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Pedro Sánchez, a su salida de la sede del PSOE, en la calle Ferraz, la noche del jueves - ÁNGEL DE ANTONIO

Pedro Sánchez, dispuesto a negociar con los críticos la fecha del congreso

El líder socialista prolonga la agonía del PSOE en contra incluso de sus fieles. Le aconsejan que busque una «salida» sin esperar al Comité Federal de mañana, para el que Susana Díaz oculta sus cartas. «Estaremos a la altura», intriga

MADRID/SEVILLA Actualizado: Guardar
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Susana Díaz y los críticos creían que provocando la dimisión de la mitad más uno de los miembros de Ejecutiva Federal del PSOE producirían la inevitable caída del resto, incluido Pedro Sánchez; y la consiguiente toma del control provisional del partido por la presidenta del Comité Federal, Verónica Pérez, secretaria provincial de Sevilla y «mano derecha» de Díaz; por tradición (existe precedente en Castilla y León en 2014) y porque, políticamente, deja a cualquiera en situación insostenible. Lo que nadie esperaba es una resistencia tan rocosa de Sánchez, que está rompiendo el partido.

Ahora mismo hay dos «PSOES». Uno, el atrincherado con él en la sede de Ferraz: ayer reunió a 16 de los 18 miembros de la Ejecutiva que no han dimitido (la líder en Cantabria, Eva Díez Tezanos, y la valenciana Carmen Montón no fueron) mas el apoyo de federaciones como Cataluña, País Vasco, Navarra, Rioja, la mitad de Madrid, Galicia, Baleares o Murcia; y hay otro PSOE, el que intentó tomar Ferraz de la mano de Pérez.

La sevillana llegó tras de sí no solo con el poder vicario de Díaz y Andalucía, sino de las federaciones más potentes: Extremadura, Castilla-La Mancha, Asturias, Aragón, Comunidad Valenciana y Canarias, además de la «vieja guardia» que no quería que Sánchez llegara «vivo» al Comité Federal de mañana.

Lo hizo a la voz de «la autoridad soy yo», pero el «aparato» que sigue controlando el secretario de Organización, César Luena, le impidió ejercerla. Estuvo dos horas en el hall «escoltada» por el servicio de seguridad, según denunció, durante las cuales pudo hablar, entre otros, con el gerente, Gregorio Martínez. Pero, como hay dudas jurídicas sobre quién tiene la razón, Martínez se cree en la obligación de estar con el statu quo, es decir, con Sánchez y los suyos.

La situación fue tan tensa que al abogado que acompañaba a Verónica Pérez ni siquiera le permitieron fumar un cigarro en el patio de la sede del PSOE. Hasta para ir al baño tuvieron que pedir permiso.

Los fieles a Sánchez le insistieron en buscar salida antes de mañana a un conflicto que pudiera eternizarse o acabar en agresiones

Ferraz fue ayer un búnker blindado para los más de 150 periodistas que se agolparon en la calle todo el día, con la puerta del garaje entreabierta y una sensación de trinchera. Dentro, la inmensa mayoría de los que acompañaron a Sánchez en esta hora incierta, con Patxi López, Óscar López y Meritxell Batet a la cabeza, le insistieron en «buscar salida» antes de mañana a un conflicto que pudiera eternizarse en los tribunales o acabar incluso en agresiones (hay una convocatoria de «rodea Ferraz» a la hora del Comité).

Aun así, todos siguieron el guión y apoyaron la propuesta que van a hacer mañana: un nuevo orden del día para convertir el 39 congreso en uno extraordinario solo para elegir líder, con primarias el 23 de octubre y plenario el 12-13 noviembre-. Esas fechas son las que está dispuesto a negociar Sánchez, no su liderazgo. Los críticos, que no aceptan ni eso ni su legitimidad, volvieron a la sede. Lo hicieron para registrar un escrito dirigido a la presidenta de la Comisión de Garantías, la vasca Isabel Celáa, por tres de sus cinco miembros (mayoría) exigiéndole que les convocase «en 24 horas) el plazo concluye esta tarde o ellos harán un dictamen que disolverá la «ejecutiva» que no reconocen.

