Pedro Sánchez y MAriano Rajoy llegan a la reunión de este lunes en el Congreso de los Diputados
Pedro Sánchez y MAriano Rajoy llegan a la reunión de este lunes en el Congreso de los Diputados - EFE

Sánchez desprecia el diálogo con Rajoy, que seguirá «intentándolo»

El líder socialista no descarta presentar una alternativa y el candidato del PP advierte de que no sería «viable»

Madrid Actualizado: Guardar
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Ni siquiera hubo que consumir media hora para conocer el resultado del último intento, de momento, de Mariano Rajoy para que el PSOE abandone su posición de bloqueo y permita al menos que eche a andar la legislatura. Según explicó el propio Pedro Sánchez, el presidente en funciones trató de explicarle el contenido de su pacto con Ciudadanos. Pero tampoco disimuló en exceso el secretario general de los socialistas en dejar clara cuál es su predisposición para el diálogo: «Ha sido una reunión perfectamente prescindible». Fue lo primero que dijo al entrar en la sala de prensa del Congreso de los Diputados. Cuando a Rajoy se le preguntó por la afirmación de aquel con quien acababa de departir no pudo sino mostrar su contrariedad: «Nunca es prescindible el diálogo por España, y en esta situación con más razón».

Rajoy quería hablar con Sánchez, un día antes de que empezara el debate de su investidura, para pedirle responsabilidad y preguntarle si su objetivo era llegar a unas terceras elecciones. Lo que se vio ayer en el Congreso, una vez más, es que el jefe de los socialistas sigue instalado en un «no» férreo, sin dejar opción a la negociación o al diálogo.

Rel0j hacia las elecciones

Sánchez negó a Rajoy cualquier posibilidad de ser investido presidente esta semana, pero al mismo tiempo tachó de «chantaje» que si hay elecciones estas sean en Navidad, algo que viene marcado por el calendario político y el reloj constitucional de los dos meses antes de convocar de nuevo a las urnas, que empezará a contar mañana tras la primera votación.

Rajoy compareció ante los medios de comunicación con serenidad. En La Moncloa dan por fallida esta investidura. «Nada es imposible totalmente, pero podemos dar la investidura por perdida en un 99 por ciento», comentó alguien muy próximo a Rajoy.

El candidato del PP valoró el trabajo de los miembros de su partido que han negociado los acuerdos con Ciudadanos y Coalición Canaria, partidos a los que volvió a trasladar su agradecimiento. «He trabajado y he ampliado la mayoría de 137 a 170 escaños», señaló. A partir de ahí se encargó de esgrimir sus apoyos y reconoció que sigue necesitando al menos seis votos más a favor u once abstenciones para lograr repetir en el cargo. Y para ello se dirigió de forma acuciante al PSOE: «Si no quiere construir, al menos que no bloquee». «El desbloqueo no supone apoyar, sino permitir algo tan razonable como que en España haya un Gobierno».

Rajoy dejó claro que su candidatura no acaba aquí. «Lo seguiré intentando con el Partido Socialista, que tiene la llave, y porque es mi obligación», dijo. Y lo hará durante esta semana, hasta la misma votación del viernes, y después también. Quiere volver a ser candidato. Fuentes del Gobierno señalaron que sería después de las elecciones vascas y gallegas del 25 de septiembre.

«Sin ofrecer nada»

Tras despreciar la necesidad de la reunión, Sánchez aseguró que Rajoy acudió a la misma para no «ofrecer nada» al PSOE, olvidando que los socialistas ya han rechazado la gran coalición. Le acusó de «escenificar» que si la investidura fracasa «la responsabilidad es del PSOE». Cuando él fracasó en su investidura no se consideró responsable, sino que le trasladó toda culpa al secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, pero Sánchez insistió en varias ocasiones en que «la responsabilidad de que el señor Rajoy falle es del señor Rajoy». El líder del PSOE volvió a plantear a Rajoy que busque apoyos en el PNV y la antigua Convergencia.

El líder de los socialistas dejó muchas incertidumbres en su intervención. Y una sensación generalizada de que su rechazo se centró mucho en la figura de Rajoy y no tanto en el PP: «En términos de confianza el PSOE va a decir no al señor Rajoy porque no cuenta con nuestra confianza».

Pero ahí se terminaron las frases contundentes. Cuando se le preguntó por si podría revisar su posición después del 2 de septiembre o tras las elecciones vascas y gallegas todo se quedó en un terreno sin certezas, hasta dejar frases de difícil comprensión: «No podemos adelantar más cuestiones. Los procesos de investidura son vivos y dinámicos».

Sin especificar a qué se refería, Sánchez aseguró que «cuando haya hechos nuevos que puedan alterar la posición del PSOE convocaré un comité federal». Y se mantuvo enigmático sobre si decidirá presentarse a una investidura con frases como: «El PSOE siempre estará en la solución» y «cuando llegue ese río, cruzaremos ese puente».

«Este no es nuestro acuerdo»

Durante semanas la política española ha vivido instalada en el mantra de que si Ciudadanos accedía a apoyar a Rajoy a través de una serie de condiciones programáticas se haría más digerible para el PSOE abstenerse. Pese al advenimiento de Albert Rivera a aceptar ese principio la realidad se ha topado con la reacción contraria a la esperada por parte de Sánchez.

Pese al intento de Ciudadanos por destacar las coincidencias, Sánchez lo calificó como «un programa de Gobierno conservador y continuista». Sánchez optó por exponer las diferencias: «No rectifica los elementos nucleares de la reforma laboral y posterga sine die la reforma constitucional», argumentó. «Si teníamos razones después del acuerdo tenemos más razones aún. Este no es nuestro acuerdo».

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