Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía
Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía - J.M.SERRANO

Susana Díaz maquilla el Gobierno andaluz tras su derrota en las primarias

Cesa a los cuatro consejeros que habían sufrido mayor desgaste en las calles

Sevilla Actualizado: Guardar
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La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, ha optado por una operación de maquillaje para su nuevo Gobierno andaluz, ese gabinete que tiene la difícil misión de recuperar el pulso y el prestigio político perdidos en los últimos tiempos. Desde que salió derrotada en las primarias socialistas, Susana Díaz se había decidido a cambiar a su Ejecutivo, aunque las especulaciones se hicieron más fuertes hace quince días.

Los rumores se habían incrementado en las últimas horas y se especulaba con la posibilidad de que la presidenta apostara por una importante reestructuración con cambios en el diseño político del gabinete. Sin embargo, Susana Díaz se ha limitado a cambiar a los consejeros que habían tenido más contestación en las calles, dejando al resto de su equipo exactamente igual.

Así ha cesado a los titulares de Salud, Aquilino Alonso; Educación, Adelaida de la Calle; Empleo, José Sánchez Maldonado; además del de Justicia, Emilio de Llera, quien habría pedido su salida por cuestiones personales y de edad. La presidenta estaba muy descontenta con la gestión de estas áreas y quiere recuperar la tranquilidad, además del diálogo con la sociedad civil.

A la sombra de los ERE

Emilio De Llera es un caso aparte. Le ha prestado un importante servicio en el siempre complicado mundo judicial sobre todo teniendo en cuenta que la Junta se enfrentaba a problemas en los tribunales relacionados con los cursos de formación y con el caso ERE, cuya instrucción todavía no ha terminado, si bien ya está amortizado políticamente. También sale Carmen Ortiz, consejera de Agricultura y que era una total desconocida para la gran mayoría de los andaluces.

Estas carteras serán ocupadas por nuevos nombres. Así, Marina Álvarez, médico, será la consejera de Salud; Sonia Gayá, proveniente de la UGT, se encargará de Educación; Javier Carnero, el malagueño que dirigía Turismo Andaluz, será el nuevo responsable de Empleo, Empresa y Comercio; mientras que Rodrigo Sánchez Haro, diputado por Almería y de la Ejecutiva regional del PSOE, será de Agricultura.

También cambia a Rosa Aguilar, quien tenía una contestada gestión al frente de la Consejería de Cultura, y le encomienda la tarea de Justicia e Interior. Quien hasta ahora era su portavoz -y que la ha acompañado durante su periplo por toda España para las primarias- Miguel Ángel Vázquez, será el nuevo Consejero de Cultura, un cargo que se considera un reconocimiento a su dedicación. La portavocía la vuelve a encomendar a un periodista ya que será Juan Carlos Blanco (exdirector de El Correo de Andalucía y redactor jefe del Diario de Sevilla) el nuevo encargado de la comunicación.

A pesar de que los cambios son menores, y sólo de nombre por nombre, Susana Díaz no lo hizo público hasta las once de la noche de ayer jueves, lo que da una idea de la dificultad que ha tenido para encontrar los perfiles adecuados para estas tareas. Hay que tener en cuenta que los nombramientos son sólo para media legislatura y que la presidenta que los hace está en su momento de mayor debilidad política. Así, el reto es doble. Uno de los datos reveladores ha sido la negativa de Mario Jiménez a ocupar un cargo en el nuevo Ejecutivo. Ha sido uno de los hombres de confianza de Susana Díaz en todo el proceso de primarias hasta el punto de ser nombrado portavoz de la Gestora del PSOE.

La presidenta le ofreció un puesto de relevancia para este gabinete, sin embargo, Mario Jiménez prefiere dedicarse a la política orgánica, sobre todo teniendo en cuenta que hay un congreso regional a las puertas, el último fin de semana de julio, un cónclave que podría auparlo hasta puestos más visibles y quién sabe si sucesorios en un futuro no muy lejano.

Recuperar su feudo

El Gobierno andaluz empieza una nueva etapa con la mirada fijada en las próximas elecciones autonómicas que serán dentro de dos años. La configuración del nuevo Gobierno andaluz pretende ser un punto de inflexión en la gestión de Susana Díaz. Desde que perdió las primarias, la presidenta andaluza ha cambiado de piel y se ha volcado en diseñar una estrategia para recuperar su feudo andaluz. Y el cambio de Gobierno era un pilar fundamental para esta nueva etapa política que debe relanzar a la presidenta y a todo el PSOE andaluz.

Susana Díaz acostumbra a cumplir las reglas no escritas en el Partido Socialista y por eso informa siempre al partido antes de cualquier movimiento que vaya a hacer en la Junta y el Gobierno andaluz. Así, ayer convocó a sus ocho secretarios generales en las provincias, unos encuentros que, si bien son habituales, no lo es tanto que lo convoque cuando hay Pleno en el Parlamento andaluz como ocurrió ayer.

La presidenta tiene decidido hacer una crisis de gobierno para dar un nuevo impulso político a su gestión y retomar el contacto con los ciudadanos y las entidades y asociaciones andaluzas que habían estado más descuidados con motivo de las primarias socialistas. La propia presidenta y todo su equipo se habían volcado en el partido para tratar de ganar las primarias socialistas; ahora Susana Díaz no quiere perder ni un minuto y ha trazado una hoja de ruta para recuperar el liderazgo político.

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