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El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, entra este martes al Hemicilo del Congreso - Ángel de Antonio

Iglesias reta a los periodistas a acudir a los tribunales y enseñar las pruebas del acoso

La portavoz del grupo en el Congreso, Irene Montero, asegura que los hechos «no han sucedido»

El portavoz parlamentario popular, Rafael Hernando, acusa a la formación morada de usar tácticas de regímenes dictatoriales

Madrid Actualizado: Guardar
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La disputa entre Podemos y la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) a cuenta de las presuntas presiones lanzadas desde la formación morada a algunos informadores va camino de convertirse en una guerra abierta. El secretario general de la formación, Pablo Iglesias, ha subrayado que las amenazas denunciadas no son verdad y ha retado a la presidenta del colectivo, Victoria Prego, y a los propios informadores a presentar sus pruebas y acudir a los tribunales.

«Quien hable de amenazas está hablando de delitos y tendría que poner esa información en manos de un tribunal. Que se amenace a alguien es un hecho gravísimo y, por tanto, los jueces tendrán que intervenir». En esta línea, el líder de Podemos ha advertido también de que si el caso no llega a la Justicia «estaríamos ante una situación muy extraña en que alguien hace acusaciones gravísimas sin pruebas. En una democracia y un Estado de Derecho se presentan pruebas».

Previamente, la portavoz parlamentaria del partido, Irene Montero, había ofrecido una rueda de prensa en la que había retado a la publicación de esas evidencias. «No se aportan pruebas y por tanto entiendo que la Asociación de Prensa o los periodistas estarán dispuestos a explicar qué es lo que ha ocurrido», retó.

La activista llegó esta mañana a la sala de ruedas de prensa del Congreso de los Diputados aparentemente tranquila y dijo incluso sentirse «contenta» con la apertura del debate. Comenzó entonces a despejar las primeras preguntas de los periodistas con el ensayado discurso ya utilizado ayer sobre las presiones que, según un estudio de la APM, reciben el 75 por ciento de los informadores por parte de sus superiores, y el injusto trato que supuestamene recibe Podemos de la prensa.

Pero la insistencia de la prensa pidiéndole que concretara su propia posición y la de su partido ante los hechos denunciados le llevó a perder el hilo que traía diseñado. Al darse cuenta de que su estrategia no funcionaba optó por improvisar y negar las acusaciones de manera tajante intentando cerrar definitivamente un debate que cada día resulta más espinoso para Podemos.

«Por supuesto, que no me parecería bien, por supuesto que no es verdad. Incluso hay compañeros suyos que a lo largo del día de ayer se llevaban las manos a la cabeza con lo que había ocurrido. Por supuesto que de ocurrir me parecía fatal, por supuesto que creo y sé que no ha ocurrido», afirmó ya menos tranquila.

Pero lejos de poner fin a los interrogantes, esta declaración no hizo más que despertar nuevas preguntas y la exposición de Montero e convirtió entonces en un mar de contradicciones. Así, al mismo tiempo que afirmaba que las acusaciones de los periodistas no responden a la verdad, admitía que «no sé cuál es el detalle de la situación».

Y aunque aseguraba condenar esas presiones, reconocía que Podemos no se ha preocupado por realizar ningún movimiento interno para comprobar si hay verdad tras las acusaciones. También confesó que su formación no ha solicitado reunión o información adicional a la APM para intentar llegar al fondo de la cuestión, a pesar de que consideró «muy graves» las acusaciones. Según Montero la formación morada no piensa dar paso alguno sino que se mantiene a la espera de que sea la asociación de periodistas la que entable contacto con ellos.

Los periodistas le preguntaron también si estaba acusando a la APM o a los informadores de lanzar acusaciones falsas y Montero se replegó de nuevo al darse cuenta de la gravedad de sus palabras. «Creo que no nos sentimos reconocidos (...) creo que eso no ha ocurrido», bajaba ahora el tono. , antes de volver a su ensayado discurso contra los dueños de los medios de comunicación.

«Esa máquina de fango no ha rectificado cuando las acusaciones contra Podemos han sido archivadas o ganadas. Creo que el foco está más puesto sobre nosotros que sobre otra formación», acusó. La expresión de Montero al abandonar la sala de prensa no dejaba ver ese «estoy contenta» con que llegaba a la misma.

Las declaraciones de Montero en el Congreso llegan después de que la APM exigiera ayer lunes a Podemos que cesara la campaña de «acoso personal y en redes» a periodistas, «a los que amedrenta y amenaza» cuando discrepa con sus informaciones. En un comunicado, la APM explicó que un grupo de periodistas presentó una queja ante la organización profesional al sentirse acosados y presionados por la dirección de Podemos, encabezada por Pablo Iglesias, así como por personas próximas a ese círculo.

La denuncia de los periodistas ha recibido, en cambio, el apoyo sin fisuras de las grandes formaciones políticas levantando una gran polvareda en el Congreso de los Diputados. Tal es así, que el portavoz parlamentario popular, Rafael Hernando, ha tachado el presunto comportamiento de Podemos como «intolerable» y lo considerado «propio de regímenes dictatoriales» y de la «izquierda abertzale de los tiempos duros». «De aquéllos que practican este estilo a través de las redes sociales o los medios de comunicación, difamando o insultando a los periodistas con los que no están de acuerdo, lo que trasciende es un tic totalitario», ha abundado.

Tras recordar que España no es Cuba ni Venezuela, ha cerrado su intervención pidiendo a Podemos «que respeten a los medios de comunicación y que no pretendan llevar adelante esas teorías que se han llevado a la práctica en esos países y que respeten la libertad de información de los periodistas más allá de lo que puedan ser discrepancias puntuales».

Tampoco el portavoz parlamentario socialista, Antonio Hernando, aprueba la estrategia supuestamente utilizada por Podemos. Aunque ha evitado realizar comparaciones tan duras como las empleadas por el portavoz popular sí ha considerado que cuando cualquier responsable político es criticado «no es que se ponga en marcha la máquina del fango sino realizar un ejercicio de libertad de expresión y de información».

Ha pedido, en consecuencia, un mayor respeto para el ejercicio de ambos derechos. «Le diría a los líderes políticos que intimidan, que menos amenzazas y más respeto a los profesionales de la información», ha remachado.

A este respecto, el vicesecretario de Acción Sectorial del PP, Javier Maroto, ha afirmado hoy que «las formas» que utiliza Podemos con los periodistas son las mismas que tenía hace años la izquierda abertzale, y que así lo han relatado algunos periodistas que cubrían esta información en el País Vasco.

En una entrevista en RNE, Maroto ha querido remarcar «contundentemente» que la izquierda abertzale y Podemos «no son lo mismo en absoluto» ni tienen las mismas ideas y que lo que estaba relatando es que son los propios periodistas los que hablan de situaciones similares.

«Digo que los periodistas que cubrían a la izquierda abertzale recibían gestos con la cabeza de lo que sí y lo que no se podía preguntar, recibían amenazas, no existía Twitter pero sí otras fórmulas, sobre lo que se podía y no se podía escribir y hasta les retiraban la grabadora cuando no gustaba la pregunta», ha detallado.

Lo que ahora se denuncia sobre Podemos, ha añadido, es lo que seguramente no se atrevieron a denunciar con la izquierda abertzale, «porque se trataba de la izquierda abertzale y aquello tenía consecuencias muy graves, a veces definitivas».

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