Primera reunión de los equipos negociadores de PP y Ciudadanos
Primera reunión de los equipos negociadores de PP y Ciudadanos - Isabel Permuy

PP y Ciudadanos negocian con la vista puesta en acorralar a Sánchez

Anticipan «un montón de coincidencias» entre este acuerdo y el que firmó Rivera con Sánchez. Culpan al PSOE de frustrar «las expectativas de muchos españoles»

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Rafael Hernando y Juan Carlos Girauta fueron protagonistas durante la pasada legislatura de no pocos enfrentamientos dialécticos a cuenta de las estrategias de sus respectivos partidos. Intercambios que se recrudecieron tras el pacto entre el PSOE y Ciudadanos. Tienen ambos fama en el Congreso de los Diputados por ser portavoces que no tienen el tono templado entre sus virtudes, sino todo lo contrario. Pero ayer todo eso quedó aparcado. La ausencia de alternativa a Mariano Rajoy que Albert Rivera lleva semanas pregonando, se escenificó con los dos portavoces parlamentarios firmando las seis condiciones que Ciudadanos imponía para arrancar la negociación. «Este es el principio de un gran amor», le susurró Hernando a Girauta durante la escenificación de la rúbrica ante los medios gráficos.

Había interés en dejar patente la existencia de un nuevo clima de entendimiento entre ambos partidos, una vez que el portavoz popular repitió el mismo mensaje durante su comparecencia de prensa.

La firma de ayer, seguida por la primera toma de contacto de los equipos negociadores, no fue simplemente la apertura formal de las negociaciones. Se convirtió en un nuevo capítulo en las relaciones entre ambos partidos. Hasta hace poco las vías de comunicación estaban obstruidas, y apenas circulaba por ellas la labor del secretario general del grupo parlamentario de Ciudadanos, Miguel Gutiérrez, en sus tareas del día a día en las Cortes con su homólogo popular, José Antonio Bermúdez de Castro, y con el propio Hernando. Los dirigentes de Ciudadanos han reconocido en privado su sintonía con los representantes del PSOE, mientras que pocas palabras positivas se les escuchaban de los dirigentes populares, más allá de las que dirigían a Pablo Casado o Cristina Cifuentes.

Ampliar el pacto

Ayer el pasado quedó atras, y tanto Girauta como Hernando pusieron el acento en la necesidad de ampliar el pacto, y de hacerlo por la vía del PSOE. La estrategia para este objetivo es bien sencilla: destacar los múltiples puntos comunes que se esperan del documento resultante con los que Pedro Sánchez se presentó a la investidura en primavera tras su pacto por Rivera. Casi en el mismo momento en el que Pedro Sánchez insistía desde Ibiza en su negativa a apoyar la investidura y los presupuestos, Girauta buscaba la contradicción de los socialistas. «Muchos de los asuntos pueden ser compartidos, porque estaban en el acuerdo de gobierno fallido con el PSOE», y se preguntaba que «si los contenidos se parecen mucho por qué no iban a abstenerse o, al menos, un número de diputados suficientes». Girauta anticipó que el acuerdo tendrá «un montón de coincidencias» con el compromiso que la pasada legislatura hizo suyo Pedro Sánchez, y con el que acudió como candidato a la sesión de investidura.

El portavoz popular, por su parte, se centró menos en la sintonía programática con el PSOE que podría desprenderse del acuerdo, y apeló a la responsabilidad de Sánchez. «Ya no son tiempos para postureos y teatrillos. Cuando alguien insiste en vetos y bloqueos, no está diciendo un “no” al PP, sino a las expectativas de muchísimos españoles».

Frente a la negativa de Sánchez, el portavoz popular le recordó que los resultados del 26 de junio fueron «un sí al señor Rajoy», y le interpeló de un modo similar al que el líder socialista usase en una de las ocasiones en las que rechazó la conversación con Rajoy: «¿Qué parte de ese sí no ha entendido el señor Sánchez?».

