras empujar a la mujer, entró a una habitaución y sustrajo un televisor.

La investigación de la Guardia Civil ha permitido determinar que el autor de ese robo con violencia es un portugués de 31 años, que responde a las iniciales N.F.G.R., familiar de la mujer con la que regenta varios establecimientos hosteleros en esta zona de la provincia de Zaragoza.

Las pesquisas destaparon que los inmigrantes a los que contrataban pasaban a alquilarles también las viviendas, pero sin contrato. El importe del alquiler se los descontaban de las nóminas.

Además, durante las pesquisas se comprobó también que esta pareja defraudaba a la compañía eléctrica, manipulando los cuadros de luces. Cuando querían forzar a los inquilinos a que dejaran la casa, ellos mismos les cortaban la luz. Para eso contaban con un electricista, que también ha sido acusada por un presunto delito de defraudación de fluido eléctrico.