Pérez Rubalcaba, en un momento de la entrevista
Pérez Rubalcaba, en un momento de la entrevista - JAIME GARCÍA
Rubalcaba

«El pacto PP-PSOE es imposible. No va a haber una gran coalición»

El exdirigente de los socialistas analiza las perspectivas electorales de su candidato Pedro Sánchez

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A media mañana los pasillos de la Facultad de Químicas en la Universidad Complutense están vacíos, no parece que estemos en los últimos días de una campaña electoral atípica. Menos cuando entras en uno de sus despachos, donde suena de fondo la ópera de Martín y Soler, «Una cosa rara», y tanto en la pizarra como en el ordenador, se desgrana una fórmula molecular. La única pista de que ese profesor que prepara su clase de la tarde es el hombre que sigue detrás de los designios del PSOE, es una fotografía apaisada de cuando se despidió con una ovación en el pleno del Congreso. Alfredo Pérez Rubalcaba tiene estos días incluso más actos que Pedro Sánchez, su secretario general.

-Se consideró un fracaso que usted lograra 110 diputados en las últimas elecciones generales, ¿cuál sería para Pedro Sánchez un resultado que sonara a fracaso?

-El domingo por la noche hablamos de éxitos y fracasos. No hay nadie que esté a punto de disputar el final de la Champions y se plantee si gana o fracasa.

-Me cuentan que hay dirigentes del PSOE esperando que Pedro Sánchez se dé el batacazo…

-A esos que le dicen que no les importa que se dé un batacazo Pedro Sánchez, les aconsejaría que dejen el carnet del PSOE, que no pasa nada. Si estás en una organización que tiene un líder, tu obligación es defenderlo.

-¿Es usted el cerebro que está detrás de Sánchez?

-¡Qué va! Es el comité electoral con nombres y apellidos. Yo hago mi campaña con la guía del comité y la traduzco al lenguaje Rubalcaba. Es evidente que le estoy apoyando.

-Felipe González instó a un pacto PP y PSOE, «si el país lo necesita».

-Son unas declaraciones que se interpretaron mal y las ha matizado muchísimo, remarcando que si hubiera una situación de crisis. No va a haber una gran coalición. El pacto PP-PSOE es imposible. Y Felipe González está de acuerdo en que no lo haya. No es una opción posible, ni creo que sea deseable.

-Mariano Rajoy aseguró que no hubo rescate a España…

-Hubo un rescate de 60.ooo millones de euros a la banca. La gestión del final de Bankia fue un desastre, que destrozó la imagen del sistema financiero español. Y claro que se llama rescate, aunque no fue al conjunto del país.

-... Y que la culpa fue de cómo dejó el país José Luis Rodríguez Zapatero.

-Ya sé que la herencia recibida la utiliza el PP para justificar todo, y a Zapatero le echan la culpa. El tiempo pondrá las cosas en su sitio. Y también a Zapatero.

-Se pusieron de acuerdo en cómo afrontar la abdicación del Rey sin abrir el debate sobre la República.

-España tiene un sistema institucional y la clave de bóveda es la Monarquía. Hacer una buena sucesión de la jefatura del Estado es obligación de todos los partidos que creemos profundamente en nuestras instituciones democráticas. El bipartidismo hizo muy bien la sucesión del Trono.

-¿Y considera que lo de Cataluña lo hizo bien el bipartidismo?

-Hablé con Rajoy de que había que actuar antes de que el tema se fuera envenenando. El Estado tiene que tomar la iniciativa en Cataluña y que no esté en manos de los soberanistas. Mi propuesta es una reforma constitucional medida y pactada con el PP, no abrir en canal la Constitución, tanto para Cataluña como para el Estado autonómico.

-Una de sus propuestas de Pablo Iglesias es aprobar un referéndum para Cataluña…

-Pablo Iglesias no explica el derecho de autodeterminación ni cuenta en todos los lugares lo mismo. ¿Por qué propone que Cataluña pueda decidir por sí sola irse de España sin contar con el resto de los españoles? ¿También se lo va a dar a Euskadi? No se puede ser presidente del Gobierno de España llevando una propuesta electoral que fractura tu país.

