Empresas

Preocupa el futuro de Opel en Figueruelas por la tensión entre empresa y trabajadores

Los nuevos dueños insisten en recortar costes salariales y el desacuerdo con los sindicatos encalla la negociación

Cadena de montaje de Opel en Figueruelas (Zaragoza), factoría que da trabajo a 5.300 personas y a miles más en empresas auxiliares Fabián Simón

R. Pérez

En sectores institucionales y económicos aragoneses está cundiendo una creciente preocupación por el pulso que mantienen desde hace semanas los nuevos dueños de Opel y los sindicatos de la factoría de Figueruelas (Zaragoza) , la mayor fábrica de Aragón. Los dueños, la francesa PSA , insiste en que se tienen que recortar los salarios para reducir costes y acabar con los números rojos de Opel, pero los sindicatos rechazan de plano la propuesta planteada por la compañía.

Todo esto se produce apenas dos meses después de que PSA tomara a todos los efectos las riendas de la fábrica de Figueruelas, en las que trabajan 5.300 personas y de la que dependen miles de empleos más en factorías aragonesas de empresas suministradoras de componentes de automoción.

En cuanto PSA ha tomado el mando ha empezado a plantear su particular hoja de ruta para enderezar las cuentas que arrastra Opel desde hace años. Y en esa hoja de ruta se incluye la negociación de un nuevo convenio que refleje sus pretensiones para recortar costes laborales y aumentar la competitividad económica de la planta.

Esta semana, la última propuesta de la empresa hacía encallar las negociaciones . La dirección ha planteado una rebaja salarial del 6% durante el próximo año y, a partir de ahí, cuatro años más de sueldos congelados . También ha planteado reducir los pluses salariales y aumentar los tiempos de trabajo.

Los sindicatos, al unísono, han rechazado de plano esta propuesta. Le han dedicado calificativos tales como «impresentable» o «inasumible». Dicen que el sentir de la plantilla es firme y mayoritario en contra de las pretensiones de PSA, pero desde esta multinacional francesa han empezado a lanzar advertencias. Dicen que, si al final todo queda en un acuerdo insuficiente para enderezar las cuentas, el futuro se antoja incierto. Y decir eso en Aragón para la factoría de Opel en Figueruelas supone hacer saltar las alarmas, no solo entre sectores económicos sino también en despachos políticos.

La fábrica de Opel sigue siendo un pilar esencial en la configuración del entramado industrial de Aragón , con un fuerte impacto en el empleo y en otras magnitudes como el comercio exterior. De ahí que cada vez que ha surgido un problema que se viera como amenazante para la factoría de Figueruelas se ha considerado, a efectos también políticos, como una cuestión de primer orden.

Las negociaciones quedaron encalladas. El jueves se produjo la última de las reuniones celebradas hasta ahora entre sindicatos y dirección de la empresa. Y acabó de forma breve y abrupta, con un no rotundo de los sindicatos y con la advertencia de la compañía que apunta a un sombrío futuro.

Los sindicatos reconocen que las negociaciones han llegado a un punto muerto en medio de un pulso cargado de tensión. Pero subrayan también en el mensaje de que, por su parte, no entienden que las negociaciones estén rotas, sino que están dispuestos a seguir dialogando. Ahora todo queda a expensas de que se emplacen a nuevas reuniones y de los movimientos que pueda haber entre una y otra parte en busca de un acuerdo que despeje las incógnitas que, hoy por hoy, se ciernen sobre el futuro de Opel en Figueruelas.

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