Restos de lo que fue un torreón defensivo romano, documentado ahora por los arqueólogos pese a que siempre ha estado a la vista en el interior de una casa de Zaragoza
Restos de lo que fue un torreón defensivo romano, documentado ahora por los arqueólogos pese a que siempre ha estado a la vista en el interior de una casa de Zaragoza - Fabián Simón
Cultura

Hallan nuevos restos de la bimilenaria muralla romana de Zaragoza

Han aflorado durante unas obras realizadas en el Coso, nombre que tiene su origen precisamente en este recinto defensivo

Zaragoza Actualizado: Guardar
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Unas obras realizadas en un inmueble de la zaragozana calle del Coso han sacado a la luz nuevos restos de lo que fue la muralla romana que protegía a la célebre Caesar Augusta (Zaragoza), la gran urbe fundada por el Imperio Romano a orillas del Ebro.

Esta larga calle del Coso atesora parte de los tramos de muralla que han quedado a la vista o que han podido ser documentados físicamente con el paso del tiempo. En unos casos, porque se han mantenido a la vista; en otros, porque han sido hallados al realizarse obras en el subsuelo.

El nuevo hallazgo se ha producido a la altura del número 147 del Coso -junto a la Plaza de la Magdalena-, en el tramo de esta calle que discurre hacia el Ebro, uno de los límites de la Zaragoza (Caesar Augusta) romana.

Se trata de los vestigios de uno de los torreones que se levantaban en la denominada «Puerta de Roma», luego llamada «Puerta de Valencia». Además, se aprecia también un tramo de muros pertenecientes a la misma estructura defensiva.

En realidad, se trata de unas estructuras que siempre estuvieron a la vista en el interior del edificio en que se encuentran, en concreto en el sótano de unos locales. Ahora los arqueólogos han identificado dichos restos con parte de lo que fueron las murallas romanas.

El gran recinto amurallado que se levantó para proteger esta urbe data de hace dos milenios. Se construyó en el siglo I y se fue completando y reforzando en los dos siglos posteriores. Desde entonces se mantuvo en pie y fue aprovechada en lo sucesivo, durante la Edad Media y en los siglos posteriores, como fortificación defensiva de la ciudad.

La propia calle del Coso recibe su nombre precisamente de esa bimilenaria muralla que levantaron los romanos. Etimológicamente, Coso viene del término latino corsum, que alude al foso defensivo excavado al pie exterior de la muralla para impedir el asalto en caso de ataque.

De los restos visibles de esa monumental muralla de la romana Caesar Augusta destacan los que se mantienen en pie junto a la emblemática Plaza del Pilar, que dan idea de la envergadura que tuvo esa fortificación.

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