Javier Fernández y Mario Jiménez
Javier Fernández y Mario Jiménez - JAIME GARCÍA

PSOELa gestora busca evitar el «choque de trenes» pero no consigue aplacar al pedrismo

A la división entre Díaz y Sánchez se suma ahora una tercera vía que no acaba de cuajar

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Uno de los acontecimientos políticos más esperados de este 2017 es el XXXIX Congreso del PSOE porque determinará si sigue siendo alternativa de gobierno, en busca de caladeros de voto también a la derecha, o se conforma con el papel de primer partido de la izquierda española -segundo, dicen ya las encuestas- a expensas ya de acuerdos con Podemos para volver a La Moncloa.

Igual que nadie duda de que en el PP y en Ciudadanos Mariano Rajoy y Albert Rivera seguirán al frente de sus organizaciones a partir de febrero, en Ferraz todo es una incógnita, empezando por el propio calendario. El próximo sábado se aprobará uno con «bastante aproximación», pero no el definitivo.

Y es que la gestora formada el uno de octubre tras la fulminante caída de Pedro Sánchez de la Secretaría General se propuso desde un primer momento retrasar el cónclave todo lo posible para «enfriar» los ánimos en un PSOE

que es «un solar», según admite su presidente, el asturiano Javier Fernández.

Mecha entre la militancia

Se trataba, aunque de forma inconfesable, de acabar con los restos y la cultura interna impuesta por el pedrismo en los últimos dos años -la «podemización» del PSOE que denunció Fernández- para allanar el camino a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, en una vuelta a la socialdemocracia clásica y a la cultura de partido en el que la militancia es un factor más, no el definitivo. Todos, el propio Fernández, Díaz, Guillermo Fernández Vara, Ximo Puig, Javier Lambán y Emiliano García-Page, creyeron que «muerto el perro se acabó la rabia» y que, teniendo el control de Ferraz, el paso de los meses sería balsámico para lograrlo.

Pero la «rabia» sigue viva en un sector nada desdeñable de la militancia al que se une su antisusanismo. Y dentro de ese sector, Sánchez sigue «vivo» entre los más activos en redes sociales, entre otras razones porque no pasa semana sin que constituyan alguna plataforma provincial para pedir un congreso ya; con los diputados Odón Elorza y Zaida Cantera de maestros de ceremonia llevados en volandas por las redes sociales.

Diversas fuentes socialistas consultadas por ABC ajenas a la batalla ven «muy sintomático» que la gestora está lejos de tener el control del proceso congresual o el episodio de la sede «fantasma» en Ferraz 10; no tanto por el hecho en sí, como por el cisma que deja entrever.

Choque de trenes

«Los de "recuperar el PSOE" que han hecho eso, ¿van a aceptar a la mañana siguiente que Susana Díaz gane las primarias? ¿Y el PSOE Andaluz aceptará una victoria de Pedro?», se pregunta un exbarón autonómico preocupado por el peligro de «choque de trenes» que ya denunció Fernández Vara en ABC.

El problema es que el tiempo ya no pasa a favor de la presidenta andaluza Susana Díaz, sino que favorece el rearme de sus rivales, sea Pedro Sánchez solo o Patxi López también.

Ella guarda cautela porque «está obligada a hacerlo», dice una ex dirigente alineada con la andaluza. No en vano es presidenta de la autonomía más importante que gobierna el PSOE y una derrota suya no sería solo interna; probablemente marcaría el principio del declive de 35 años de poder autonómico, a favor del PP.

«Para Susana tiene mucho riesgo; para Patxi es casi gratis y para Pedro es gratis total», resume esta fuente. Lo cual explica que las escaramuzas, en este momento precongresual, se estén dando más entre la gente de Sánchez y López que entre ambos y Díaz.

Entresijos de la batalla

Al exlendakari, que este mes quiere presentar su proyecto, le gustaría que el ex secretario general descartara antes su presencia en las primarias para dejarle expedito el caladero del antisusanismo con el que poder ganar las primarias a la presidenta andaluza. Su problema es que Sánchez «echa pestes» (sic) de López y, sobre todo, del que fuera su número dos en Organización, César Luena, dicen fuentes socialistas conocedoras de los entresijos de la batalla, y no está nada claro que vaya a tirar la toalla.

Es más, Sánchez, que pasó un periodo de abatimiento personal tras lo ocurrido en el tumultuoso Comité Federal del uno de octubre, ahora acaricia la idea de intentarlo de nuevo.

A ello fue dirigido el pronunciamiento de decenas de alcaldes y cuadros medios del PSOE el pasado 27 de diciembre en Madrid, designándole como «el mejor candidato» de los posibles para esta nueva etapa socialista.

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