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Sánchez deja al PSOE por debajo de PodemosLunes, 3 de octubre de 2016 a las 12:27:50

LA NOTICIA

La debacle del PSOE terminaría con el bloqueo político

Con el PSOE desangrado por el cisma vivido esta última semana, la celebración de unas terceras elecciones generales rompería el equilibrio de fuerzas que existía hasta ahora y el PP saldría muy reforzado, con posibilidades reales de formar Gobierno solo con el apoyo de Ciudadanos. Así se desprende de la encuesta de GAD3 realizada para ABC durante la semana pasada. El partido de Mariano Rajoy podría alcanzar los 159 diputados y el PSOE caería por debajo de los 70, ahora sí detrás de Unidos Podemos. Ciudadanos también perdería siete diputados, pero tendría un papel relevante para la gobernabilidad. La fractura que sufrió el PSOE el miércoles pasado, cuando 17 miembros de su Ejecutiva dimitieron y negaron toda legitimidad a Pedro Sánchez como secretario general, fue la puntilla para un partido que el pasado 26 de junio ya registró su peor resultado histórico en unas elecciones generales, al obtener solo 85 diputados. Antes, el 20 de diciembre, ya había roto su suelo anterior al quedarse con 90. Pues bien, hasta el miércoles, justo antes del cisma de Ferraz, la encuesta de GAD3 que se estaba realizando ya situaba al PSOE con 76 diputados y un 19,8 por ciento de estimación de voto. Era un mal resultado, pero los socialistas aún se mantenían por delante de Unidos Podemos, que obtenían 69 escaños, aunque con un 20,9 por ciento de estimación de voto. Pero el PSOE de Pedro Sánchez todavía tenía capacidad de empeorar. Cuando estalló la guerra interna en su Ejecutiva, el miércoles por la tarde, el resultado de la encuesta varió. El Partido Socialista se desplomó hasta los 68 diputados, con un 18,6 por ciento de votos, y quedaba por detrás de Unidos Podemos, que se mantenía estable con esos 69 diputados. El salto de la formación de Pablo Iglesias se haría realidad si las terceras elecciones generales se celebraran hoy, tanto en votos como en número de diputados. Cuando Pedro Sánchez anunció su dimisión como secretario general del PSOE, el sábado a las 8.20 de la tarde, había perdido ya la confianza no solo de la mayoría del Comité Federal de su partido, sino también de sus votantes. Según la encuesta de GAD3, seis de cada diez electores del PSOE (el 57 por ciento exactamente) consideraba que Sánchez no estaba capacitado para liderar el Partido Socialista en esta etapa. La pregunta se realizó antes de su renuncia, y después de la dimisión de 17 miembros de la Ejecutiva del PSOE. Los datos globales son rotundos: dos de cada tres españoles no veía capacitado a Pedro Sánchez para encabezar al estrategia del PSOE. Solo el 26,4 por ciento creía que podía hacerlo. Pero lo más llamativo es que esos porcentajes no cambian sustancialmente cuando las respuestas se reducen a los votantes socialistas. Frente al 57 por ciento que ya no confiaba en Sánchez, solo el 38 por ciento de quienes le habían votado seguían pensando que podía liderar el partido.

REPERCUSIÓN

La sangría interna del PSOE también ha tenido un impacto en la estimación de voto del Partido Popular. La formación de Rajoy mantenía una moderada tendencia al alza desde el inicio del bloqueo, pero en los últimos días su posición se ha reforzado. Según la encuesta de GAD3, los populares obtendrían ahora 159 diputados, frente a los 137 del 26 de junio y los 123 de los comicios del 20 de diciembre. Hasta el miércoles, el Día D del cisma socialista, el PP obtenía 153 escaños. En apenas dos días se situó con seis más. Esos 159 diputados serían más de los que logró José María Aznar en 1996 (156), cuando llegó a La Moncloa, y los mismos que obtuvo Felipe González en 1993, en su última legislatura. Con ese resultado del PP, el bloqueo político podría desaparecer en pocos días. Ciudadanos, su socio en la actual legislatura, lograría 25 diputados. Son 15 menos que el 20 de diciembre, y siete menos que el 26 de junio. Es un mal resultado, sí, pero con esos 25 escaños el partido de Albert Rivera podría haber una rápida investidura y tendría capacidad de condicionar el Gobierno de Rajoy durante los cuatro años de legislatura. Su papel político sería más relevante que en la actualidad. El PP más Ciudadanos sumarían 184 diputados, ocho más de los que marcan la mayoría absoluta en el Congreso. Y un dato: estarían muy cerca de los 186 que consiguió Rajoy en solitario en las elecciones de 2011.

