El ministro Juan Ignacio Zoido
El ministro Juan Ignacio Zoido - ROCIO RUZ

Zoido: «La única salida que tiene ETA es su disolución y el cumplimiento de la ley»

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Apenas lleva 48 horas como ministro del Interior. Juan Ignacio Zoido Álvarez (Montellano, Sevilla, 1957), recibió la llamada de Mariano Rajoy el pasado jueves por la tarde, juró su cargo el viernes y ha tratado de mantener la agenda que había confirmado en Sevilla antes de toda esta vorágine para el fin de semana. Ayer acudió a la misa con motivo del Jubileo de la Misericordia que se celebró en la Catedral, un acontecimiento presidido por el Señor del Gran Poder. Cientos de personas lo felicitaron en la ciudad en la que hizo historia con una mayoría absoluta sin precedentes. Y, a pesar de estar visiblemente cansado, luego se sentó a hablar con ABC para exponer las líneas maestras de lo que será su gestión.

Zoido es un personaje afable que suele saludar a casi todo el mundo por su nombre. Es juez, pero no sentencioso, aunque defiende sus ideas sin complejos...

-En su primer día como ministro ha caído el jefe de ETA, Mikel Irastorza. ¿Cómo acabará esta banda, con la ley, con el diálogo, con ambas cosas…?

-Yo creo que la detención de hoy es una prueba más de que las Fuerzas de Seguridad del Estado siguen trabajando sin descanso hasta la desaparición definitiva de ETA, que es la única salida que tiene esta banda terrorista, la única. La caída de Irastorza es una magnífica guinda al trabajo que ha venido desarrollando el ministro Jorge Fernández Díaz durante estos cinco años. Tiene que quedar muy claro que el Estado de Derecho, con el Gobierno de Mariano Rajoy, va a seguir trabajando hasta la completa disolución de la banda, manteniendo el cumplimiento de la Ley como única opción y trabajando al mismo tiempo para que las víctimas sientan el necesario aliento de toda la sociedad española y del Gobierno de la Nación. Entre todos los españoles tenemos que seguir manteniendo la dignidad de las víctimas y su memoria.

-La amenaza yihadista será otro de los grandes problemas que tendrá que afrontar. España sigue desmantelando células. ¿Reforzará esos servicios?

-La capacidad que destacaba antes de la Policía Nacional y la Guardia Civil, y su experiencia en la lucha antiterrorista, han sido acreditadas en su gran labor durante décadas para librarnos de la lacra de ETA, por lo que tenemos unos servicios especiales que son los mejores de Europa como consecuencia de todos esos años de trabajo disolviendo a la banda etarra. Eso nos hace estar con la relativa tranquilidad de que cada vez que alguien monta una célula, son detenidos rápidamente y desarticulados. La suerte que tenemos en España dentro de la amenaza general que hay es que contamos con las mejores fuerzas especializadas y así va a seguir siendo porque en eso no podemos ceder lo más mínimo.

-¿Suavizará la Ley de Seguridad Ciudadana tras las críticas que ha recibido?

-Yo creo que ha sido una ley a la que se han opuesto muchos, sí, pero con una dosis importante de demagogia. El otro día se convocó una manifestación en las inmediaciones del Congreso de los Diputados coincidiendo con la investidura de Mariano Rajoy. Los responsables pidieron su autorización, se les concedió, se celebró y no ha habido ningún incidente. Evidentemente, hay que permitir la libertad de expresión, concentración, reunión y manifestación porque así, además, está recogido en nuestra Constitución, pero difícil defensa tiene ir a estos actos con objetos contundentes que implican una actitud violenta en quien los porta. Esos objetos no son para protestar, sino para ejercer la violencia, por lo que es lógico que se impidan, no sólo por sentido común, sino para proteger también el derecho de los que quieren manifestarse, para garantizar que lo puedan hacer sin correr riesgo. No obstante, la propia aplicación de la norma nos irá diciendo con el tiempo las correcciones y matizaciones que habrá que hacer en el futuro, si es que son necesarias.

-Irene Montero, de Podemos, ya ha dicho que con usted no mejorará la política de inmigración y seguirá siendo intolerante. ¿Cuáles son sus ideas generales en esta materia?

-El Gobierno de España presidido por Rajoy ha dado más que muestras de tolerancia y eficacia con la inmigración, que es un tema muy delicado. Llevo desde los 25 años trabajando al servicio de la sociedad española, de un juzgado en otro, y cualquiera que haya tenido contacto conmigo sabe que soy cualquier cosa menos intolerante. Si en Podemos se toman la molestia de conocerme un día, cambiarán de opinión.

-¿Tiene previstos muchos cambios en el Ministerio?

-Acabo de jurar el cargo y estoy todavía viéndolo todo. No tenía conocimiento de que el presidente Rajoy me iba a proponer para esta responsabilidad y no he tenido tiempo de pensarlo, pero sé que hay grandes profesionales entre los altos cargos del Ministerio del Interior y quiero ver las cosas con un poco de tiempo para tomar las decisiones con la suficiente responsabilidad. No es que no quiera responder, es que sinceramente es algo que no he podido pensar y que no haré a la ligera.

