Sánchez y Rivera cierran filas con Rajoy frente al 1-O

El presidente cita hoy a los líderes de PSOE y Ciudadanos para escenificar su unidad

Reunión entre Sánchez y Rivera en el Congreso de los Diputados ÁNGEL DE ANTONIO/ VÍDEO: ATLAS
Ana I. Sánchez

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Pocos asuntos han logrado que la oposición otorgue al Gobierno un apoyo tan cerrado como el que PSOE y Ciudadanos brindaron ayer a La Moncloa para que actúe en defensa del Estado, de Derecho tras la ilegalidad cometida en el Pleno catalán. Un «atropello de derechos» en palabras del secretario de Organización del PSOE, J osé Luis Ábalos , y un «golpe a la democracia» en boca del presidente de Ciudadanos, Albert Rivera , que unió ayer sin matices a los tres partidos constitucionalistas.

Tras la celebración del Pleno catalán, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, habló ayer por teléfono tanto con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, como con Rivera. Y ambos le brindaron respaldo total frente al ataque catalán a la Constitución , para actuar con los mecanismos legales necesrios que eviten la consulta ilegal. Aquellos que considere apropiados, sin preguntas, ni líneas rojas.

Contacto fluido

Esta unidad sin fisuras a la que el PSOE ha acabado por unirse quedará inmortalizada hoy en La Moncloa . Allí tienen previsto reunirse Mariano Rajoy y Pedro Sánchez por la mañana para dejar clara su asociación frente a la ilegalidad. Por la tarde el presidente del Gobierno recibirá a Rivera y podrá enviar así el mensaje de que Madrid contesta con una sola voz a la afrenta independentista. Durante los últimos días, Rajoy ha mantenido varias conversaciones con Sánchez y Rivera para coordinar la respuesta a los movimientos secesionistas. Tanto que incluso las comparecencias de ayer habían sido previamente habladas entre ellos. La importancia de las reuniones que se celebrarán hoy en La Moncloa, no radica tanto en el contenido como en esa imagen de unidad y respaldo al Gobierno que las tres partes quieren enviar a Cataluña. La vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, contactó por teléfono con los líderes de la oposición en el Parlament.

Podemos, descolgado

Fuera de este triángulo constitucionalista solo queda Podemos después de que su coalición catalana apoyara ayer la tramitación de la Ley de Referéndum para la Autodeterminación (ver página siguiente). La formación morada se queda aislada políticamente y en tierra de nadie. Lejos de los demócratas pero también de los independentistas por su apoyo a la consulta con matices y exigencia de legalidad. ERC, su mejor socio en el Congreso, ya le ha advertido que si no se adhiere completamente a su causa, los acuerdos entre ellos serán más complicados a partir de ahora.

Rivera está abierto a que los de Iglesias se sumen al bloque constitucionalista

Rivera tendió ayer la mano a Iglesias y le aseguró que aún está a tiempo de sumarse al bloque constitucionalista, donde siempre será bienvenido. Pero le advirtió que debe rectificar primero y obligar a su colición catalana a cambiar de bando y defender la Ley. Iglesias guardó silencio.

«Impedir el golpe»

Y es que el debate que tuvo ayer lugar en el Parlament congeló la respiración tanto en el Congreso de los Diputados y en La Moncloa , pero también en Ferraz y Alcalá, sede de Ciudadanos. Rivera compareció por la mañana para llamar a todos los estamentos «a intentar impedir el golpe». Desde el Gobierno, a los partidos de la oposición pasando por los funcionarios catalanes. «Vamos a ponerle freno con todos los instrumentos del Estado de Derecho», instó. «El abanico de instrumentos es muy amplio», recordó, insistiendo en que la consulta del 1 de octubre tiene que impedirse. «No quiero ver otro 9-N», emplazó. En clave catalana advirtió que los independentistas «no están intentando liquidar la Constitución Española sino también el Estatuto de Autonomía de Cataluña». Aludía así a los incumplimientos de la propia legislación catalana perpetrados por la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, durante el Pleno.

Al mediodía comprecía Ábalos para advertir a los nacionalistas que su causa había perdido toda legitimidad una vez que había vulnerado la legalidad. «No respetan a sus propias instituciones ni ciudadanos» censuró haciendo hincapié en que «reivindicar la democracia cargándose las formas democráticas dice muy poco del proyecto que dicen defender». El PSOE aparcó así su coqueteo con los nacionalistas para poner por delante el interés del país. «Somos una oposición de Estado», justificó Ábalos. Su rostro, como el de Rivera, tenía aire de funeral.

Y es que pese al espéctaculo vivido ayer en Cataluña, «digno de otras latitudes y menos cultura democrática» coincidieron ambos, uno y otro coincidieron tras las cámaras que los acontecimientos que se avecinan serán, probablemente, más lamentables. «¿Por qué no ha comparecido Sánchez, igual que lo ha hecho Rivera?», se interesó esta periodista ante Ábalos. «¿Por qué no ha comparecido Rajoy?», respondió éste con otro interrogante. «Porque desgraciadamente es posible que aún esté por llegar el día en que ambos tengan que hacerlo», continuó. Una reflexión que deja muy claro que el apoyo de la oposición al Gobierno no es hueco, sino determinado y firme. Quizá, como nunca antes.

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