Conferencia de Pablo Iglesias en la UAM
Conferencia de Pablo Iglesias en la UAM - DANI GAGO

Pablo Iglesias vuelve a las aulas

El líder de Podemos desata el «fenómeno fan» en una charla en la Universidad Autónoma de Madrid, que acaba convirtiéndose en un mitin improvisado

Madrid Actualizado: Guardar
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«No sabéis las ganas que tenía de volver a respirar este ambiente», dijo nada más llegar. Ha pasado un año y medio desde que pisó las aulas por última vez. Ahora, convertido en candidato a la presidencia del Gobierno, el profesor de Ciencias Políticas Pablo Iglesias ha vuelto a la Universidad. Eso sí, por un día y para dar una conferencia sobre cambio constitucional. Con una agenda en la que se suceden desayunos con empresarios en el Hotel Ritz o foros de debate en el Casino de Madrid, Iglesias ya no es el «enfant terrible» que convertía sus clases en tertulias en las que podía permitirse ser políticamente incorrecto. Ahora es la política la que le exige corrección, y las malas pasadas que le ha jugado la hemeroteca le han hecho aprender la lección.

Quizás por eso volver a pisar un campus universitario le devolvió la sonrisa —estaba en territorio amigo—, pero no el discurso irreverente con el que amenizaba las mañanas de sus entonces alumnos.

Algo más suelto sí, pero con una retórica medida que no era nueva para los medios —chascarrillos ya varias veces repetidos pero que despertaron las risas de los alumnos que los oían por primera vez— y las preguntas de los jóvenes y no tan jóvenes —Maribel, alumna de la universidad de mayores también lo interrogó sobre pensiones— a los que Iglesias respondió con algo más de sinceridad, pero sin salirse de los márgenes.

Auditorio a rebosar
Auditorio a rebosar - DANI GAGO

El tema de la charla a la que fue invitado en la Universidad Autónoma de Madrid era el cambio constitucional en España. Nada de proceso constituyente, como pedía su partido cuando aún era menor de edad. Iglesias sostuvo que hay consenso para hablar de reforma constitucional, pero admitió que «duda de que haya una mayoría social que quiera una nueva Carta Magna». «Nos da igual que se llame Constitución del 78 reformada», respondió a uno de esos jóvenes alumnos que le interrogó sobre esta cuestión.

Esa fue la clave que entroncó su discurso. Muchos le pedían que rindiera cuentas sobre la moderación de algunos de los mensaje iniciales de Podemos. Fueron incisivos, pero Iglesias no estaba incómodo. Lleno hasta la bandera y un coro improvisado que gritaba el «sí se puede», las amables presentaciones de los catedráticos que lo acompañaban a la mesa o los «gracias por lo que estás haciendo» con los que concluían muchas de las preguntas demostraban que Iglesias jugaba en casa y que el público no sería especialmente difícil.

El líder de Podemos trató de lanzar sobreentendidos a sus oyentes. «¿Por qué no apostáis claramente por una República?», «¿Cómo seguir en un euro que es profundamente antidemocrático?», le preguntaron. «Hay que defender los mismos significados por los que pelearon nuestros abuelos pero cambiando los significantes», les decía. «Cuando quieres cambiar las cosas, estás obligado a intentar ganar», respondió en otra ocasión.

«Cuando quieres cambiar las cosas, estás obligado a intentar ganar»
Pablo Iglesias

Ya desde el inicio el profesor Iglesias quiso meterse al auditorio en el bolsillo. Comenzó dándoles las gracias por su espíritu crítico e interés en conferencias políticas e invitó a los organizadores a que dejaran pasar a todos los que se habían quedado fuera y se agolpaban a las puertas del aula para que ocuparan pasillos y suelo. «¡Grande Pablo!», se oyeron voces.

Iglesias arrancó concediendo a la Transición «enseñanzas» para el período que se abre ahora, y refiriéndose a la Constitución como una «correlación de debilidades» que se dieron en dicho periodo de la Historia española. Insistió en la idea de que «la democracia tiene que ser la base de la ley y no la ley el límite de la democracia» y acusó a las «élites» de haber «traicionado» el espíritu de la Carta Magna que se pactó en 1978.

Pero el líder de Podemos ya no quiere un nuevo proces0 constituyente. Le basta con incluir en la Constitución las cinco garantías que recoge en su programa electoral —que lleva siempre bajo el brazo encuadernado en formato libro y exhibe cuando tiene oportunidad— y que, a su juicio, «son consenso ya entre los ciudadanos».

Asegurar la independencia judicial, reformar un sistema electoral «trampeado» con una circunscripción provincial que rompe la proporcionalidad, acabar con las puertas giratorias —una «forma legal» de corrupción—, incluir el derecho a decidir porque España «es un país de países» y blindar los derechos sociales en la Carta Magna.

Explicó cada propuesta, una a una, porque la reforma constitucional era el tema de la charla, pero también porque Iglesias había venido a «hablar de su libro». Ese que ahora siempre lleva debajo del brazo y con el que espera su asalto a los cielos el próximo 20-D.

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