LA OPINIÓN DE ABC

Al PSOE le conviene abstenerse

Unas nuevas elecciones generales serían la tumba política del socialismo, porque llegarían a ellas con liderazgos precarios, divisiones internas y ajustes de cuentas pendientes. El actual distanciamiento del PP que refleja el barómetro de GAD3 para ABC aún no recoge las consecuencias de la dimisión de Pedro Sánchez el pasado sábado y de la imagen autodestructiva del PSOE, pero no es temerario presumir que la ventaja de Rajoy habrá aumentado todavía más tras la implosión socialista. En Ferraz pasó lo que tenía que pasar. La dimisión de Sánchez era la opción mayoritaria entre los votantes socialistas encuestados por GAD3. Se cierra una etapa en el PSOE, y empieza otra. Este sondeo debería ser otro argumento más para que la gestora del PSOE y sus futuros órganos colegiados den un giro a la oposición cerrada del anterior secretario general a la investidura de Mariano Rajoy. El PSOE llegaría a unos nuevos comicios con liderazgos precarios, divisiones internas aún vivas y ajustes de cuentas pendientes. A estas alturas, el mayor problema del PSOE no sería facilitar un gobierno del PP con su abstención, sino cómo sobrevivir a su fracaso histórico. A todas luces, no parece el mejor momento para presentarse ante el electorado con tantas tareas dentro de casa aún sin resolver.

El voto se desplaza a la derecha

JUÁN FERNÁNDEZ-MIRANDA Por JUÁN FERNÁNDEZ-MIRANDA

El votante se está moviendo mucho, y lo hace hacia la derecha. De hecho no ha dejado de hacerlo desde el 20-D. Es, por tanto, falso el mantra mil veces repetido durante el último año de que si vamos a elecciones todo va a quedar igual. La encuesta que hoy publica ABC es clarificadora, sobre todo si comparamos los datos con el 26-J, el 20-D e incluso con 2011. Fíjense: los expertos demoscópicos coinciden en señalar que el 20-D fueron las elecciones de nuestra democracia con un voto más escorado a la izquierda: el PSOE, Podemos e IU sumaron el 46,34% de los votos y se llevaron 11,6 millones de papeletas. Seis meses después, en el 26-J, el PSOE y Unidos Podemos bajaron 2,6 puntos y 1,16 millones de votos (43,76% y 10,4 millones en total). La encuesta de ABC revela que hoy el PSOE y Unidos Podemos conseguirían un repaldo del 39,4%, lo que supone que en un año las opciones de izquierdas habrán perdido casi 7 puntos. En la derecha la tendencia es la contraria, pues la suma de PP y Ciudadanos crece, y lo hace con mayor fuerza de lo que baja la izquierda. Fíjense de nuevo: el 20-D el PP y Ciudadanos sumaron el 42,65% de los votos, con 10,7 millones de papeletas. Seis meses después, superaron la barrera de los 11 millones y alcanzaron un 46,08%. De celebrarse elecciones hoy, Rajoy y Rivera sumarían el 48,3% de los sufragios, en gran medida por un PP que no para de crecer (7,7 puntos desde el 20-D). En resumen, en este último año se ha pasado de unas izquierdas con 3,6 puntos de ventaja a unas derechas 8,9 puntos por encima. Es un desplazamiento del voto hacia la derecha de 12,5 puntos, margen suficiente para cambiarlo todo. Estos son los datos, que hablan por sí solos. Los políticos dicen y hacen, pero es el votante quien decide. Hace ya muchos años que Félix Madero me enseñó en la Facultad que en las encuestas lo verdaderamente infalible no son los datos, sino las tendencias. Y esta tendencia constante desde el 20-D es demoledora para la izquierda e ilusionante para la derecha. Y un mensaje claro sobre lo que quieren los ciudadanos.