Protesta de Unidos Podemos ayer en el Congreso
Protesta de Unidos Podemos ayer en el Congreso - EFE

Podemos traslada al Congreso su estrategia de agitación

Retorna en la tribuna a su estilo más agresivo y a la protesta como argumento político

Madrid Actualizado: Guardar
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Podemos debate estos días si debe acentuar su actividad en las instituciones o si debe centrarse en recuperar el pulso de la calle de la mano de los movimientos sociales. El sector afín a Íñigo Errejón incide más en el lado institucional, mientras que Pablo Iglesias resta importancia a lo que realmente puede conseguirse desde la oposición parlamentaria. Ambas almas se esfuerzan por destacar que las dos estrategias no son excluyentes. Ayer quedó claro que Podemos implementará esta legislatura un tono agresivo y que pretende trasladar al parlamento las formas de las protestas en la calle.

En la jornada de ayer Podemos exhibió en el hemiciclo y desde diversas facetas un estilo de oposición que no pretende otra cosa más que erigirse como única alternativa frente a su intención de dibujar como un eje uniforme la suma de PP, PSOE y Ciudadanos, que ayer en el Congreso impuso su criterio, negociado previamente, frente a los diputados de Unidos Podemos, cercanos en todas las votaciones a las fuerzas regionalistas e independentistas.

Apenas arrancaba el pleno la presidenta del Congreso, Ana Pastor, se veía obligada a interrumpir la sesión para llamar al orden a Pablo Iglesias tras una acción de una decena de diputados de Podemos-En Comú Podem-En Marea en la que el líder de la formación encabezó una protesta por la situación de los CIE (centros de internamiento de extranjeros). Los diputados interrumpieron el pleno exhibiendo ejemplares de la Declaración Universal de Derechos Humanos que quisieron dejar en los escaños del Gobierno. Sólo se encontraba en el hemiciclo el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro.

Pastor solicitó a los diputados que guardasen los símbolos porque estaban incumpliendo el reglamento de la Cámara. «No dejemos nunca que una foto valga más que la palabra», señaló la presidenta del Congreso, que en ese momento recordó que todos los diputados están «obligados» a cumplir el reglamento.

Ante las palabras de Pastor, los diputados de PP y Ciudadanos se levantaron a aplaudir. En ese momento Iglesias se puso de pie desde su escaño animando irónicamente a los diputados socialistas a sumarse al aplauso. El líder de Podemos intentó además tomar la palabra. «No tiene usted la palabra», le espetó Pastor, que llegó a llamarle al orden en una ocasión. El reglamento contempla que a la tercera llamada al orden haya que abandonar el hemiciclo.

«Salud democrática»

La protesta de Podemos estuvo aderezada por el recorrido del boicot sufrido por el expresidente del Gobierno, Felipe González, en la Universidad Autónoma el miércoles tras el que la actual gestora socialista ve la mano del propio Iglesias. El secretario general de la formación morada no solo no hizo nada para disipar esas dudas, sino que las alentó realizando unas incendiarias declaraciones a la prensa antes de entrar en el hemiciclo. El líder de Podemos valoró como «un signo de salud democrática que los estudiantes tengan la suficiente memoria para decir no es bonito que en un centro universitario intervenga quien saca pecho con el terrorismo de Estado. Creo que eso está bien».

Iglesias aseguró que él hubiera preferido que los estudiantes «entraran al acto y discutieran tranquilamente con Felipe González», pero en última instancia planteó que «en democracia no se puede tener la piel tan fina».

Iglesias no se quedó ahí y criticó duramente a los partidos y a los medios de comunicación que han criticado la tibieza de Podemos en el boicot del miércoles y que se haya señalado a su partido, tanto por no condenar el ataque a la libertad de expresión como por el pasado de muchos dirigentes de Podemos en actos de este tipo. Y lo hizo despreciando que «algunos medios de comunicación hayan salido con la basura con la que han salido».

No contento aún, y ya en el pleno, Iglesias no fue capaz de morderse la lengua tras escuchar al portavoz socialista, Pedro Saura, arropar al expresidente del Gobierno desde la tribuna de oradores en nombre de todo su partido. « En un lugar tan importante para la libertad de expresión como es la Universidad, nuestra total repulsa por esa actitud», dijo el político murciano.

Iglesias le replicó como si de un ataque personal se tratara y arrancó su intervención en el debate para la reforma electoral trayendo a colación que en 1999 cuando el expresidente del Gobierno popular, José María Aznar, sufrió un escrache González dijo que «a él también le habían abucheado y que no hay que quejarse».

También se refirió a las palabras del exministro de Justicia popular, Alberto Ruiz Gallardón, cuando años después el expresidente del Gobierno socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, fue abucheado. «Dijo que va en el sueldo». Sin embargo, durante una pausa en su intervención, Iglesias no se tomó bien los exabruptos que le lanzó algún miembro de la bancada popular nombrándole Venezuela. «Antes también me han dicho ustedes vete a Cuba. Como escracheadores ustedes no tienen precio». A diferencia de las consignas que se lanzan en la calle, y como todo aquello que se dice en el hemiciclo durante el turno de intervención, estas palabras constarán en el acta del Congreso para la posteridad.

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