Presión total sobre Puigdemont antes de responder a Rajoy

Mas vuelve a rebajar expectativas y recuerda que ni la CUP ni la ANC gobiernan

Àlex Gubern

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De nuevo toda la presión sobre el presidente Carles Puigdemont. Al igual que sucedió en los días y horas previas a su comparecencia en el Parlament del pasado martes -cuando declaró la independencia y, a los pocos segundos, la dio por suspendida-, la presión sobre el presidente catalán está siendo total.

A un lado, la CUP, ERC, y las asociaciones soberanistas -Asamblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural- que le exigen levantar la suspensión y avanzar decididamente por el camino de la unilateralidad. En el otro, una parte importante de su partido -el PDECat- y de manera notable el expresidente Artur Mas , que reclaman a Puigdemont que no dé ningún paso que precipite la aplicación del artículo 155. Como en las horas previas a la sesión del pleno del martes, momento trascendental.

La decisión sobre qué hacer ante el requerimiento del Gobierno -contestar o no, y si se decide que sí, qué decir- la tomará Puigdemont y su núcleo más directo de colaboradores este fin de semana. Antes de ello, el presidente catalán convocó ayer a una ronda de reuniones en el Palau de la Generalitat a los consejeros de su gobierno -en su casi total mayoría partidarios de no levantar la suspensión de la declaración-, así como a los dirigentes de los partidos y las asociaciones independentistas, cada uno de ellos con su posición particular.

Fuentes políticas consultadas por ABC señalan que, de nuevo, la decisión vuelve a estar en manos de Puigdemont, pero que en esencia la situación no ha cambiado desde esta semana. Es decir, «los mismos motivos que llevaron a que el presidente no se echase al monte el martes, como la presión de la UE y de las empresas, y el miedo al 155 y a que se produzca un enfrentamiento civil, siguen estando presentes», apuntan las citadas fuentes.

De manera significativa, quien de manera más rotunda se está posicionando en contra de la estrategia más radical está siendo el expresidente Artur Mas , quien si en los días previos a la sesión del martes ya explicó que no veía a Cataluña lista para la independencia, ayer en TV3 remachó que la falta de reconocimiento internacional aconseja no precipitar nada.

Del mismo modo, y respecto a las presiones que Puigdemont está recibiendo de los partidos y entidades secesionistas, Mas señaló que «ni la ANC ni la CUP gobiernan». En la misma dirección, Mas apuntó que «si nos pensamos que la independencia de Cataluña es simplemente la manera de proclamar una república, es que no conocemos la realidad». Del mismo modo, y en contra de lo que le exigen las entidades soberanistas, Mas se mostró contrario a fijar un plazo para el diálogo antes de avanzar con la DUI.

Carta de la CUP

La postura de Mas, como también la de la exconsejera Irena Rigau, llevan al independentismo más hiperventilado a acusarlos prácticamente de traición a la causa. Las palabras de Mas, según el diputado de la CUP Quim Arrufat , son una «usurpación descarada del patrimonio colectivo del 1-O». Desde las redes sociales el bombardeo contra Mas fue importante.

La guerra interna en el seno del independentismo es total, y ayer mismo, después de que la dirección de la ANC se expresase en la misma dirección, la CUP remitió una carta al presidente Puigdemont en la que le exigieron «la proclamación de la república» porque consideran que es la única manera para conseguir que la intervención de actores internacionales se haga con Cataluña reconocida como sujeto político.

«Si pretenden seguir aplicando las previsiones del artículo 155 de la Constitución española que lo hagan con la república ya proclamada», apuntaba el texto.

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