Pedro Izquierdo: la puerta giratoria del juez de los ERE

Redactará la sentencia de Chaves y Griñán, con los que fue alto cargo en Andalucía seis años

Sevilla Actualizado: Guardar
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El caso ERE «no es un asunto más», como confesó Pedro Izquierdo Martín a los periodistas a los pocos minutos de enterarse de que la bolita de la suerte había caído de su lado. La Sección Primera que él preside acababa de resultar agraciada, en un sorteo público, con el Gordo de los procesos judiciales pendientes: el juicio que va a sentar en el banquillo de los acusados a dos ex presidentes de la Junta de Andalucía. Pero tampoco él, aunque se niega a reconocerlo, es uno más en el universo de los magistrados (35 en total) que integran las ocho secciones de la Audiencia Provincial de Sevilla.

Hasta hace apenas dos años y medio, el ponente del tribunal que va a juzgar a Manuel Chaves y José Antonio Griñán por las ayudas fraudulentas de los ERE ocupaba la Secretaría General para la Justicia de la Comunidad, un cargo con rango de viceconsejero, encuadrado en el tercer escalafón del Gobierno autonómico andaluz.

En los más de seis años que ha estado desempeñando este alto cargo (2008/2014), Izquierdo ha permanecido bajo las órdenes de cinco consejeros que reunían las competencias descentralizadas de Justicia en una comunidad similar en tamaño y población a Portugal (Evangelina Naranjo, Begoña Álvarez, Luis Pizarro y Francisco Menacho y Emilio de Llera), habiendo sobrevivido a cuatro de ellos. Un récord para los exigentes modos de la nueva política.

Este magistrado salmantino ha visto desfilar desde su despacho oficial a tres inquilinos distintos por el Palacio de San Telmo (sede de la Presidencia): Manuel Chaves, José Antonio Griñán y la actual mandataria, Susana Díaz. Fue la lideresa socialista y su consejero Emilio de Llera, fiscal en excedencia, quienes, el día 22 de julio del año 2014, firmaron el decreto que consumó su cese «agradeciéndole los servicios prestados», como dicta el protocolo.

El juez nacido hace 58 años en La Cabeza de Béjar (Salamanca) duró dos años como subordinado del actual consejero de Justicia e Interior, quien como él dio el salto de la sala judicial al despacho oficial. Emilio de Llera es «amigo desde chiquitito» del psiquiatra forense Julio Antonio Guija -según reconoció él mismo- y de su esposa, la juez instructora del caso ERE, María Núñez Bolaños. En los círculos políticos y judiciales señalan al consejero como el inductor en la sombra de una operación que situó a Núñez al frente del juzgado de Mercedes Alaya tras la marcha de ésta a la Audiencia de Sevilla a mediados de 2015. Gracias a una extraña carambola, la juez de Familia, que acumulaba más trienios que los otros candidatos al puesto, cogió las riendas del juzgado que había sacudido los cimientos de la hegemonía socialista.

Funcionarios que estuvieron bajo el mando de Izquierdo corroboran que la convivencia nunca fue fácil con su superior jerárquico. El campechano y lenguaraz consejero pacense, dotado de un punto de audaz astucia que habría servido de inspiración al mismísimo Maquiavelo, no tardaría en chocar con el magistrado en excedencia.

Pedro Izquierdo, de natural metódico, disciplinado, cuadriculado, poco propenso a la chanza y trabajador hasta la obsesión , no encontró su sitio en el equipo de Llera.«Eran como el agua y el aceite», constata un empleado de la Consejería de Justicia que trataba a diario con el hombre que presidirá la sala que va a enjuiciar a 26 ex altos cargos de la Administración acusados de prevaricación, asociación ilícita y/o malversación de caudales públicos.

Entre los abogados de la defensa la elección de Izquierdo, que no está adscrito a ninguna asociación de jueces, ha sido recibida con alivio. «Es muy estudioso y equilibrado en sus sentencias», señala un letrado. Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid en 1983, su primer destino fue un juzgado de Barbate (Cádiz). Después, se fogueó como juez de instrucción en Sanlúcar de Barrameda y Madrid. Su periplo acabó al frente del juzgado de lo Penal 3 de la capital, donde dictó una sentencia contra un hombre que fue carne de titular al calificar de «escandaloso» el número de pensiones impagadas tras el divorcio.

Su salida del Gobierno va asociada a un hecho luctuoso: la muerte repentina de Joaquín Sánchez Ugena, el presidente de la Sección Primera de la Audiencia de Sevilla, en mayo de 2014. El exsecretario general para la Justicia vio la ocasión idónea para abrir la puerta giratoria y emprender el trayecto de vuelta. Dimitió alegando «motivos profesionales» y de forma automática, porque así lo permite la ley, se puso al frente de la Sección de lo Penal de Sevilla de la que ya había formado parte, como magistrado, durante diez años, antes de que la política llamara a su puerta.

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