Pedro Horrach dice adiós a la Fiscalía

El fiscal del caso Nóos considera que tras diez años en Anticorrupción y 24 como fiscal su ciclo ha acabado y ha llegado el momento de plantearse nuevos retos

Madrid Actualizado: Guardar
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El fiscal Anticorupción del caso Nóos, Pedro Horrach, ha decidido comenzar una nueva etapa de su vida profesional y abrir un despacho propio en Palma de Mallorca. Tras 24 años en el Ministerio Público, diez de ellos dedicados a combatir la corrupción en las islas, Horrach considera que su ciclo ha acabado y desea emprender nuevos proyectos.

Desde distintos sectores que desde hace ya años han intentado poner en cuestión la independencia de este fiscal se había comenzado a filtrar la idea de que Horrach iba a ser designado para un cargo de gran importancia dentro de la Fiscalía, como supuesto «pago» a los «servicios prestados» en el caso Nóos; o lo que es lo mismo, por su decisión de no haber querido acusar a la Infanta Cristina.

En los últimos tiempos había incluso personas que aseguraban saber, de «buena fuente» por supuesto, que sería el próximo fiscal general del Estado, una vez superada la etapa en la que se daba por seguro su traslado al tribunal de La Haya con unas condiciones económicas excelentes.

Desde hace meses

Nada más lejos de la realidad. Desde hace ya bastantes meses Pedro Horrach había trasladado a su jefe, Antonio Salinas, y a su entorno más próximo, que su idea era acabar el «caso Nóos» y luego abandonar la Fiscalía Anticorrupción, en la que se ha sentido plenamente respaldado y en la que ha vivido experiencias profesionales y personales que nunca va a olvidar.

La decisión de Horrach se produce tras haberse celebrado el juicio, la guinda de una labor que comenzó hace diez años y que ha terminado en gran medida con la corrupción en Baleares. Es más; después de su trabajo y el de sus compañeros en las islas, Juan Carrau, Miguel Ángel Subirán y Ana Lamas, hay un antes y un después en la vida política de esa comunidad.

A lo largo de la instrucción de Nóos, y durante el juicio, Horrach ha visto cómo era atacado con ferocidad desde distintos sectores en donde más le puede doler a cualquier representante del Ministerio Público: en su supuesta falta de independencia. Lo cierto es que todas sus decisiones las ha tomado por convencimiento personal tras un minucioso análisis jurídico, equivocado o no, del asunto: así actuó cuando decidió pedir la imputación de Iñaki Urdangarín en un momento crítico para la Monarquía, y también cuando defendió con vehemencia que no había una sola prueba para acusar a la Infanta, que no obstante sí era responsable a título lucrativo y que ha pagado por ello una muy importante cantidad de dinero.

Respaldo de sus jefes

Tanto en la decisión sobre Urdangarín como en la de la Infanta fue respaldado no solo por su jefe, Antonio Salinas, sino por los tres fiscales generales a los que ha afectado ese asunyo: Cándido Conde-Pumpido, elegido por el gobierno de Zapatero, y Eduardo Torres-Dulce y Consuelo Madrigal, nombrados por el ejecutivo de Rajoy.

Ahora habrá quien se pregunte por qué no espera a marcharse a la sentencia del caso Nóos, pero la verdad es que él no sería quien finalmente presentaría un hipotético recurso ante el Supremo, tarea que tiene encomendada la Fiscalía del alto Tribunal. Además, su compañera Ana Lamas tiene también un conocimiento muy profundo de la causa y si es necesario puede colaborar con sus compañeros en ese asunto con la misma eficacia.

Horrach ha sido independiente porque esa es su forma de ser y además tiene las condiciones personales para poder serlo. Nunca se ha plegado a criterios que no fuesen el suyo y en su trayectoria hay episodios que lo acreditan. A partir de septiembre –antes dejará enfocados los casos pendientes– abrirá un despacho profesional para ejercer la abogacía. No tendrá, pues, cargo público alguno.

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