Franco recibe a Eisenhower en 1959
Franco recibe a Eisenhower en 1959

La CIA valoró en 1951 que sus aviones B-29 llegarían a Moscú desde España

Desclasifican informes clave para entender el interés de EE.UU. en las bases militares españolas

Madrid Actualizado: Guardar
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Hubo un tiempo en que la invasión soviética de Europa occidental era el gran quebradero de cabeza de la OTAN y EE.UU. Fue un momento decisivo para el devenir de la historia española: el eje Washington-Madrid comenzó a trazarse sin tener en cuenta los flirteos de Franco con la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial o la naturaleza de un régimen «demasiado corrupto y administrativamente incompetente», tal y como afirmaba la CIA sobre la España de la época en un informe desclasificado recientemente con título «La posición española en la batalla Este-Oeste» (5 de julio de 1951).

Sobre las bases aéreas la CIA menciona Madrid y Valencia, destacando que «están en un rango de combate para que los bombarderos B-29 pudieran alcanzar Moscú».

Este avión ideado por Boeing, conocido como la «superfortaleza», fue utilizado por EE.UU. en el frente del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial, siendo los encargados de arrojar las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki.

En dicho escrito la Agencia Central de Inteligencia estadounidense incluso llega a plantear la cuestión de la adhesión de la España de Franco a la OTAN, aunque por el momento se descartaba: «Pese a que la aversión popular a Franco en algunos países europeos está disminuyendo, creemos que la membresía española en la OTAN es un asunto inabordable al menos durante un año». Es decir, aunque España todavía no estaba preparada para ello, el plazo para un acercamiento de la Alianza Atlántica a España no se pensaba tan dilatado en el tiempo como finalmente sucedió (1982), según aquellos primeros análisis de la CIA. Por otra parte, la Portugal de Salazar era ya miembro fundador de la OTAN (1949).

Acuerdos de 1953

Lo que dejó de dar sentido al debate de la adhesión de España a la OTAN en la década de los 50 fue el hecho de que EE.UU. alcanzó bilateralmente unos acuerdos por los que establecía las anheladas bases militares en España –Acuerdos de Madrid entre Franco y Eisenhower, 23 de septiembre de 1953– para frenar una hipotética invasión rusa de la Península Ibérica y evitar así «la creación de una totalitaria fortaleza europea».

«Una ocupación enemiga de las Islas Británicas o España afectaría negativamente a las capacidades de proyección militar de EE.UU. en el Atlántico Norte», advertía la CIA en otro documento anterior, con fecha 1 de octubre de 1950 y con título «La importancia estratégica de España para los EE.UU.». Estos informes forman parte de una serie revelada por la Administración Obama antes de su salida de la Casa Blanca, en los meses de diciembre y enero.

Para EE.UU. era clave llegar a algún tipo de acuerdo con Franco para establecer bases militares para controlar el Mediterráneo, el Estrecho de Gibraltar y el norte de África y responder a una invasión de la URSS en Europa occidental. Aunque no sería una «base principal» como lo fue el Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial dado el precario sistema de transporte español, para EE.UU. la importancia estratégica de España radicaba en su localización, la más importante de Europa occidental solo superada por el Reino Unido. Además, se apunta rotundamente que «el Gobierno español es indudablemente anticomunista y antisoviético, y así es el pueblo español. Unos dos millones de españoles combatieron en la Guerra Civil, muchos de ellos podrían ser efectivas fuerzas sobre el terreno, si están apropiadamente equipadas y entrenadas».

El objetivo era parar a los rusos en los Pirineos como fuese, ya que se daba como probable que la Alemania Occidental, Francia y los países del Benelux sucumbirían a un hipotético ataque de las divisiones blindadas de la URSS.

Análisis de los Pirineos

En el informe sobre la importancia estratégica de España, la Agencia Central de Inteligencia –disponible en la página web de la CIA desde el 9 de diciembre– analiza con detalle las condiciones defensivas en los Pirineos: «Sólo diez de los pasos son utilizados como rutas principales. Caminos secundarios o senderos de montaña en 16 pasos ofrecen alternativas a las carreteras principales».

La CIA advierte como claves las ciudades de Gerona, Vich, Lérida, Huesca, Jaca, Pamplona e Irún. Y apostilla un hecho histórico: «A pesar del potencial defensivo de los Pirineos, esta barrera ha sido penetrada por muchos invasores, y España nunca repelió una fuerza invasora estableciendo una resistencia unificada basada en una línea de defensa en los Pirineos».

La CIA también asesoró a la Secretaría de Estado sobre las condiciones que Franco pondría en una negociación con Estados Unidos para permitir la presencia de fuerzas estadounidenses en España en el contexto de la Guerra Fría.

La reclamación de Gibraltar, una rehabilitación económica (como el Plan Marshall que pasó de largó en 1947) y equipamiento militar eran las demandas que la Inteligencia estadounidense veía como prioritarias por parte de Franco en 1951.

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