Misión Letonia: maniobras a -21ºC

El contingente español se adiestra en temperaturas gélidas, potenciadas por la OTAN para los escenarios báltico y ártico

Militares españolas, durante las maniobras en Letonia ABC
Esteban Villarejo

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«No es lo mismo disparar un fusil de precisión a 40ºC que a -21 ºC. Todo influye. La sensación térmica, el equipo, la nieve, el viento… y aquí debemos entrenar eso». Al habla telefónica se explica el teniente Juan Antonio Gallego, jefe de sección de armas de apoyo del contingente español desplegado con la OTAN en Adazi (Letonia), a 200 kilómetros de la frontera rusa.

Durante el frío invierno báltico, que también ha incluido el temporal conocido como «la Bestia del Este», los soldados españoles de la Brigada Guzmán el Bueno X (Córdoba) han aprovechado para poner a prueba su destreza militar en un escenario de frío extremo. «Uno de los ejercicios específicos consistía en realizar tácticas de supervivencia durante cinco días con el pelotón. Incluía marchas por la nieve de 10 kilómetros diarias con temperaturas de -9/-10ºC, atravesar ríos con tirolinas, prender fuego con yesca o madera, construcción de refugios provistos solamente de un hacha y un machete o la evacuación de un combatiente por hipotermia», relata el teniente Gallego.

Él mismo protagonizó el vídeo de la OTAN donde se daba cuenta de este tipo de entrenamientos a los que la Alianza Atlántic a concede cada vez más importancia dada la tensión en el escenario báltico –con un despliegue aliado sin precedentes de unos 4.000 soldados en Estonia, Letonia y Lituania– y a una posible traslación al Ártico de la «nueva guerra fría» con Rusia.

Desde que este contingente español se encuentra en Letonia se ha venido enfrentando a mínimas que han alcanzado los -21ºC (el 24 de enero).

En el citado vídeo de la OTAN Gallego se sumergía como «prueba final», a modo de bautismo gélido, en un lago helado en el que previamente «cortó un rectángulo de hielo». Entrenaban cómo salir del agua helada con la mochila puesta. Salió indemne.

España despliega en estos momentos en la base de Adazi (a 20 kilómetros de Riga) un contingente de 322 efectivos, que se encuadra dentro de un batallón multinacional liderado por Canadá y formado por 1.300 efectivos. Junto a Canadá y España despliegan también polacos, italianos, eslovenos, albaneses y eslovacos.

Esta nueva misión se conoce como «Presencia Avanzada Reforzada » (eFP, en sus siglas inglés) y fue lanzada por la OTAN en la Cumbre de Varsovia (2016) con el objetivo de reforzar la seguridad de los países bálticos, que sienten la amenaza de Rusia más cercana tras la guerra en Ucrania y la anexión de Crimea en 2014. En Estonia (Tapa) y Lituania (Rukla) despliegan otros dos batallones multinacionales liderados por británicos y alemanes.

«Nuestra misión es contribuir a la disuasión y, llegado el caso, contribuir a la defensa de Letonia y resto de los países bálticos. Con esta acción demostramos nuestro compromiso y solidaridad con nuestros aliados», apunta el jefe del contingente español, el teniente coronel David Tarifa.

La gran particularidad del despliegue español es que por primera vez se ha enviado a una misión exterior unidades acorazadas y mecanizadas. Es decir, se han desplegado carros de combate Leopardo 2E (seis) y vehículos de combate Pizarro (catorce). «Las capacidades que aporta España se encuentran a la vanguardia tecnológica de todo el despliegue de la OTAN», explica reconociendo que «es un escenario al que no estamos acostumbrados».

Misiles de cuarta generación

Además, el despliegue español incluye vehículos Vamtac armados con misiles contracarro Spike, de fabricación israelí. Es un misil de cuarta generación, de la familia «fire & forget» (dispara y olvida) que no requiere ser guiado después de su lanzamiento tras introducir las coordinadas del objetivo.

Las temperaturas gélidas también están incidiendo en el funcionamiento de los Leopardo 2E, los Pizarro. El capitán Francisco José Iglesias, jefe logístico, nos aporta la clave: «En España tenemos dos tipos de carburantes, un gasoil de verano y otro de invierno que nos sirve hasta temperaturas de -15ºC. Aquí utilizan solo uno, el Artic 1, que nos permite operar en condiciones de hasta -30ºC».

Revisiones más específicas y más tiempo de calentamiento para arrancar los carros o vehículos son otras claves . El jefe de carro Juan Luque advierte que lo peor para el Leopardo 2E no es tanto el frío como el terreno arenoso y las placas de hielo: «Se han llegado a hundir hasta un metro y medio de profundidad, incluso con tubos de escape hundidos. Pero salen airosos».

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