Agentes de equipos especializados en riesgos nucleares, radiológicos, químicos y bacteriológicos (NRBQ) durante las tareas de búsqueda en el vertedero
Agentes de equipos especializados en riesgos nucleares, radiológicos, químicos y bacteriológicos (NRBQ) durante las tareas de búsqueda en el vertedero - Guardia Civil
Sucesos

Analizan 2.500 toneladas de basura en busca del cadáver mutilado de un bebé

La toxicidad de los residuos en los que se busca hace que las tares las realicen guardias civiles expertos en riesgos químicos y bacteriológicos

Zaragoza Actualizado: Guardar
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Empezaron a finales de la semana pasada y tienen por delante días de trabajo, porque la tarea es más que considerable: revisar con detalle 2.500 toneladas de basura en busca del cadáver mutilado de un bebé, cuya cabeza apareció en un vertedero de Zaragoza la semana pasada.

El macabro hallazgo activó un plan de búsqueda de alta complejidad, porque las incógnitas son muchas. Una de las más importantes para la investigación es que aún no se sabe con exactitud en qué camión llegó esa cabeza y, por tanto, de qué ruta de recogida de basuras domiciliarias había procedido.

Los investigadores trabajan con la hipótesis de que el cuerpo del bebé fue tirado a un contenedor de basura y que se desmembró cuando la carga fue recogida por el camión, o cuando todo el cargamento de residuos domiciliarios acabó depositándose en este vertedero, una planta de tratamiento selectivo de residuos.

La cabeza apareció en la cinta transportadora de este centro de tratamiento, al que llegan los cargamentos de basuras que se recogen en Zaragoza capital y en un buen número de localidades de su entorno.

Los investigadores creen que el resto del cuerpo pudo quedar depositado entre las basuras que acabaron acumuladas en el vertedero. De ahí que los esfuerzos se estén centrando en revisar de forma exhaustiva todos esos restos para intentar dar con el cuerpo del bebé.

El trabajo es enorme. Se ha acotado la zona en la que se depositaron los cargamentos de basura en el que llegó la cabeza del pequeño. Se ha determinado la franja horaria en la que se produjo la descarga, pero la cantidad de residuos que se echó en esas horas es tremendo, unas 2.500 toneladas de basura.

Desde el martes de la semana pasada -cuando apareció la cabeza del bebé- hasta el pasado viernes se habían revisado 30 toneladas de basuras. No se encontró rastró del cuerpo del pequeño. Para agilizar las tareas, desde el viernes permanece desplegado un amplio dispositivo de búsqueda, formado por una veintena de agentes de la Guardia Civil especializados en hacer frente a riesgos nucleares, radiológicos, químicos o bacteriológicos, los equipos denominados NRBQ.

«La toxicidad de los materiales en los que se tiene que hurgar y los gases que desprende la descomposición de estas basuras han hecho necesario que sean expertos de equipos NRBQ los que se hagan cargo de las tareas de búsqueda», ha explicado un portavoz de la Guardia Civil.

Se trata, además, de un trabajo contrarreloj. Cuanto más tiempo pasa, más riesgo de que la descomposición destruya restos biológicos del bebé. Un riesgo que se multiplica por las elevadas temperaturas que se vuelven a registrar esta semana en la capital aragonesa, por una nueva ola de calor.

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