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Susana Sumelzo vota "no" a Mariano Rajoy - EFE

El PSOE se desgarra en la votación con 15 «no» a Rajoy

La renuncia de su ex secretario general tan solo unas horas antes les dejaba huérfanos en el Congreso de los Diputados, pero no se echaron atrás

Madrid Actualizado: Guardar
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Habían avisado de que no se abstendrían y cumplieron lo prometido. Un total de quince diputados socialistas rompieron ayer la disciplina de voto y votaron «no» al candidato popular Mariano Rajoy (ver detalle a la izquierda), rompiendo en dos también al grupo parlamentario.

La renuncia de su ex secretario general tan solo unas horas antes les dejaba huérfanos en el Congreso de los Diputados, pero no se echaron atrás. De poco sirvieron los intentos que el portavoz parlamentario, Antonio Hernando, llevó a cabo durante la mañana llamando a su despacho a algunos de los anticipados díscolos para hacerles ver que no había escapatoria posible al mandato expreso del Comité Federal.

Llevan el «no es no» en el alma. Desde la tribuna de invitados, el presidente de la gestora, Javier Fernández, fue escuchando cada uno de los «noes» con calma y visible resignación, sabedor de que miles de ojos escudriñaban cada uno de sus gestos.

«Igual que ERC»

Solo Adriana Lastra y María González Veracruz decidieron finalmente hacer uso de la fórmula «por imperativo, abstención», para dejar claro que repudiaban el sentido de su voto. La presidenta de la gestora del PSOE gallego, Pilar Cancela, votó abstención para abandonar el hemiciclo llorando. Y entre lágrimas dejó también el Palacio la exmilitar Zaida Cantera, llamada a capítulo sin éxito por Hernando, tras verse votando lo mismo que ERC.

Y es que no por adelantada, la fractura es menor. A diferencia del partido, la unidad es una característica del grupo parlamentario y la ruptura de la disciplina de voto es muy poco habitual. Menos aún en una votación con la trascendencia de ésta. Nunca en la historia de la democracia española un partido se ha desgarrado tras un debate de investidura. Esos 15 «no» evidencian que la ruptura interna del PSOE llega hasta sus cimientos.

Los díscolos tendrán que asumir ahora las consecuencias. No habrá expulsiones, según Fernández pero todos se enfrentan a una sanción económica de 600 euros. Además, el partido abrirá a sus ocho diputados -los otros siete pertenecen al PSC, partido hermano pero distinto- un expediente disciplinario que concluirá en un castigo está pendiente de calibrar. Nadie duda de que serán despojados de las portavocías: un jugoso complemento a final de mes.

La herida salpica irremediablemente a Hernando, cuyas palabras no lograron su cometido: convencer y unir a los que hasta la caída de Sánchez, eran sus colaboradores más cercanos. A pocos convenció su alocución desde la tribuna de oradores. Defendió la abstención con el único argumento de evitar unas terceras elecciones.

Sí estuvo firme con Rajoy advirtiéndole de que el PSOE intentará unir a la mayoría de izquierdas para sacar adelante sus leyes. «Despierte y abandone toda esperanza» le avisó sobre un posible PSOE compañero de legislatura. Pero menos aún convenció su lenta reacción a los insultos de ERC. «Ha tocado techo», fue la mejor frase que le dedicaron los díscolos.

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