Rajoy, Iglesias, Sánchez y Rivera en una ilustración de Nieto
Rajoy, Iglesias, Sánchez y Rivera en una ilustración de Nieto

Los políticos jóvenes mejoran el nivel de idiomas pero están lejos del bilingüismo

Mariano Rajoy recibe clases de inglés semanales desde que llegó a la Presidencia del Gobierno

Madrid Actualizado: Guardar
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Cuando el principal problema es que no se entienden ni en castellano, su manejo de las lenguas foráneas puede resultar secundario. De los seis presidentes de Gobierno que acumula ya la Democracia española tan solo uno de ellos, Leopoldo Calvo Sotelo, dominaba el inglés con absoluta solvencia. Una realidad que habla mal del sistema educativo español y que ha dado a pie a comparaciones descorazonadoras con nuestros vecinos europeos. Cuando las cumbres europeas se han hecho más habituales, más se le han visto las costuras a Mariano Rajoy o José Luis Rodríguez Zapatero, dando pie a lastimosas imágenes de soledad en alguna de esas reuniones. Tampoco dominaba el inglés José María Aznar, aunque al final de su mandato se lanzó a practicarlo con tan buena soltura como peculiar acento.

Hoy, algunas de sus conferencias por todo el mundo las pronuncia en esta lengua.

El actual presidente del Gobierno en funciones ha aumentado su dominio del inglés desde que accedió al cargo a finales de 2011. «No soy Shakespeare, pero vamos», aseguró en un programa de televisión en el que afirmó que ya hablaba con Obama en su lengua materna. No obstante, se le ha visto pasar apuros para desenvolverse. Sus reuniones internacionales dan cuenta de su evolución, desde aquella cita en enero de 2012 con la primera ministra danesa, Helle Thoring-Schmindt, en la que apenas acertó a articular palabra.

A finales de ese año ya se lanzaba con algunas frases hechas, que dieron lugar al tan comentado «It’s very difficult todo esto» que le planteó al primer ministro británico, David Cameron. El jefe del Ejecutivo ha programado tres horas de inglés a la semana, siempre que sea posible para mejorar su nivel.

Sánchez, Rivera e Iglesias

La nueva generación de políticos ha traído consigo una mejora importante del nivel de inglés. Aunque ninguno de los tres adversarios de Rajoy puede decir que lo domina con nivel bilingüe. Pedro Sánchez (44 años), Pablo Iglesias (37 años) y Albert Rivera (36 años) forman parte de una generación en la que este idioma ya se enseñaba en la escuela, no como en la anterior generación en la que primaba el francés, pero cuya enseñanza no era intensiva y apenas se trataba como una asignatura más y no empezaba a trabajarse en las primeras etapas educativas. Es por tanto una generación en la que el factor definitorio es haber podido pasar alguna estancia en el extranjero, por motivos laborales o académicos.

De los tres, el que ha demostrado mayor fluidez hasta ahora ha sido Pedro Sánchez, que además se maneja bien en francés. Pocos momentos reflejan mejor esa brecha generacional como la que se produjo en una cumbre líderes socialistas europeos celebrada en Madrid en febrero de 2015, en la que Sánchez se dirigía a sus colegas europeos leyendo un discurso en inglés mientras Felipe González aparece a su lado con los cascos de traducción simultánea. En ese discurso se comprobó un nivel de inglés más que correcto, con la necesidad, eso sí, de leer el texto y no tener capacidad de improvisar y un esfuerzo por mantener una pronunciación adecuada.

Pablo Iglesias no se ha escondido nunca a la hora de hablar inglés, un reflejo de su carácter, pese a que en las ocasiones en las que lo ha hecho ha dejado de manifiesto un nivel gramatical básico y un marcado acento español. El líder de Podemos, además, se desenvuelve en francés e italiano.

También dice mucho del carácter de Albert Rivera que no se prodigue especialmente en inglés. Tímido como es, el líder de Ciudadanos tiene en la facilidad de improvisar discursos uno de sus puntos fuertes. Su dominio del inglés -tiene una certificación Advanced-, no le alcanza no obstante para desenvolverse con la misma soltura que en castellano o catalán. Por eso no lo utiliza si no es imprescindible. No obstante es capaz de manejarse con solvencia y con un acento no excesivamente marcado. Pocos días antes de las elecciones participó en una reunión del partido liberaldemócrata en la que al término de la misma compareció en inglés ante los medios de comunicación. Rivera estudió un año de Erasmus en Finlandia y también realizó un curso de marketing político en Washington.

Entre los políticos españoles que han destacado en el lado positivo de manejo de isiomas están Esperanza Aguirre, Luis de Guindos o Artur Mas, que siempre ha utilizado su buen manejo del inglés y del francés para sus anhelos de internacionalizar el proceso catalán.

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