Pero si esa reunión no se convoca y Sánchez ignora el dictamen, el conflicto histórico que vive el PSOE se va a dirimir de la peor manera posible: con unos y otros discutiendo a cara de perro quién entra o no al día siguiente en el Comité Federal. El «sanchismo» sostiene que los 17 ejecutivos críticos dimitidos ya no pueden hacerlo, pero es que los barones y las federaciones rebeldes sostienen que es toda la Dirección, con el líder a la cabeza, la que ya no puede estar en la mesa presidencia del Comité Federal porque está cesada.

¿Gestora con Fernández?

Los barones, dirigidos, esta vez sí por Verónica Pérez, van a intentar que los 295 miembros del Comité asuman el control desde el principio para imponer la elección de una gestora, presidida por el asturiano Javier Fernández, algo que rechazan Sánchez y los suyos. Sospechan que, si eso ocurre, esa gestora forzará que el PSOE acabe absteniéndose en otra investidura de Mariano Rajoy y el fin de Sánchez, que ha hecho del «no es no» su bandera, será un hecho. Desde Andalucía se ocultaban las cartas que se pretenden jugar. Susana Díaz había convocado a su Comité Director en Andalucía, el máximo órgano entre congresos, y se esperaba que desvelase algunos de los próximos movimientos que el sector crítico, liderado por ella por mucho que quiera tapar ese hecho en este momento, va a llevar a cabo.

Apareció una lideresa transformada. Ni una alusión directa, ni una sola palabra de qué se va a hacer en el Comité Federal...

Pero apareció una lideresa transformada. Ni una alusión directa, ni una sola palabra de qué se va a hacer en el Comité Federal del próximo sábado y ni una pista de cuáles son sus intenciones en el futuro. Susana Díaz sorprendió por su tono suave, su calma y su perfil bajo. Hasta tal punto que ni mencionó a Pedro Sánchez, ni por su nombre ni por su cargo, y obvió toda referencia a los dimitidos en la Ejecutiva Federal. Y eso que siete estaban sentados en el Comité Director, que todos tomaron la palabra para expresar su dolor por la situación y que el Comité Director estuvo presidido por Antonio Pradas, a quien todos los presentes hicieron una enorme ovación.

Susana Díaz lanzó un mensaje lleno de alusiones, dobles sentidos y trasladando serenidad y tranquilidad. «El PSOE andaluz va a trabajar para recuperar la fraternidad en el partido, la confianza. Vamos a estar a la altura, vamos a coser», ha dicho la presidenta andaluza.

«Lo que nunca nos perdonarían es que se pusiera el interés personal por encima del de la organización», «¿Qué le está pasando al PSOE? ¿Cómo es posible que hayamos perdido votos frente a un Gobierno tan insensible como el del PP? Frente a un PP tan corrupto. ¿Cómo es posible que hayamos sacado un resultado peor cada vez?».

«SE convocó un Congreso Federal hace dos años para frenar ese declive pero no ha sido así, hemos empeorado»

Hasta en dos ocasiones, Susana Díaz ha recordado que se han perdido 6 millones de votos desde el año 2008, aunque se ha remontado hasta Zapatero, «que tuvo que tomar decisiones difíciles y duras», pero ha recordado que se convocó un Congreso Federal hace dos años para frenar «ese declive pero no ha sido así, hemos empeorado los resultados desde la oposición». En este contexto, Díaz explicó que hace falta un congreso Federal, «donde tienen que votar todos los militantes, pero merece la pena una reflexión seria, ¿Es un problema de liderazgo? Seguramente, pero hay que hacer un debate en profundidad tranquilo, sosegado».

Frente al discurso de Ferraz sobre la importancia de los militantes, Susana Díaz ha contrapuesto el de los votantes. Según ha dicho, el PSOE también es patrimonio de sus millones de votantes, «a los que tenemos la obligación de devolverles la ilusión y que trabajamos porque vivan mejor».

Con las referencias de Sánchez a los dos bandos del PSOE ha dicho lo mismo, «ni somos un partido de bandos ni somos una banda». Sí ha nombrado a Podemos, formación sobre la que ha dicho comprender «que algunos compañeros se hayan deslumbrado con los fogonazos de los nuevos partidos», al tiempo que ha reivindicado, «nuestro patrimonio que tiene más de cien años de historia».

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