Congreso de los Diputados

Rajoy denuncia el cierre del Parlament y tiende la mano a Puigdemont por última vez antes del 155

El jefe del Ejecutivo subraya que aún puede haber diálogo si la Generalitat contesta que no ha declarado la independencia

El portavoz adjunto del PDeCAT contesta con otro aviso: «No se atrevan a tocar nuestro sistema educativo»

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, junto a la vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría Maya Balanya
Ana I. Sánchez

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Con el «tic-tac» de la cuenta atrás de fondo -el plazo para que Carles Puigdemont conteste a Mariano Rajoy acaba mañana a las 10:00 horas- el segundo ha querido lanzar una ultima llamada al primero para emplazarle a abandonar el proceso de independencia.

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Aún hay una ultima oportunidad de dialogar, ha subrayado Rajoy, si el president contesta que no ha declarado la independencia o que vuleve a la legalidad. Solo así se podrá evitar la aplicación del artículo 155 de la Constitución, ha recordado.

«Si ha declarado la independencia el Gobierno está obligado a actuar de una forma y si no, será posible dialogar en el Congreso», ha señalado durante la sesión de control del Congreso en respuesta al portavoz adjunto del PDeCAT, Jordi Xuclà. «Pido a Puigdemont que actúe con sensatez, equilibrio y ponga por delante los intereses de los ciudadados y responda a una pregunta que no es tan difícil», ha insistido. «Deberían decirle que no cree más problemas», ha instado.

En esta línea, ha respondido a las constantes acusaciones de antidemócrata que le lanza el independentismo catalán denunciando el cierre del Parlament a la oposición : «Llevan un mes y 12 días en los que la oposición no puede preguntar a Puigdemont», ha criticado. «No dejan hablar a la oposición, lo hicieron el 6 y 7 de septiembre y lo están haciendo ahora», ha abundado.

En contraposición, Rajoy ha defendido su actuación ante la crisis soberanista «con moderación, prudencia y sensatez». Algo por lo que, se ha quejado, ha sido criticado. Y ha vuelto a pedir al independentismo catalán que reflexione sobre el camino seguido, la liquidación de la Constitución y del Estatuto de Cataluña.

El diputado catalán ha hecho oídos sordos y ha lanzado al jefe del Ejecutivo una advertencia: «No se atrevan a tocar uno de nuestros tesoros más preciado s, un sistema educativo cohesionador que educa en la libertad, la misma que nos quieren quitar». Ha pedido entonces el cese del ministro de Asuntos Exteriores , Alfonso Dastis, por asegurar que en las escuelas catalanas no se enseña español.

Ante la cada vez más cercana aplicación del artículo 155, Xuclà ha advertido que supondría el «fracaso de la política y el diálogo» además de un «grave error». Siguiendo este hilo ha preguntado a Rajoy si va «a disolver un parlamento democráticamente constituido» y le ha acusado de «incendiar la realidad con mentiras y sin paliativos».

El diputado catalán también ha insistido en la idea de que los líderes independentistas Jordi Cuixart y Jordi Sánchez son «presos políticos», y ha acusado a Rajoy de hacer política «negando la realidad» de que en el Parlament existe una «mayoría soberanista».

Al artículo 155 se ha referido también la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, a quien el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, le ha pedido que el Gobierno «recupere la autonomía de Cataluña». La número dos del Ejecutivo le ha replicado que ése será precisamente el objetivo que buscará Moncloa si aplica ese precepto constitucional, además de garantizar los derechos de los catalanes, «llevar al sosiego a todos los catalanes, y preservar la recuperación económica».

De hecho, Sáenz de Santamaría ha advertido que el independentismo «está llevando a Cataluña al borde de la recesión». Rivera, que ha pedido conocer el plan del Gobierno frente a la deriva secesionista, ha vuelto a subrayar que apoyará a Moncloa en las medidas que adopte, s ean las que sean «por la defensa y la unidad de España». La número dos del Gobierno le ha intentado tranquilizar asegurándole que será informado de las decisiones con antelación y participará en ellas, así como también el PSOE.

Desde que la semana pasada el líder de la oposición, Pedro Sánchez, llegara a un acuerdo con Mariano Rajoy para asegurar la unidad del bloque constitucional a cambio de abrir una reforma de la Constitución, Rivera ha transmitido una imagen de cierta incomodidad ante el refuerzo del bipartidismo.

Desde el otro bando, el portavoz de ERC, Joan Tardà, ha reclamado a Santamaría «de demócrata a demócrata que paren las máquinas y triunfe el diálogo y la intermediación». La número dos del Gobierno le ha respondido con la lista de déficits democráticos e ilegalidades de los partidos independentistas, y echándole en cara que su partido está llevando la economía catalana «al hundimiento».

La intervención de la portavoz socialista, Margarita Robles, que ha preguntado al presidente del Gobierno «qué va a hacer para dinamizar la actividad parlamentaria» ha vuelto a pasar desapercibida al situarse, una semana más, fuera del eje del debate político.

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