Cartel colocado el martes en Alsasua para protestar por las detenciones de varios de los jóvenes por las agresiones a los dos agentes de la Guardia Civil
Cartel colocado el martes en Alsasua para protestar por las detenciones de varios de los jóvenes por las agresiones a los dos agentes de la Guardia Civil - EFE

Prisión para el séptimo acusado de la agresión a los guardias civiles en Alsasua

La juez señala que los agentes y sus parejas le han identificado como una de las personas «más activas» en la paliza

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Carmen Lamela, juez de la Audiencia Nacional, ha ordenado el ingreso en pisión incondicional y sin fianza para otro de los acusados por agredir a un teniente y un sargento de la Guardia Civil en un bar de Alsasua, con lo que ya son siete los imputados encarcelados por los hechos, según han informado fuentes de las defensas.

Se trata de Adur Ramírez, que no fue detenido este lunes y se presentó de forma voluntaria en la Audiencia Nacional para prestar declaración. La magistrada considera que, a pesar de ello, existe riesgo de fuga y destaca que los agredidos le han identificado en la rueda de reconocimiento practicada.

«Ha sido identificado como una de las personas más activas que golpeó a los cuatro con puñetazos y patadas», dice la juez que agrega que uno de los agentes ha precisado que los golpes se produjeron en la puerta del bar.

Las acompañantes también han apuntado que él fue uno de los que pegaron al teniente en la cabeza cuando estaba en el suelo y al sargento y a una de ellas por detrás.

Durante su declaración, Ramírez ha desmentido las acusaciones y ha asegurado que se fue a su casa a las dos de la madrugada y no se encontraba en el bar en el momento en que comenzó el enfrentamiento.

Otro de los implicados en el ataque, Aritz Urdangarin, ha quedado libre con la obligación de comparecer dos veces a la semana en los Juzgados. Lamela ya envió a prisión este lunes a otras seis personas a las que imputa un delito de lesiones de carácter terrorista. Dos mujeres quedaron en libertad con medidas.

Ambos comparecieron en las dependencias judiciales a las 11 de la mañana, acompañados de una cuarentena de vecinos de la localidad, familiares y allegados, que han permanecido durante toda la jornada en las inmediaciones de la Audiencia Nacional y acogido con abrazos y aplausos la salida del imputado en libertad.

La magistrada ha interrogado, además, a los dos agentes y sus parejas en calidad de testigos. Los agredidos también han participado en varias ruedas de reconocimiento para tratar de identificar a las personas que les golpearon durante la paliza que tuvo lugar en un bar de la localidad. Según han informado fuentes jurídicas, han señalado a todos los acusados como participantes en el ataque.

Enmarca la paliza en las rutinas de «hostigamiento» a los agentes del Instituto Armado que impone el colectivo Ospa Mugimendua, al que pertenecen algunos de los detenidos, y que opera en el municipio navarro. Insiste en los mismo argumentos reflejados en su auto del lunes y especifica que para lograr sus objetivos se valen de actitudes «provocadoras, manifestaciones, concentraciones, pintadas, pancartas y carteles, vídeos y el uso de redes» sociales.

Añade la juez que «actualmente cuentan con el apoyo de Bildu, Sortu y Ernai». De hecho, concreta que en la localidad de Alsasua a este movimiento se le conoce como Ospa Mugimendua y tuvo su origen en marzo de 2011, cuando se creó la denominada «Comisión Antirrepresiva de Alsasua» que ha venido desarollando diferentes actividades. Cuatro de los arrestados, entre ellos Adur Ramírez, se encuentran entre sus principales promotores.

El colectivo busca, según la juez, influir en la vida de los miembros de la Guardia Civil para que se sientan objetivo de grupúsculos violentos y tengan dificultades para realizar sus actividades diarias, tales como realizar sus compras, disfrutar del tiempo libre con sus parejas o apuntar a sus hijos a actividades, instando a otros ciudadanos a evitar ningún vínculo afectivo con ellos. Quien incumple estos preceptos es tildado de afín al Instituto Armado y puede también convertirse en objetivo.

Según el relato realizado por la titular del Juzgado Central de Instrucción número 3, el teniente y el sargento de la Guardia Civil se encontraban, de paisano y fuera de servicio, realizando unas consumiciones en el bar Koxka de Alsasua cuando, alrededor de las tres y cuarto de la madrugada n entró en el bar acompañado de una menor y se dirigió al segundo para decirle que no tenía derecho a estar allí.

En este momento intervino el teniente, diciéndole que les dejara en paz, pese a lo cual Unamuno insistió en su actitud. Entre tanto se fueron acercando entre veinte y veinticinco personas que les rodearon y comenzaron a amenazarles e insultarles con expresiones como «esto os pasa por venir aquí», «tenéis lo que os merecéis», «iros de aquí», «hijos de puta», «cabrones fuera de aquí», «perros», «putos pikoletos», «txakurras», «alde hemendik (fuera de aquí)» «utzi pakean (dejadnos en paz)», para a continuación «comenzar a golpearles».

Los agentes y sus parejas intentaron entonces abandonar el bar y ya en la calle se encontraron con otro grupo de entre quince y veinte personas que junto con los anteriores continuaron insultándoles y golpeándoles hasta que llegaron los agentes de la policía foral. A éstos, los agresores les decían que por qué no se detenía también al sargento.

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