La Princesa de Asturias y la Infanta Sofía saludan al público ante el Congreso de los Diputados
La Princesa de Asturias y la Infanta Sofía saludan al público ante el Congreso de los Diputados - EFE

La Princesa, tras los pasos del Rey

Leonor y Sofía debutaron ayer, sonrientes y divertidas, en su primera Apertura de Legislatura

MADRID Actualizado: Guardar
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No era la primera vez que la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía acudían a un acto en el Parlamento -ya lo hicieron el día de la proclamación del Rey-, pero sí su debut en la Apertura Solemne de una Legislatura. El azar ha hecho que Leonor acudiera a su primera ceremonia de estas características con la misma edad, once años, que tenía su padre cuando también asistió como Heredero de la Corona a la apertura de la I Legislatura, en tiempos de Adolfo Suárez.

Probablemente, ayer fue la primera vez que las hijas de los Reyes faltaron a clase para acudir a un acto oficial, ya que las pocas ceremonias institucionales a las que asisten cada año suelen celebrarse en días de fiesta.

Alegres y divertidas, las dos niñas siguieron atentamente durante toda la ceremonia (honores militares, revista, himno, discursos, besamanos y desfile militar) las indicaciones de los Reyes, sobre todo de Doña Letizia, que estuvo muy pendiente de sus hijas. Sólo en una ocasión la Princesa de Asturias se distrajo unos segundos, contemplando algún detalle de la pared del vestíbulo principal, justo cuando los Reyes y su hermana Sofía abandonaban esta sala, por lo que tuvo que salir corriendo para incorporarse al grupo y llegar al Hemiciclo.

Las dos hermanas escucharon el himno nacional en posición de firmes, permanecieron sentadas con la espalda recta pero sin apoyarla en el respaldo durante los discursos de Don Felipe y Ana Pastor, aplaudieron al Rey durante los dos minutos y medio que duró la ovación y se mostraron sonrientes y amables con las más de 600 personas -entre diputados, senadores e invitados- que pasaron a saludarlas, entre ellas, el Nuncio Apostólico, a quien su madre les advirtió sobre la marcha que debían hacer el ademán de besarle la mano, como hacen en la Catedral de Mallorca.

Las niñas lucieron unos vestidos informales de corte muy parecido -la Princesa en color rojo vino y la Infanta en gris perla-, con los zapatos a juego, e iban peinadas con las ya habituales trenzas en espiga, mientras que Doña Letizia, que se mostró muy seria, escogió un vestido entallado de color verde -a juego con los zapatos y el bolso- que ya había estrenado hace un par de años.