-¿Ha hecho Rajoy un Consejo de Ministros condicionado a que tendrá que gobernar en minoría?

-En primer lugar, me gustaría destacar la capacidad, el aguante y al mismo tiempo la competencia que ha tenido el presidente del Gobierno para abordar temas tan importantes y complicados como los acaecidos en los últimos años. Pasar de la etapa de rescisión en el empleo de la que veníamos, salir de la crisis, sacar a España del agujero en que la dejó la gestión de José Luis Rodríguez Zapatero… son logros de gran magnitud. Él es el único político que ha sido capaz de ganar las elecciones en toda Europa siendo gobernante durante la crisis. Y ahora ha hecho un Gobierno de personas que conocen suficientemente cada materia y que son dialogantes, con mucha tolerancia y capacidad para alcanzar consensos en una situación en la que las urnas no han dado una mayoría suficiente, aunque sí una victoria clara. Vamos a tener por delante una gestión compleja, pero vamos a ser capaces de ofrecer a la sociedad española, haya votado a quien haya votado, una gestión para que nos sintamos orgullosos de ser españoles en esta España común de la Constitución. Vamos a crecer lo suficiente como para conseguir la estabilidad y dar el impulso a los valores constitucionales del 78. Rajoy ha demostrado que es un buen patrón para navegar en la tempestad, sabe navegar en aguas turbulentas y llevarnos a las aguas calmas.

-Usted ha sido en sus responsabilidades anteriores muy beligerante contra la violencia de género. Desde Interior tiene todavía mucho trabajo por delante, ¿no cree?

-En la violencia de género se han dado pasos importantes, pero queda mucho por hacer. Nos encontramos con esta aberración en cualquier municipio de España y me atrevería a decir que tenemos que combatirla todos, que no debemos utilizar nada políticamente y que juntos tenemos que hacer una apuesta decidida para erradicarla. Fui durante dos años juez de Familia y he vivido experiencias muy duras, me he comprometido mucho con las víctimas. Desde aquí animo a que ninguna mujer se calle, que lo denuncie y que no soporte ningún maltrato, ni psíquico ni físico. Estamos con ellas.

-Desde el PSOE siempre han denunciado que usted, que fue quien denunció los ERE, tiene una relación de amistad con la juez Mercedes Alaya, algo que ha vuelto a destacarse durante estos días. ¿Cuál es su relación con ella?

-La juez Alaya era juez de Sevilla cuando yo era juez decano. No he tenido con ella ninguna relación que fuera más allá de alguna conversación esporádica y siempre en presencia de compañeros o en una junta de jueces. No recuerdo haber tomado con ella jamás una cerveza, ni siquiera un café, aunque era habitual hacerlo entre compañeros. Yo lo único que pido es que a la juez Alaya y a cualquier juez los dejen trabajar.

-Entremos en cuestiones más íntimas de los últimos días. ¿Cómo fue la llamada de Rajoy?

-He de reconocer que me cogió por sorpresa y, en segundo lugar, que me pasaron esos segundos de manera muy lenta y muy rápida a la vez. Respondí rápido, pero se me hizo eterno. En cuestión de unos instantes a uno le cambia la vida. Se lo dije desde el primer momento, que me dejaría la piel por el proyecto del presidente Rajoy porque eso es defender los intereses de España y los españoles. Pero también tengo claro que nunca me olvidaré de Sevilla y de los sevillanos. Siempre me deberé a ellos.

-¿A quién le confesó primero que acababan de nombrarlo ministro?

-Recibí una recomendación, que es que no se lo dijera ni al cuello de mi camisa. Y la cumplí hasta que tuve que salir hacia Madrid. Yo salía en el AVE de las 18:45 y se lo tenía que decir a mi mujer una hora antes para que hiciera su equipaje.

-¿De quién se acordó en esos momentos?

-Sinceramente, de mi padre, que a pesar de que murió cuando yo tenía 12 años, cada vez que me ha pasado algo importante en mi vida lo he tenido presente, como cuando gané la Alcaldía de Sevilla. También me acordé de mi hijo José María (fallecido en un accidente de tráfico), que siempre lo tengo muy presente, porque le encantaba la política. Y de mi hermano Antonio, que recientemente ha muerto y que se habría sentido muy orgulloso. Después me acordé de los amigos, de mi equipo, de los que me han ayudado. Y también me acordé de Sevilla, porque como sus necesidades son las que mejor conozco, son las primeras en las que ya he pensado en el poco tiempo que he tenido, aunque trabajaré para todos. En Andalucía hay mucho que hacer porque la Junta lleva años paralizada y el PSOE tiene a muchos municipios sin dotaciones.

-Ahora hay que sustituirlo en Sevilla, donde usted hizo historia con una mayoría absoluta sin precedentes. ¿Hay cantera preparada?

-Sí, hay un grupo organizado tanto entre los concejales como en el equipo de asesores. Yo les recomiendo que sigan trabajando porque aquí no hay más familia que la del Partido Popular, el que crea que dividiendo pueda obtener un beneficio y quiera aprovechar esta coyuntura está dando los pasos para perder.

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