La autopsia al cadáver del anciano se ha practicado en el Instituto de Medicina Legal de Aragón. El cuerpo estaba cosido a puñaladas
La autopsia al cadáver del anciano se ha practicado en el Instituto de Medicina Legal de Aragón. El cuerpo estaba cosido a puñaladas
Sucesos

El parricida de Binéfar asestó 17 puñaladas a su padre, un anciano de 90 años

La juez ha ordenado prisión sin fianza para el acusado, de 56 años, y que se le haga un estudio psiquiátrico

Zaragoza Actualizado: Guardar
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José Antonio M. S., de 56 años, el vecino de Binéfar (Huesca) que este martes mató a su padre de 90 años en el domicilio que compartían, asestó un total de 17 puñaladas al anciano. Así lo ha determinado el informe preliminar de la autopsia que se le ha practicado al cuerpo del nonagenario en el Instituto de Medicina Legal de Aragón.

Este informe ha sido incorporado a las diligencias que tramita el juzgado de Instrucción número 2 de Monzón. Una de esas 17 puñaladas que le asestó su hijo fue en el cuello.

La confesión del parricida -que salió de casa ensangrentado y gritando que había matado a su padre-, las evidencias halladas en la vivienda y el informe forense han sido concluyentes para que la titular del juzgado núemro 2 de Monzón haya dictado prisión provisional comunicada y sin fianza para el acusado, el hijo de la víctima.

Además, la juez ha ordenado que, antes de entrar en la cárcel, José Antonio M. S. sea ingresado en la unidad penitenciaria del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, para que se le practique un estudio psiquiátrico en el que sea valorada clínicamente su salud mental.

José Antonio M. S. convivía desde hace años con su padre. Aunque el anciano tenía otras dos hijas, las dos viven fuera de Binéfar. El nonagenario estaba al cuidado de su hijo. No constaban episodios de violencia previos ni denuncias, aunque algunas fuentes han apuntado que el detenido ahora por parricidio podía arrastrar algún tipo de enfermedad mental.

El crimen se produjo en la tarde del martes, en torno a las 18.00 horas. En ese momento, José Antonio M. S. salió de su casa visiblemente alterado y envuelto en sangre. Cruzó la calle, entró en una tienda situada frente a su casa y, a gritos, dijo que había matado a su padre. Después se sentó en la calle a esperar a que le detuvieran. Cuando los servicios sanitarios de emergencia llevaron a su casa solo pudieron certificar la muerte del anciano.

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