Pedro Sánchez, ex secretario general del PSOE
Pedro Sánchez, ex secretario general del PSOE - EFE

Pedro Sánchez: «¿Por qué dimite Esperanza Aguirre y no Mariano Rajoy?»

El ex secretario general cree que «el PSOE de la abstención tiene difícil pedir la dimisión de Rajoy», que él reclama

Traslada la responsabilidad y la posibilidad de una moción de censura a que Ciudadanos deje de apoyar al PP

Madrid Actualizado: Guardar
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Los últimos casos de corrupción que azotan al PP se ha convertido en el mejor argumento de la campaña para Pedro Sánchez en las primarias socialistas. En una entrevista este juves en la Cadena Ser, el ex secretario general, ha reclamado la dimisión de Mariano Rajoy. Y ha cuestionado la capacidad del actual PSOE y el que encarnaría después Susana Díaz para derrocar al PP: «el PSOE de la abstención tiene difícil pedir la dimisión de Mariano Rajoy».

El paso de Sánchez significa un salto cualitativo, ya que cualquier otro paso que de la gestora se quedará corto en comparación con la solicitud de dimisión. «¿Por qué dimite Esperanza Aguirre y no dimite Mariano Rajoy?», se ha preguntado Sánchez.

«La abstención ha dejado al PSOE en tierra de nadie», ha dicho Sánchez, que tiene como consecuencia «una falta de contundencia en la crítica a la corrupción».

El candidato, a menos de una semana para que termine la recogida de avales, ha dicho conocer «perfectamente» lo que necesita el PSOE para volver a ser primera fuerza política. Y ha radiografiado la situación actual de los socialistas como «una crisis de identidad», ya que el partido, a su juicio, «ha dejado de ser fuerza de cambio» a la que la gente joven ha dado la espalda.

Sánchez ha señalado que tanto Patxi López como Susana Díaz «no han entendido el cambio político que vive nuestro país». Y ha defendido que en el PSOE «tenemos que evolucionar, tenemos que transformarnos».

Ha definido su proyecto como «el que menos interesa tanto a Podemos como al PP», y que mientras su dimisión el 1 de octubre «se abrió la vía al sorpasso» mientras que con él al frente, pese a sus precedentes electorales, «estaremos en condiciones en poco tiempo de volver a ser la primera fuerza política».

Sin embargo Sánchez se ha querido distanciar por el momento de la posibilidad de una moción de censura. Ha recordado que «la moción debe ser constructiva», es decir, que el resultado de la misma es un nuevo presidente y un nuevo Gobierno. Y que en estos momentos «no existe mayoría alternativa», y que es algo que «debe contestar Albert Rivera». Obvia, eso sí, que la moción podría prosperar incluso con la oposición de Ciudadanos mientras la apoyasen Podemos y los partidos nacionalistas.

Para despojarse de las críticas internas que lo acusan de podemizarse, Sánchez ha hecho un discurso duro con la estrategia de Podemos: «Iglesias se está equivocando en su estrategia de oposición tras Vistalegre II». Así, ha criticado por ejemplo la campaña del tramabús como algo «banal» y como «un error» muy grave: «Lo que hay que hacer es pasar de la protesta a la propuesta».

Pero el flanco más débil de su discurso ha salido a la luz al ser preguntado por cómo su liderazgo podría garantizar la unidad interna del partido si él tiene ahora en contra a todos los presidentes autonómicos del partido. Primero Sánchez ha dicho que defiende «el mismo proyecto que ellos en sus CC.AA.», en referencia que apoyan gracias a Podemos (la mayoría) o a Ciudadanos (Susana Díaz) y a que no dejaron gobernar al PP. De volver a ser secretario general ha dicho que «exigiré lealtad», la misma que, asegura, «asumiré yo mismo si no gano». Pero en último término ha dejado un recado a los barones que se le oponen (ahora todos): «Tendrán que pensar si representan el sentir de los afiliados».

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