El líder del PSOE; durante el último comité federal
El líder del PSOE; durante el último comité federal - Efe
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Sánchez reaparece con una visita al primer ministro socialista de Portugal, aliado del «Podemos» luso

El candidato del PSOE no ha tenido agenda pública en la última semana

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El gobierno de Portugal formado por el partido ganador de las últimas elecciones de octubre, el conservador de Pedro Passos Coelho, duró once días. Lo hizo caer una unión del Bloque de Izquierda (hermanado con Podemos y la Syriza griega), el Partido Comunista y los ecologistas gestada en torno a los socialistas encabezados por Antonio Costa, hoy primer ministro. Y Antonio Costa ha sido el elegido por Pedro Sánchez para reanudar hoy su agenda pública tras una semana de desaparición, en la que el cuestionamiento de su liderazgo ha alcanzado ya el paroxismo dentro de las filas de su propia organización.

Sánchez no se deja ver desde hace días, los mismos que dirigentes del PSOE han utilizado para intensificar las filtraciones y los rumores que apuntan a que todo está convenientemente encarrilado para que el secretario general y candidato sea relevado pronto.

En todo caso, antes de que puedan celebrarse elecciones adelantadas. Y es que el temor a que el aspirante a La Moncloa abunde en su intento de alcanzar el poder de la mano de Pablo Iglesias sigue en pie, y el viaje exprés hoy a Lisboa no ha servido sino para aumentar el nerviosismo y la desconfianza hacia el líder. Si hoy cometiera el atrevimiento de volver a desafiar a los barones y los clásicos del partido con sus ínfulas de investidura, la reacción -y el comité federal que marcará la hoja de ruta de su sustitución por Susana Díaz- sería inmediata.

Para empezar, parecerece evidente que la foto que quiere mostrar es la de un gobierno de izquierdas que logró ponerse en pie tras un primer intento de la derecha. Por eso, es muy probable que, con este viaje, el líder de los socialistas pretenda visualizar que es posible un acuerdo entre partidos de izquierdas que nunca antes se habían entendido en Portugal, como alternativa a la derecha, para poner en marcha un gobierno progresista.

Éste es el objetivo que tiene en mente el secretario general del PSOE, que no renuncia a intentar llegar a La Moncloa si el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, fracasa en su intento de ser investido. Para ello, los socialistas están dispuestos a hablar con todos los partidos, siempre y cuando no pongan en cuestión la unidad de España, tal y como ha acordado su Comité Federal.

No obstante, al contrario que en Portugal, Sánchez no sólo necesita el apoyo de Podemos e IU para ser elegido, sino que es imprescindible que partidos nacionalistas o independentistas le apoyen o se abstengan en una hipotética investidura.

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