Mariano Rajoy, este miércoles en la sesión de control al Gobierno en el Congreso
Mariano Rajoy, este miércoles en la sesión de control al Gobierno en el Congreso - Jaime García

Rajoy presionará a los grupos con el «botón electoral» en los Presupuestos

Montoro, que informa al PSOE pese al veto anunciado, se vio ayer con Nueva Canarias

Madrid Actualizado: Guardar
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El Gobierno de Rajoy tiene un as en la manga para negociar los Presupuestos, que prefiere no utilizar, pero que tampoco piensa obviar. A partir del 3 de mayo, el presidente tendrá plena facultad para disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones. Sería una situación que el PSOE -en plena búsqueda de liderazgo interno- desea menos que nadie en el Congreso, con un Podemos que en algunas encuestas ya le ha adelantado, y que podría beneficiar de forma especial al PP, mejorando el resultado del 26-J. Pues bien, el debate principal de los Presupuestos coincidirá con ese momento en el que Rajoy tendría capacidad de pulsar lo que se llama coloquialmente «botón nuclear», o «botón electoral», y que no es otra cosa que la convocatoria de elecciones.

En La Moncloa reconocen que es una posibilidad muy remota ahora mismo, y a Rajoy no se le pasa por la cabeza poner fin a una legislatura que acaba de empezar, justo cuando quiere exhibir en Europa que España es uno de los socios más estables hoy. Al contrario, el presidente no se cansa de decir que hará «lo imposible» por agotarla, pero avisa de que para eso necesita una estabilidad parlamentaria mínima, incluyendo la aprobación de las cuentas. En esa tesitura, Rajoy pidió ayer «responsabilidad» a los grupos y aseguró que el Gobierno negociará con todos «hasta el último minuto».

Pero las fuentes consultadas reconocen que el hecho de que el debate de totalidad coincida con la fecha que pondrá al rojo el «botón electoral» será un «elemento de presión» a la hora de negociar los Presupuestos. El Gobierno cuenta con esa baza y el runrún de las urnas acompañará la tramitación parlamentaria de las cuentas.

Las conversaciones presupuestarias las encabeza el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, quien aprovecha los días de Pleno en el Congreso para verse con los portavoces parlamentarios. Ayer se reunió con el portavoz de Nueva Canarias, Pedro Quevedo, cuyo escaño podría ser clave para sacar adelante el proyecto económico. Quevedo dijo tomarse la negociación como «una oportunidad» para «corregir» el «maltrato a Canarias» y exigirá que se le reconozca su «realidad diferencial» insular. El diputado, adscrito al grupo Mixto, pero que fue en coalición electoral con el PSOE, dijo que «por lealtad» informa de sus contactos al grupo socialista.

Lo cierto es que el ministro está hablando «con todos», también con el PSOE, pese a que su «veto» está garantizado. El Gobierno entiende que la situación interna de los socialistas hace imposible su apoyo, pero al mismo tiempo reconoce la «receptividad» del principal grupo de la oposición, que está recibiendo toda la información presupuestaria de Hacienda. El Gobierno quiere cuidar el diálogo con Ferraz, no solo por este proyecto de ley, sino pensando en el futuro, ya que de forma inmediata, desde finales de junio, empezará a hablarse ya de los Presupuestos de 2018, que son los que el Ejecutivo se tomará realmente como «examen» de legislatura.

En la sesión de control al Gobierno, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, dibujó el que cree que será el futuro acuerdo presupuestario de Rajoy con Ciudadanos, el PNV, Coalición Canaria y el «voto prestado» del PSOE a través de Nueva Canarias. El presidente ironizó tras la «primicia informativa» de Iglesias: «Celebro saber que ya he conseguido apoyo a los Presupuestos y espero que todos los citados tomen buena nota y le hagan caso».

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