Los padres de la niña muerta en las vías impulsan nuevas pesquisas ante las contradicciones del caso

El nuevo auto judicial del 30 de agosto manda a revisar las cámaras de seguridad de las zonas aledañas al lugar donde la pequeña Lucía se encontraba jugando aquella noche con sus primos

Entierro de la niña de tres años Lucía Vivar en Alhaurín de la Torre (Málaga) FRANCÍS SILVA

J. J. MADUEÑO

La familia de Lucía Vivar sigue en la busca de evidencias que abran nuevas líneas de investigación sobre la muerte de la menor. La niña de tres años fue hallada sin vida junto a una vía del tren en Pizarra (Málaga) a finales del pasado mes de julio. La hipótesis oficial reseña que todo se trató de un accidente, pero sus padres se niegan a aceptar esa opción . Han encargado informes que aporten nuevas pruebas sobre lo sucedido aquella fatal noche.

Según la reconstrucción de los hechos de la Guardia Civil, hasta ahora sin ser refutada, la menor se marchó de la estación de Pizarra por su propio pie y, tras caminar 4,2 kilómetros junto a las vías del tren de cercanías, se acurrucó entre los raíles. La tesis oficial sobre el fallecimiento, nunca contradicha por la Justicia, apunta a que fue golpeada por el primer tren de la mañana del pasado 27 de julio , que circulaba sobre las 6.34 horas, según los peritajes.

La familia se ha puesto en manos de varios profesionales, que han elaborado informes sobre los hechos en base al atestado de la Guardia Civil, a la autopsia y los estudios histopatológicos realizados al cadáver. E n ellos se contradice la muerte accidental de la niña . Los nuevos datos fueron registrados en el Juzgado de Instrucción número 10 de Málaga y otorgan, según los abogados de los Vivar, «herramientas que cuestionan o discreparían en distintos puntos con la hipótesis oficial».

Desfase de tres a cinco horas

La abogada Ana Belén Ordóñez, del despacho Ley 57, incorporó en su escrito ante la juez más testigos y los citados documentos. «Existen dudas más que razonables de la realización, por parte de la menor en solitario, de un trayecto de más de cuatro kilómetros en las condiciones que de sobra se conocen», reseña el despacho en un comunicado. Y los documentos presentados van más allá . La investigación realizada por el criminólogo Lluís Duque cuestiona la hora de la muerte y también el accidente. «La hora del fallecimiento puede tener un desfase de entre tres y cinco horas, por lo que cuando falleció la pequeña Lucía no pasarían trenes por la zona», explica a ABC Lluís Duque.

Los nuevos informes señalan que la data del deceso se hizo partiendo de la referencia de la temperatura corporal de Lucía Vivar. Los criminólogos de la familia aseguran que para que esa data sea viable debía haberse hecho en el momento y el sitio donde se encontró el cuerpo. «No se tomó la temperatura ambiente, y la del cuerpo se hizo en el Instituto Médico Forense, donde el cuerpo podría haber pasado por refrigeración. Según esto, la hora de la muerte no sería real , sino entre tres y cinco horas anterior a la que se ha fijado», remarca Duque. El criminólogo, de acuerdo con esta hipótesis, va más allá y explica que «el golpe del tren podría ser posterior a la muerte de la niña o no ser del tren».

Más filmaciones

La nueva documentación ha hecho que la juez que instruye el caso haya ordenado a la Guardia Civil investigar nuevos indicios. El nuevo auto judicial del 30 de agosto manda a revisar las cámaras de seguridad de las zonas aledañas al lugar donde la pequeña Lucía se encontraba jugando aquella noche con sus primos.

Se deben visionar las de una gasolinera ubicada en la ruta por donde habría salido la pequeña y la de un almacén de construcción cerca del inicio de las vías. La única imagen de la niña aportada hasta ahora es de una cámara de Adif en la estación de Pizarra . En ella se ve a la pequeña correr y luego andar, hasta desaparecer tras la estación eléctrica. La magistrada ha pedido que se intente mejorar la calidad de ese vídeo.

Los informes presentados piden que se siga la pista del chupete, encontrado en un banco de la estación. Según declaró la familia a la Guardia Civil, la pequeña siempre lo llevaba y es improbable que se marchara sin este objeto. Se apunta a las cámaras de las máquinas expendedoras de billetes para saber cómo llegó el chupete hasta allí. No son las únicas nuevas evidencias que busca la familia . Se han detectado tres posibles testigos a los que se va a tomar declaración. La familia pide que también se interrogue a un hombre que vive junto a las vías del tren por si vio o escuchó algo esa noche.

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