Íñigo Errejón y Pablo Iglesias en la solemne sesión de Apertura de la Legislatura
Íñigo Errejón y Pablo Iglesias en la solemne sesión de Apertura de la Legislatura - EFE

Iglesias se vende como el único capaz de liderar un Podemos con errejonistas y anticapitalistas

El secretario general de Podemos ve refrendado su liderazgo y asegura que quiere seguir teniendo a Errejón a su lado pero también a gente como Miguel Urbán

Madrid Actualizado: Guardar
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Pablo Iglesias piensa que el proceso de primarias en la Comunidad de Madrid, Andalucía y Extremadura ha despejado cualquier sombre de duda respecto a su liderazgo dentro de Podemos. Errejón nunca ha querido dar el paso, y este proceso interno dificulta más si cabe esa posibilidad. No hay alternativa.

Y ahora que la corriente anticapitalista ha ganado peso dentro de Podemos, Iglesias pretende un juego de equilibrios, presentándose como el aglutinador entre ese sector más radical y el errejonismo. Esta mañana, durante una entrevista en Los Desayunos de TVE el líder de Podemos dejaba claro este planteamiento: «Me siento muy apoyado para seguir al frente como secretario general, por Iñigo pero también por otros compañeros como Miguel Urbán», ha señalado.

Equiparar a Errejón con el líder de Anticapitalistas es una forma clara de plantear que el número dos del partido no puede seguir siendo un segundo líder dentro del partido, sino que debe ser uno más entre otros dirigentes principales del partido: «Yo quiero segur teniendo a Íñigo a mi lado pero también quiero que otros que han estado mas lejos, como Miguel Urbán, como Echenique, tengan un papel crucial en el Podemos de los próximos años.

Que haya espacio para todo el mundo. Nos complementamos muy bien, que haya cierta coralidad, que Podemos no sea solo el discurso de Pablo Iglesias, sino que pueda haber gente que dig a mi me gusta más el estilo de Miguel, Teresa… hace un Podemos más fuerte».

Potenciar las diferentes sensibilidades del partido sin que ninguna tenga más influencia de la necesaria para garantizarse él el control de la organización mirando a un lado u a otro en función del momento. Ese es el objetivo de Iglesias: «Una vez que parece que está asumido que debo seguir al frente, es conseguir integrar a todas las ideas, más que a las personas, q no son incompatibles y nos permiten tener un Podemos más rico y más plural. Ahí tengo que contar con todo el mundo».

Iglesias ha defendido que en Podemos «tenemos que seguir siendo transversales», pero ha defendido que ese principio no significa tanto «parecerte a otras fuerzas políticas del arco parlamentario» como parecerse a la gente. «Conmigo al frente la transversalidad va a ser uno de los elementos que nos defina».

Podemos prepara para comienzos de año su segunda Asamblea Estatal con aires de refundación, pero cada vez está más claro que no habrá pugna por el liderazgo: «El podemos que pretendo liderar es un podemos que se tiene que parecer a España. Y precisamente por eso se tiene que parecer un poco menos a las élites políticas que han mandado y que siguen mandando».

El discurso del Rey

Sobre la apertura solemne de la XII Legislatura, Iglesias ha dicho que el discurso de Don Felipe «me parecio mejor que el de la presidenta», porque habló «del Estado de bienestar y las víctimas de la crisis», pero a la vez lo vio «anclado en el pasado» porque «faltaron elementos para entender una nueva etapa política. Creo q podría haber llegado mas lejos. Digamos que me gustó a medias».

Iglesias ha defendido que su partido no fuera al besamanos entre otras cosas para diferenciarse de la presencia de Rita Barberá: «Hay ciertos actos de pompa q forman parte de una imagen del pasado y que a nosotros nos incomoda».

Además, ha asegurado que por la tarde recibió la llamada de la presidenta del Congreso para disculparse por la polémica de los escaños al inicio de la sesión, cuando senadores del PP ocuparon los puestos habituales. «No era su responsabilidad directa, pero me dijo que es bochornoso que aparezcan senadores aunque sean de su partido y se sienten en los escaños de la tercera fuerza política del país».