Rajoy repara el frente común con Sánchez y Rivera tras la división en el Congreso

El PSOE ve las detenciones «consecuencia de quien ha incumplido la ley» y Cs alerta de que «estamos a pocos días del golpe y hay qu

Rajoy y Sánchez durante una reunión en La Moncloa EFE/ Vídeo: ATLAS
Mariano Calleja

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El Gobierno preveía una semana especialmente «intensa», con momentos de máxima tensión, y sus pronósticos se cumplieron ayer desde primera hora, aunque su agenda no se interrumpió. El presidente Rajoy acudió a la sesión de control en el Pleno del Congreso , mientras que la vicepresidenta viajó a Teruel para firmar un convenio de inversiones. Eso sí, La Moncloa fue testigo de dos nuevas reuniones en las que se reforzó la unidad de los constitucionalistas en la defensa del Estado de Derecho, solo un día después de la bronca en el Congreso que los separó. Fue una manera de reparar las grietas que se dejaron ver apenas unas horas antes.

Esta vez tampoco hubo una foto con los tres socios juntos, el «frente común». Rajoy recibió por separado a Pedro Sánchez y a Albert Rivera , aunque en La Moncloa quitaron hierro a esa cuestión. «Lo importante es que el Gobierno tiene el apoyo del PSOE y Ciudadanos, eso es lo que cuenta», subrayaron fuentes próximas al presidente.

En esta ocasión tampoco hubo una imagen de la unidad de los constitucionalistas, aunque Moncloa le restó importancia

El presidente quería explicar de primera mano al PSOE y Cs las últimas medidas que se han puesto en marcha en Cataluña para evitar el referéndum ilegal , incluida la intervención de las cuentas públicas. Pero su propósito también fue demostrar que no está solo, sino que le acompañan dos partidos que, junto al PP, suman el 75 por ciento de los diputados del Congreso .

El Gobierno quiere evitar ahora mismo toda crítica a los socialistas, que la tarde anterior habían votado en contra de una iniciativa de Ciudadanos para defender el Estado de Derecho en Cataluña . «Han rectificado (esa mañana en el Pleno), fue un calentón con Ciudadanos. En lo importante estamos juntos y eso es lo que valoramos», afirman en La Moncloa. El Gobierno reconoció ayer su satisfacción por el apoyo expreso que se produjo en La Moncloa, y el mostrado por la portavoz socialista, Margarita Robles , en el Pleno.

El primero en hablar tras las detenciones en Cataluña fue Rajoy, quien en los pasillos del Congreso pidió una «rectificación» a Puigdemont para que volver a la normalidad y al respeto a la ley. «Estaban avisados» de lo que podía suceder, advirtió Rajoy, quien dejó claro que en ningún país democrático del mundo se permite algo como lo que pretenden los independentistas.

Mariano Rajoy en los pasillos de la Cámara Baja JAIME GARCÍA

Desde Teruel, la vicepresidenta envió otro mensaje a los secesionistas: «Que vuelvan a la democracia y a los cauces que permiten, en España, discrepar absolutamente de todo, pero también avanzar, crecer juntos desde la lealtad constitucional y el respeto a la Ley». Y ya al final de la mañana fue el ministro portavoz, Í ñigo Méndez de Vigo, quien leyó en el Congreso una declaración institucional del Gobierno, para advertir de que «nadie está por encima de la ley», y si alguien pretende situarse ahí, el Estado «tiene el deber de actuar en defensa de los derechos de todos, y no solamente de una parte. Eso es la democracia». En nombre del Gobierno, Méndez de Vigo expresó su apoyo a jueces, fiscales y Fuerzas de Seguridad que están actuando en defensa de la legalidad. «El Gobierno respeta, mucho más que nadie, el autogobierno de Cataluña, con el que ha colaborado siempre lealmente, que el señor Puigdemont, que ha puesto las instituciones de todos al servicio de unos pocos».

Ante la escalada de los acontecimientos y pese al enfrentamiento parlamentario de PSOE y Ciudadanos, de lo que ayer el PP en boca de su portavoz, Rafael Hernando, culpó a ambos partidos, Rajoy sale de la jornada de ayer con la coalición constitucional intacta en lo que respecta a la defensa del Estado de Derecho.

Sin criticar las detenciones

Hubo un silencio que resonó durante todo el día, y es que el PSOE no compareció públicamente hasta las 19,30 de la tarde. Lo hacía su secretario de Organización, José Luis Ábalos, que justificaba la demora en que Sánchez quiso conversar con todos los líderes regionales y presidentes autonómicos socialistas.

Se trataba de aunar las posturas, una vez que la presidenta de Baleares, Francina Armengol , había expresado que las detenciones de cargos públicos suponían «una línea roja». Pero Ábalos desechó esa «opinión» y expresó que Sánchez trasladó a Rajoy durante su encuentro en La Moncloa que «va a seguir apoyando al Gobierno en el incumplimiento de la ley». Ábalos trasladó una petición al Gobierno de la Generalitat: «que desconvoque el 1 de octubre».

Ábalos se escudó en la conversación que mantuvo Sánchez con los líderes regionales para justificar el silencio del PSOE

El número tres del PSOE no criticó en ningún momento las detenciones y registros producidos en el día de ayer , que, quiso recordar, son «a instancia judicial» y los consideró «la consecuencia de quien ha incumplido la ley». Aunque reconoció que «es cierto que toda detención provoca alarma», dejó claro que éstas se derivan del hecho de que «hay quien ha introducido en el debate político la ilegalidad» . «Uno tiene que saber que cuando desafía al Estado, el Estado reacciona. No podemos sino respetar que las cosas se hagan conforme a la ley», sentenció. El PSOE anunció que Pedro Sánche z suspendía una agenda internacional que en los próximos días le iba a llevar a Estados Unidos y Canadá.

No obstante, Ábalos tampoco dejó de lado las críticas al Ejecutivo, para mantener un espacio propio: «Durante bastante tiempo el Gobierno incapaz de establecer un diálogo sincero y constructivo con la Generalitat». Un mensaje que se enmarca en el convencimiento de los socialistas de que de cara al futuro «la solución tiene que ser política» y «no va a venir de la mano de tribunales». Aunque ha dejado claro que éstos «tienen que cumplir su función».

Es esa apelación al diálogo lo que no comparte Cs en estos momentos: «Yo puedo hablar con un demócrata. No puedo hablar con un golpista». Albert Rivera señaló que «estamos a pocos días del golpe y lo que hay que hacer es impedirlo».

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