Vivas y mucho cariño a la Policía Nacional y la Guardia Civil

Miles de ciudadanos arropan al Rey, a las Fuerzas Armadas y, sobre todo, a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tras el golpe independentista

Desfile del Escuadrón de Sables de la Guardia Civil, este jueves, durante el día de la fiesta Nacional Maya Balanya/ Vídeo: ATLAS
Esteban Villarejo

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Había muchas ganas de España y el desfile militar en el día de la Fiesta Nacional por el madrileño Paseo de la Castellana no escatimó en autoestima patriótica. Fue una parada militar catártica para esa España cada vez menos «rara avis»: la que esgrime sin complejos su amor a la Bandera, sus vivas al Rey, a España y a sus Fuerzas Armadas y, sobre todo ayer, su cariño -mucho cariño- a la Guardia Civil y la Policía Nacional, institución que volvía a desfilar tras treinta años de ausencia. De esto último iba el día. Y el desfile.

El desafío independentista catalán estaba en el ambiente. Y es que fue la primera aparición pública de Su Majestad el Rey tras su histórico discurso del 3 de octubre con el que hizo frente a la ilegalidad golpista planteada por la Generalitat de Cataluña. Por ello, tampoco faltó entre los ciudadanos alguna demanda, a viva voz, de «Puigdemont a prisión» (solo al inicio).

Aplausos a Rajoy

Los vivas y aplausos acompañaron en todo momento la llegada del Rey, puntual a las 11 de la mañana y con uniforme de capitán general del Ejército del Aire. Junto a él, Doña Letizia, la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía. Antes, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy , también fue recibido entre aplausos. No hubo por tanto pitidos a su proceder con el artículo 155 , una de las posibles dudas que podía albergar el desfile que en otra época acostumbraba a tener como protagonista los silbidos al presidente del Gobierno.

En la comitiva de bienvenida estaban también la anfitriona del acto, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal , la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes -bolso «C. C.» con los los colores de la bandera de España-, y el jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad), el general Fernando Alejandre . Al desfile acudieron todos los miembros del Gobierno menos el ministro de Economía, Luis de Guindos -en una reunión en Washington con el FMI- y todos los presidentes de las Comunidades Autónomas menos Carles Puigdemont (Cataluña), Íñigo Urkullu (País Vasco) y Uxue Barkos (Navarra).

A diferencia del pasado año, con un PSOE en convulsión y con gestora, este año sí acudió el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez (sin corbata), y el líder de Ciudadanos, Albert Rivera , a quienes el protocolo situó codo con codo, lo que propició la conversación fluida de ambos. ¿Romperían el hielo con el artículo 155? Sigue sin acudir al desfile Pablo Iglesias -él comienza a ser la «rara avis» en esta España necesitada de autoestima extradeportiva-. Sin embargo, el líder de Podemos sí optó en esta ocasión por enviar dos emisarias, dos miembros de su ejecutiva.

En total, 3.900 efectivos, 78 aviones y 84 vehículos hicieron las delicias de los miles de ciudadanos que arroparon la parada militar en este día. Este año, el Ministerio de Defensa cambió el formato del desfile para ganar en estética y amplitud, con la tribuna de presidencia situada en la plaza de Lima, frente al estadio Santiago Bernabéu.

Todo ello en el eje de la Castellana, desde plaza Castilla hasta San Juan de la Cruz como lugares para ver el desfile. Los últimos años la parada militar se venía celebrando en el eje Paseo del Prado-Recoletos, algo más estrecho. Los primeros ciudadanos comenzaron a llegar a los ocho de la mañana. Desde las terrazas de los edificios también se siguió el desfile.

Tras la llegada de la Bandera, traída por la Patrulla Acrobática Paracaidista del Ejército del Aire, el homenaje a los que dieron su vida por España fue el momento más emotivo. En esta ocasión se tuvo un recuerdo especial para los fallecidos en los atentados de Cataluña del pasado 17 de agosto y para Ignacio Echeverría, el español asesinado en Londres cuando hacía frente a los yihadistas. En su nombre estuvo presente la madre del joven madrileño, embajadores de los países con víctimas mortales -Alemania, Argentina, Australia, Bélgica, Canadá, Estados Unidos, Italia, Portugal y Reino Unido- y los presidentes de la Asociación y la Fundación de Víctimas del Terrorismo.

El accidente de Albacete

El desfile terrestre, dirigido por el general jefe de la Brigada Almogávares VI de Paracaidistas, Alfredo Pérez de Aguado, contó con unidades clásicas en este tipo de eventos y rindió homenaje a misiones internacionales (Malí, Afganistán, Irak, Atalanta o Líbano). También se pudieron contemplar algunas de las últimas tecnologías en aviones no tripulados o vehículos. Defensa no quiso exhibir en esta ocasión ni carros de combate Leopardo ni Pizarro (sí lo hizo en el último Día de las Fuerzas Armadas, en junio).

Todo fue festivo, colorido, caluroso... hasta que la noticia heló las tribunas de Prensa: « Un avión militar se estrelló en Albacete ». 35 minutos antes el capitán Borja Aybar había sobrevolado la zona con su Eurofighter. Formaba parte del desfile aéreo. Como dicen en el Ejército del Aire: «Los pilotos no mueren, vuelan más alto». Así sea. Desde aquí, un último homenaje.

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