La Moncloa cree que los exconsejeros serán «victimistas» estén donde estén

El Gobierno de Rajoy ve razonable la decisión del Supremo de asumir las investigaciones

El ministro de Justicia, Rafael Catalá ABC
Mariano Calleja

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La decisión del juez Pablo Llarena de asumir la investigación por rebelión de Carles Puigdemont, sus 13 exconsejeros y los «Jordis» ha sido bien acogida por el Gobierno de Rajoy. El ministro de Justicia, Rafael Catalá , considera «razonable» que el Tribunal Supremo acumule en un solo procedimiento las diferentes causas que se instruyen sobre el desafío separatista catalán y la declaración de independencia. A su juicio, de esta manera se fortalece la unidad de actuación y la seguridad jurídica de todas las partes.

Normalmente, cuando se pregunta a los miembros del Gobierno por una decisión judicial la respuesta suele ser la misma: máximo respeto, sin entrar a valorar su contenido. En esta ocasión, desde el Ejecutivo se evitó opinar sobre las consecuencias políticas que tendría la salida de prisión de los exconsejeros que se encuentran en prisión preventiva, y el impacto que se produciría en la campaña electoral del 21 de diciembre.

Fuentes de La Moncloa señalaron que prefieren «no meterse en pronósticos judiciales» sobre medidas que ni siquiera se han tomado. «Sería una decisión estrictamente judicial , y es mejor que el Gobierno no diga nada», advirtieron. Eso sí, desde La Moncloa se subrayó que los exconsejeros «han hecho del victimismo un modo de hacer política, y lo van a hacer igual estén donde estén».

Al valorar la decisión del juez Llarena, el ministro Catalá fue un poco más allá de la consabida expresión de respeto. Según el titular de Justicia, la decisión del Supremo tiene «todo el sentido» , desde el punto de vista legal y procesal. A partir de ahí, es el juez quien debe adoptar las medidas que considere oportunas con las personas encausadas. Catalá recordó que se tienen en cuenta tres aspectos a la hora de tomar medidas cautelares: riesgo de fuga, riesgo de reiteración y posibilidad de destrucción de pruebas.

En ese contexto, desde el Gobierno se intenta situar en un marco de normalidad una posible decisión del juez que dejara en la calle a los exconsejeros que están en prisión. El esfuerzo de La Moncloa por quitar trascendencia a esa posibilidad es evidente. Catalá recordó que los exconsejeros de Puigdemont están en prisión provisional por varias causas , pero «si las circunstancias se modifican, las medidas cautelares que pesan sobre ellos también pueden variar».

El rédito de estar en prisión

Los partidos políticos de ámbito nacional evitaron valorar la decisión judicial de aglutinar las causas en el Supremo. Desde el bloque constitucionalista apuntaron a este diario que aunque se revise su prisión preventiva y sean puestos en libertad no tiene por qué alterar la campaña del 21-D para la mayoría de los votantes. Sí dan por hecho que el independentismo seguirá explotando hasta las urnas su victimismo , estén dentro de prisión o fuera. Aunque no creen que les dé tantos réditos como piensan. «¿De verdad alguien cree que estar en la cárcel te da más votos?», se pregunta un dirigente nacional, que opina que el victimismo puede ayudar a apretar las filas del núcleo más duro, pero también despierta recelos en el resto. «La gente normal desconfía de los políticos que acaban en prisión, no les premia», añade.

El candidato del PSC, Miquel Iceta , sí ha defendido que «todos los candidatos» puedan hacer campaña en la calle, liberados hasta el juicio. Situación distinta es la de Carles Puigdemont, porque está huido de la Justicia.

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