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Javier Fernández junto a Antonio Hernando en su reunión con el grupo socialista la pasada semana - EFE

El PSOE se encamina a otro Comité Federal de infarto para dejar gobernar al PP

Javier Fernández desiste de reunir antes a todos los barones porque no hay garantías de una primera victoria de los partidarios de la abstención

Madrid Actualizado: Guardar
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Algo se ha torcido en el plan original del presidente de gestora del PSOE, Javier Fernández, que está retardando el viraje del partido desde el «no es no» a una abstención en otra investidura de Mariano Rajoy. El lunes 3 de octubre, 48 horas después de la dramática sesión del Comité Federal que acabó con la defenestración de Pedro Sánchez, Fernández anunciaba que reuniría esta semana a los 17 barones en el Consejo de Política Federal. Objetivo: llevar una posición «colegiada» a la nueva cita del máximo órgano entre congresos a final de mes.

Pero esa «foto» previa de unidad del poder orgánico, la cual, sin duda, influiría mucho en el ánimo de los 290 miembros del Federal a la hora de decantar la votación, se antoja imposible.

Y es que la mayoría que tumbó a Sánchez no se puede trasladar de forma automática al debate sobre si facilitar el gobierno al PP. La negativa de los presidentes de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig; Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page; y Aragón, Javier Lambán, presionados porque Podemos desestabiliza sus gobiernos, unida a que Guillermo Fernández Vara ha levantado el pie del acelerador tras comprobar que en el PSOE extremeño hay más partidarios de mantener el «no», está complicando la operación de viraje.

A día de hoy, solo el propio Fernández defiende sin ambages la abstención. La todopoderosa presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, sigue sin pronunciarse, y Vara, que empezó muy fuerte, se ha visto obligado a frenar. Conclusión: la derrota de Fernández en la cita previa que él quería con sus homólogos estaba cantada porque, del lado sanchista, los Miquel Iceta (Cataluña), Francina Armengol (Baleares), Luis Tudanca (Castilla y León), Idoa Mendía (País Vasco), María Chivite (Navarra), Sara Hernández (Madrid), César Luena (La Rioja) o Pilar Cancela (Galicia) iban a arrasar con el «no».

Ayer fue curioso ver al portavoz de la gestora, el andaluz Mario Jiménez, explicar que ese órgano de gobierno provisional no va a llevar ninguna postura al Comité Federal porque no es su misión. Su único objetivo es propiciar el debate. Jiménez justificó en razones «de agenda» que los 17 mandatarios autonómicos socialistas no vayan a encontrar un hueco pare verse antes del Comité Federal. Jiménez explicó que la dificultad radica en que «hay presidentes que están fuera y otros tienen problemas de agenda», mientras que el PSC está inmerso en un proceso de primarias –este sábado 15– y no procede interferir convocando a Iceta y no a su rival, Nùria Parlón. Lo importante, dijo es que el presidente de la gestora pueda verse con todos, juntos o por separado.

En cuanto a la fecha del Comité Federal, Mario Jiménez no quiso confirmar que vaya a ser el domingo 23. Este sábado 15 no es posible por las primarias del PSC y el sábado 22 Javier Fernández estará con los Reyes en Oviedo, en la entrega de los premios Princesa de Asturias. El portavoz de la gestora recordó que la convocatoria a los 290 miembros del Federal «no tiene por qué ser en fin de semana», puede ser en día de labor, y advirtió que lo que le preocupa a la gestora es «que se produzca con normalidad».

Sigue habiendo «ruido»

Porque Fernández y los miembros de la gestora se están encontrando reticencias de todo tipo en una organización muy tensionada en los últimos meses, que acabó por estallar el uno de octubre y todavía se deja sentir la onda expansiva. Tanto, que son muchos los cuadros socialistas que augurán otra sesión de infarto, a cara de perro, el día 23 si no se llega a un acuerdo previo entre los barones. Estos ganaron el pulso a Sánchez el uno de octubre 133-107 porque los miembros de la corriente Izquierda Socialista, con José Antonio Pérez Tapias a la cabeza, se ausentaron de la votación «abochornados» con lo que estaba ocurriendo, y porque algunos fieles de Sánchez le dejaron solo. Pero nada garantiza que eso vaya a ocurrir en la votación del día 23 sobre la investidura; más bien al contrario.

Mario Jiménez se felicitó ayer de que se haya desactivado ya internamente el relato de que el gobierno alternativo con Podemos, como sostuvo hasta el final Sánchez, era posible. Ahora se trata de «gobierno (del PP) o elecciones», y eso puede facilitar las cosas a Fernández, Susana Díaz, Vara y quienes abanderan la abstención, aunque no pronuncien esa palabra para no desgastarse, porque empieza a haber consenso interno de que unas terceras elecciones serían catastróficas para el PSOE.

Aún así, lo que no está pudiendo controlar la gestora es el «enfriamiento» de la militancia mas sanchista y radicalizada en las redes sociales por el «golpe de Estado» (sic) contra el exsecretario general. Javier Fernández ya ha dejado caer que no va a permitir que el PSOE se «podemice» aun más que cuando Sánchez estaba al frente, pero eso ha sido contestado con una movilización sin precedentes de cuadros medios y fieles al sanchismo en las federaciones, al punto de haber reunido, haste el domingo por la noche, casi 64.892 firmas de las casi 94.000 necesarias –la mitad del censo– para forzar un congreso extraordinario ya.

La gestora va a ningunear la iniciativa, pero es consciente de que el alto número de firmas es sintomático de que el malestar no ha remitido; y ese malestar en las agrupaciones se confunde con el debate de la abstención en la investidura que está teniendo lugar en estos días, hasta dar por bueno el relato de Pedro Sánchez y los suyos, de que la ofensiva de Susana Díaz y los críticos tenía como objetivo únicamente desalojar a alguien incómodo de la Secretaría General porque se oponia a dejar que gobierne el PP.

Puig: «No es Barrio Sésamo»

El presidente de la Generalitat y secretario general del PSPV-PSOE, Ximo Puig, partidario del «no», dio muestras ayer de que entiende, sin embargo, que haya quienes defiendan abstención sin demonizarles. «Los que quieren pensar que la vida política es Barrio Sésamo no están en la lógica del siglo XXI»; Nadie en el PSOE, recalcó, «quiere un gobierno de Rajoy». «Para que quede claro: ni los socialistas 3.0 ni los 4.0 ni los 5.0 ni los que están en la época analógica». Y Juan Cornejo, el «número dos» del PSOE andaluz, se expresó de forma similar.

En cuanto a la posibilidad de que los siete diputados del PSC voten no, aunque el Comité Federal decida finalmente abstenerse, Mario Jiménez avisó ayer que la intención del presidente de la gestora, Javier Fernández, es transmitir al primer secretario del partido hermano que salga elegido en las primarias este sábado, Iceta o Parlón, que hay que abrir «una reflexión». No es posible, vino a decir el portavoz de la gestora, que el PSC participe en todos los órganos federales y luego no acate sus decisiones. En la gestora hay una honda preocupación por la deriva territorial del PSC, que puede complicar, y mucho, la resolución de la crisis interna del PSOE.

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