El PSOE quiere a Cristina Narbona como candidata a la Alcaldía de Madrid

Cargos socialistas defienden que el perfil de Narbona es el más competente para luchar contra Carmena por la hegemonía en la izquierda madrileña

La presidenta del PSOE y exministra Cristina Narbona MAYA BALANYA
Mayte Alcaraz

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Una vieja conocida de la política madrileña, Cristina Narbona , tiene cada vez más cerca la posibilidad de cerrar su carrera pública allí donde la inició en 1999: el Ayuntamiento de Madrid. Si accede a lo que ya es un clamor dentro del PSOE-PSM, con su flamante secretario general a la cabeza, José Manuel Franco, y con el beneplácito de Pedro Sánchez, la presidenta del PSOE libraría en primera persona la madre de todas las batallas: la reconquista de la capital de España, que los socialistas no gobiernan desde 1989, cuando una moción de censura acabó con el mandato de Juan Barranco. «Yo creo que sería una candidata estupenda, pero es algo que tiene que decidir ella», declaraba a ABC José Manuel Franco que, no obstante, asegura que su primer objetivo «es trabajar dentro del partido en Madrid para acabar con las históricas diferencias internas».

Los cargos socialistas consultados defienden que el perfil de Narbona ( exministra con Zapatero , exconcejal de Madrid y exdiputada también por esta comunidad) es el más competente para luchar contra Manuela Carmena por la hegemonía en la izquierda madrileña, si finalmente la alcaldesa decide repetir. Que la regidora continúe solo depende a estas alturas de su decisión puesto que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, con el que no mantiene una buena relación, tiene claro que improvisar una nueva candidatura limitaría las opciones populistas. Si fuera necesario, el recambio de Podemos es José Julio Rodríguez, exJemad con Zapatero. El ticket madrileño lo completaría Íñigo Errejón, como baza para la comunidad, aunque no ve con buenos ojos al militar.

«Buen ciclo» socialista

«Lo que decidan otros partidos será importante para decantar a Narbona, pero sobre todo pesará el desenlace electoral de Cataluña ». En Ferraz tienen claro que el desafío independentista ha tenido efectos de cataclismo en la política nacional y en la percepción popular en el resto de España, que esperan que premie el papel de Estado adoptado por Sánchez en defensa de la Constitución y penalice el apoyo de Iglesias a los líderes encarcelados. Si eso se plasma en los comicios municipales, la fuerza para imponer al alcalde caería sobre el PSOE contra lo que ocurrió hace dos años y medio. Ese «buen ciclo», sostienen esas fuentes, podría animar a Narbona a dar el salto definitivo a Madrid.

Los socialistas esperan a sus encuestas, que encargarán un año antes de los comicios municipales y regionales (previstos para la tercera semana de mayo de 2019), y así testar la fuerza de sus candidatos. La exministra, hoy encaramada a la cúspide del PSOE dentro del equipo de Sánchez, tendría mucho que perder si la aventura electoral se saldara no con la vara de mando municipal sino con un asiento en la oposición en el Ayuntamiento. La delicada situación del grupo socialista en Madrid, sostén incómodo en esta legislatura de la marca de Podemos (Ahora Madrid), obligará al candidato socialista a marcar distancias con los populistas y «hacerse perdonar» su respaldo a una alcaldesa cuya caótica gestión del día a día ha sido agravada con políticas ambiguas respecto al separatismo catalán y la falta de un discurso nítido a favor de la unidad de España. Según mantienen en el PSOE, la imagen del aspirante madrileño tendrá que encarnar el viejo espíritu solidario y progresista del socialismo clásico para evitar que los votos más moderados que no opten por el PP se refugien en Ciudadanos, cuya candidata, Begoña Villacís, aprovecharía los excelentes réditos (constatados en el último CIS) que las firmes posiciones de Albert Rivera en la crisis catalana han reportado a este partido.

El «aterrizaje tranquilo» del nuevo secretario general de Madrid ha intentado amansar las aguas internas en el grupo madrileño donde convive la actual portavoz, Purificación Causapié , y el que fuera jefe de filas, Antonio Miguel Carmona, defenestrado por Sánchez. Tras esa convulsa etapa en una federación como la madrileña, pródiga en enfrentamientos fratricidas, el objetivo de Pedro Sánchez es nombrar un candidato con gran notoriedad, que no necesite tiempo de rodaje, y que represente nítidamente los valores socialistas. Para esta empresa, el nombre de la presidenta del partido es el preferido. La que fuera concejal en 1999 y presidenta de la comisión gestora del PSOE madrileño tras la dimisión de Rafael Simancas en 2007, tiene un expediente parecido al del aspirante autonómico, Ángel Gabilondo, un «buen tícket» por el que apuesta Sánchez pero que requiere todavía de la aprobación de los dos protagonistas.

El tablero madrileño también está a la espera de que se despejen las incógnitas del centro-derecha. Mientras se da por segura en Ciudadanos la repetición tanto de Villacís para la capital como de Ignacio Aguado para la Comunidad, Mariano Rajoy tan solo tiene claro la continuidad de Cristina Cifuentes, actual presidenta, con muchas opciones de revalidar el poder en 2019. Sin embargo, la controvertida plaza de candidato a alcalde «ni siquiera se ha planteado», según mantienen en el entorno del presidente, teniendo en cuenta los graves momentos que vive España.

De la confianza de Rajoy

Tras el fracaso de la candidatura de Esperanza Aguirre, que además terminó dimitiendo por el encarcelamiento por corrupción de su mano derecha, Ignacio González, el presidente se inclinará previsiblemente por un perfil de su absoluta confianza, con suficiente tirón y popularidad para no obligarle a «ponerlo en circulación pronto». De hecho, de los dos nombres que suenan para acompañar a Cifuentes en la papeleta del PP, uno forma parte de su propio Consejo de Ministros ( Íñigo Méndez de Vigo ) y el otro es una de las figuras clave en la dirección del PP ( Pablo Casado ).

Uno y otro niegan sus opciones pero en el partido se valorará la posibilidad de «sumar» con Ciudadanos una mayoría, en cuyo caso no se descarta que se «sacrificase» al candidato popular para apoyar a Villacís en la Alcaldía a cambio de que Rivera prestara sus votos, como ocurrió en 2015, al PP en la investidura de Cifuentes. En este escenario, los populares descartan que el ministro portavoz encabezara la candidatura, que sí se vería reforzada si no se llega a un acuerdo preelectoral con el partido naranja y la lucha es a cara de perro con candidatas como Carmena y Narbona, ambas con un perfil institucional que solo Méndez de Vigo podría disputar con esperanzas de éxito.

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