Existe consenso entre ambos partidos en que esa debe ser la vía para lograr la investidura, y no solo eso, sino que la participación del PSOE es imprescindible para sacar adelante muchas de las reformas. Por la mañana, la líder del partido en Cataluña, Inés Arrimadas, aseguraba en una entrevista radiofónica que su partido podría aceptar la abstención de los nacionalistas siempre que esta fuera «a cambio de nada». En la dirección recuerdan que ellos ya propusieron «la abstención de todos los grupos, no solo del PSOE» para dejar gobernar a la lista más votada ante la falta de alternativas. Aunque insisten en que la legislatura y las reformas requieren sí o sí de la implicación de los socialistas. Pese a ello, desde la dirección de Ciudadanos no contemplan por el momento que Rivera vaya a tratar de interceder con Sánchez porque «ese papel le corresponde al candidato a la investidura».

Negociación abierta

El portavoz del PP anunció que, además de las condiciones planteadas por Ciudadanos, el documento incorporaba el compromiso de tramitar las seis iniciativas durante los primeros tres meses de la legislatura.

Hernando aseguró que el PP acude «con generosidad y mente abierta». En Ciudadanos advirtieron también su voluntad de que no es el momento de poner encima de la mesa posturas maximalistas. Incluso cuando se le preguntó a Girauta acerca de exigencias irrenunciables no quiso expresarse en esos términos. Dijo el portavoz que una vez aceptadas las condiciones para iniciar la negociación el tiempo es otro: «No usaremos el verbo exigir, nosotros vamos a proponer».

En la formación naranja cuentan con que la rapidez que demandan los plazos y el hecho de que se trate de un acuerdo de investidura y no de Gobierno o legislatura, impiden que el documento vaya a ser muy concreto. En la dirección creen que debe ser algo así como «una guía» de la actuación del Gobierno, que debe comprometerse a promover las medidas que se recojan en el documento. Girauta dejó claro que se trataría de un documento menos preciso que el diseñado hace meses con el PSOE. «El acuerdo que negociemos puede ser amplio, pero no tiene por qué tocar todos los ámbitos de la cosa pública», señaló.

Girauta planteó que «no haríamos un favor si fuéramos demasiado concretos en este momento procesal», y reconoció que el resultado puede ser «muy amplio pero no necesariamente exhaustivo» ya que se trata de una negociación de investidura y no de Gobierno. «Esto no es un pacto de gobierno, por lo tanto, no tiene por qué ser exhaustivo; puede ser muy amplio y tocar muchos ámbitos, pero no todos. Nos sentamos con la voluntad de llegar a muchos acuerdos en muy pocos días».

Toma de contacto

La firma del acuerdo fue definida por Hernando como «un paso decisivo». Aunque el portavoz popular quiso ampliar horizontes y plantear esta negociación como una primera parte de algo más. «Se trata de alcanzar un gran acuerdo de investidura que nosotros, en el futuro, desearíamos que se convirtiera en un pacto de gobierno», señaló el portavoz popular. En la dirección naranja aseguran que en privado y en el transcurso de la primera reunión esa posibilidad no la ha planteado el PP, y que ellos siguen manteniendo que no formarán parte del Gobierno mientras lo encabece Mariano Rajoy.

La primera reunión se celebró ayer por la tarde en el Congreso y apenas duró una hora. Se trataba de fijar la metodología a seguir para alcanzar un acuerdo que Girauta trasladó que debería estar listo en una semana. La idea inicial es que pueda cerrarse el próximo fin de semana. Fue Rafael Hernando quién explicó que los trabajos se dividirán en cuatro bloques temáticos: política económica, educación e I+D, asuntos sociales y fortalecimiento institucional. Será en los dos últimos bloques donde los consensos serán más complejos.

A la primera reunión el PP acudió con las 125 medidas que acepta del pacto que firmaron el PSOE y Ciudadanos. A partir de ahí los de Rivera harán su propuesta, que se enviará hoy al PP en forma de documento con más de 100 iniciativas, se trabajará con ella el fin de semana y el próximo lunes se celebrará una segunda reunión entre los equipos negociadores. La maquinaria empieza a funcionar.

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