El PP depurará su censo pero no borrará a los afiliados «morosos»

El Partido Popular pretende hacer un ejercicio de transparencia sobre el tamaño real de la familia popular y, una vez que concluyan los procesos de congresos provinciales, este verano, depurará su censo de afiliados, que según los datos oficiales superan los 860.000 inscritos. Sin embargo, muchos dentro y fuera del partido cuestionan una cifra que dobla la del «hermano» alemán, la todopoderosa CDU de Angela Merkel, que exhibe 435.300 inscritos y reconoce haber perdido 125.000 en diez años. Según la contabilidad de Génova, el PP pasó de ingresar 4,4 millones en concepto de cuotas en 2013 a los 3,2 millones en 2015. En ese mismo periodo el partido dijo crecer 22.000 militantes, lo que significa que, o se han ido del partido, o al menos no pagan el carné.

Por primera vez, la dirección nacional del PP meterá mano a las listas de afiliación que gestionan directamente los partidos regionales, según confirmó ayer el vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado. Se borrarán a los que hayan muerto y a quienes hayan declarado su interés en darse de baja. Una tarea pendiente, según reconocen en Génova, que «casi nadie» en el PP hacía para no perder cuota de poder en el reparto de compromisarios en los congresos, que se establece en función del peso de la militancia. Sin embargo, no se eliminarán a los «morosos», los que no pagan las cuotas, porque el PPentiende que si no notifican su baja por carta es porque quieren seguir siendo afiliados. «Lo normal es que vuelvan a pagar para participar en la vida del partido. Y si no lo hacen, tampoco pasa nada», dicen.

A partir del verano, Génova centralizará y revisará las altas y bajas, obligando a las provincias a actualizar cada seis meses los datos de afiliación. En Asturias, por ejemplo, Mercedes Fernández ha contratado a gente para que ponga al día los datos, cotejándolos incluso con el Registro Civil, para comprobar posibles defunciones. De hecho, el PP asturiano repitió congresos locales porque se denunció que había inscritos que habían fallecido.

Los populares también quieren acabar con la diferencia de cuotas en función de las provincias, que ahora cobran desde los 12 euros anuales las más baratas, a los 100 euros que se pagan, por ejemplo, en Madrid. Se fijará una cuota homogénea, estableciendo una horquilla mínima para evitar «distorsiones» en la que es la principal fuente de financiación de los partidos locales. La celebración de los congresos supone un refuerzo para sus arcas, ya que aquel que desea inscribirse y participar en los cónclaves, o en la elección de los líderes, debe ponerse al corriente de pago. Los cálculos de la dirección es que un 10% de las bases se pone al día con los congresos.

En algunos lugares como en Castilla y León, se ha obligado a pagar todas las cuotas desde el último congreso regional, hace cinco años; en otras, lo adeudado es sólo lo del último año.

Pero el PP no eliminará a los que no estén al corriente de pago ni preguntará a cada uno de los afiliados que no pagan si están conformes en seguir inscritos como tales. «No nos vamos a pegar un tiro en el pie», señalan desde la cúpula del partido, donde defienden que la depuración tras el verano no traerá «grandes cambios». «Tal vez bajen unos pocos miles de afiliados. Pero no esperéis grandes titulares», asegura un dirigente involucrado en la operación. Génova rechaza la teoría de Cristina Cifuentes de que la baja participación del PP de Madrid (apenas un 10%) en el proceso de primarias indica que el censo está inflado. «Lo que ocurre es que la mayoría, simplemente, no quiere participar».

Según los datos oficiales facilitados por Génova, actualizados a octubre de 2016, el PP tiene 860.818 afiliados. Son cuatro veces más que el PSOE, que suma unos 180.000 militantes. En Podemos hay 455.932 inscritos para su congreso de Vistalegre II, aunque no pagan cuota. Ciudadanos exhibe cerca de 31.000, aunque reconoce que al corriente de pago están unos 23.000.