-¿Ha moderado Pablo Iglesias su discurso y ya no quiere «asaltar los cielos»?

-Pablo Iglesias ha cambiado de discurso radicalmente en seis meses en busca del voto del PSOE. Su objetivo es sustituir al Partido Socialista. Y Rajoy le ha animado: «Vas bien». Le está diciendo: «Seguid así, atacar al PSOE». Ha intentado convertirse en socialdemócrata a una velocidad supersónica, pasando de Venezuela a Dinamarca.

-¿Es en ese sentido más consecuente Albert Rivera?

-A Albert Rivera no hay que escucharle, hay que leer su programa. Ahora se arrepiente de lo que lleva sobre violencia de género e intenta disimular. No ha entendido que a las mujeres las matan, porque son mujeres. Como su contrato único que es un dislate: cuanto más pronto te echen, menos te pagan. Me llama la atención que ganó un concurso de debate defendiendo un tema en el que no creía.

-Ante todo, usted es un hombre de Interior…

-No soy un hombre de Interior, soy un hombre de Educación. Marca muchísimo los seis años que estuve, porque es un ministerio que no te deja un minuto libre. Cuando analizo mi gestión, creo que no salieron mal las cosas. Se habla del final de ETA, bajaron las tasas de delincuencia y de fallecidos por accidente de tráfico gracias al carnet por puntos.

-Se dice que usted es de los hombres que más secretos de Estado conoce…

-¡Bah! No. La información relevante que pasa por el Ministerio del Interior pertenece al Estado.

-En su día, Federico Trillo le acusó de estar detrás de un «montaje político» contra el PP por el caso Gürtel.

-Gürtel es una hidra de siete cabezas, una trama de corrupción que afecta al corazón del PP. Recuerdo una rueda de prensa donde Rajoy salió rodeado de todos sus barones diciendo que era un montaje del Estado. El que estaba detrás de la contabilidad «B» era Bárcenas. No creo que Trillo se atreva a decir ahora lo que afirmó entonces.

-Javier Guerrero, imputado en los ERE, contaba que el caso sirvió como un ajuste de cuentas dentro del PSOE y que todos conocían el sistema de ayudas…

-No conozco esas declaraciones, ni he seguido a ese señor, pero hay una diferencia fundamental entre los ERE y Gürtel. Griñán y Chaves pudieron meter la pata, y podría implicar una responsabilidad política, pero nunca metieron la mano, ni nadie les ha acusado de ello jamás.

–¿Usó su última bala Pedro Sánchez en el cara a cara con Mariano Rajoy?

–¿La última bala? No. Me recordó mucho al Debate del estado de la Nación que tuvieron. Son debates muy duros, y más en una legislatura como esta. Pedro estuvo más entonado. A Mariano Rajoy lo vi todo el tiempo a la defensiva, monocorde, cansado.

–Sorprendió, sin embargo, el tono agresivo de Pedro Sánchez. ¿No le parece?

–En realidad, Pedro Sánchez le dijo lo mismo que yo en el Senado. Usted ha cobrado dinero negro y yo no. ¿No te parece duro en sede parlamentaria? Si tienes a un presidente del Gobierno frente a ti, que le ha escrito un sms a un tesorero que tiene una cuenta en Suiza diciéndole «Sé fuerte», ¿qué le puedes decir?

–Ya, pero el presidente del Gobierno preguntó a Sánchez por qué no le presentaron una moción de censura en aquel momento. ¿Por qué no lo hizo?

–¡Porque la pierdo! Yo amagué con una moción de censura, porque no venía al Parlamento. Pedro Sánchez le hizo a Mariano Rajoy una moción de censura delante de diez millones de españoles.

–Pero al bajar tan al fango Pedro Sánchez benefició a Pablo Iglesias y Albert Rivera… ¿No le parece?

–Si Pedro Sánchez no es duro, ¡qué hubiesen dicho! Rivera e Iglesias tenían el guión escrito: «El epitafio del bipartidismo». Versión A: «¡Que se besen! Versión B: «Y tú más». Para nada salieron beneficiados. ¿Qué le hubiera dicho Rivera o Iglesias? Porque Ada Colau nos llamó criminales hace unas cuarenta y ocho horas.

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